Tras 16 días de infructuosa búsqueda del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, las autoridades de Bolivia ofrecieron una recompensa de 100 mil dólares a quien aporte información sobre su paradero. Además, Eduardo del Castillo, ministro de Gobierno del país andino, informó que ya tienen mucha información sobre Roberto Arana Suárez, alias "Robertito", que es el tercero al mando de la organización criminal de Marset; la segundo, Ivar Erland García López, ya está bajo detención preventiva.
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De acuerdo a la información divulgada por medios bolivianos, el ministro Eduardo del Castillo explicó: “La cúpula de mando está liderada por el señor Sebastián Marset, seguida por el señor Ivar Erland García López que se encuentra con detención preventiva y la tercera persona que se encargaba de todo el tema legal, para blanquear los recursos económicos y generar beneficios dentro de la justicia boliviana, sería el señor Roberto Arana Suárez”.
Además, “tenía un poder para poder realizar trámites en el consulado de Uruguay en Bolivia. Compraba pasajes aéreos para la familia de Marset: para sus padres y sus suegros. Las casas que hemos podido allanar contaban con antenas cuya transmisión era pagada por Arana Suárez".
"Robertito", agregó el ministro, tenía muchos recursos económicos para salir de forma regular de Bolivia y, según la investigación realizada, en los últimos meses viajó a Brasil, Colombia y Estados Unidos; actualmente, estiman las autoridades, este hombre ya no está en territorio boliviano.
Del Castillo también indicó a la prensa que que se pedirá a la Policía Internacional (Interpol) que active el sello rojo y azul contra "Robertito".
Los nexos con Marset, agregó, fueron identificados tras realizar allanamientos en un condominio de la capital cruceña, donde algunos inmuebles son de propiedad del acusado.
Según los datos recabados en la investigación, la organización criminal liderada por Marset se dividiría en dos grupos. Uno de ellos operaba a nivel nacional y ayudaba a mantener oculto al narco uruguayo. El otro grupo estaría compuesto por extranjeros que operan fuera de las fronteras bolivianas, se encargaban -o se encargan- de pagar la droga que se fabricaba en Bolivia; la familia de Marset sería parte de este segundo grupo.