No dijo mucho Sebastián Marset, casi nada para lo que se esperaba después de la renuncia de ministros, viceministros y de un asesor del presidente Luis Lacalle Pou.
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Sebastián Marset más bien se preocupó por justificar el accionar de las autoridades y dejar bien parado al gobierno.
Sus palabras no aportaron demasiado para lo que se esperaba después de un viaje en avión y dos en helicóptero a través de la selva, más bien repitió cosas que ya venía diciendo y se limitó a enviar un mensaje a la justicia uruguaya para facilitar la entrega de sus familiares con algunas condiciones.
Mraset se cuidó de no complicar a nadie en Uruguay y especialmente de no afectar la imagen del gobierno. Por eso aportó nada sobre la entrega del pasaporte que le permitió ser liberado de la cárcel de Dubai y se limitó a decir que "no gastó un dolar". Se preocupó especialmente por defender la "legalidad" del proceso por el que se le comnfirió el documento.
“Es polémico porque la política lo quiso así. Hay una ley que me amparaba”, repitió sobre el tema más trascendente por su repercusión en Uruguay. Nada más.
Después volvió a tirar sus dardos contra Bolivia y repitió que se fugó porque le avisaron y le dieron tiempo para "preparar dos valijas" e irse. Todo esto ya lo había dicho antes.