El proyecto Arazatí firmado por el gobierno anterior sigue en suspenso, mientras la mesa de renegociación iniciada el 30 de abril entre el gobierno actual y el consorcio Aguas de Montevideo continúa su marcha. El inicio de las obras está suspendido para llevar adelante la negociación con el nuevo gobierno.
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El presidente de la República, Yamandú Orsi, dijo este miércoles en rueda de prensa que se va a negociar con el consorcio Aguas de Montevideo hasta que se logre un acuerdo por el proyecto Arazatí. El mandatario remarcó que el gobierno no se puede detener ni un momento en la búsqueda de solucionar el abastecimiento.
Tras ser consultado hasta cuándo se negociará, el presidente fue contundente: "Hasta que se logre un acuerdo; hoy tenemos firmado un compromiso que tiene recursos y que tiene obras, lo que estamos viendo es si las obras no pueden ser otras".
"Se tiene que hacer porque el tema del agua potable, con eso no se juega, es un dato de la realidad y ahí tenemos una dificultad que hoy no lo tenemos porque no tenemos sequía", aseguró. "Pero no podemos detenernos un momento, por más visión encontrada que tengamos, lo que no podés hacer es detenerte y paralizar", agregó.
En este sentido, subrayó que las conversaciones con el consorcio implican cómo se sigue. "No cómo nos paramos y cómo rompemos todo, no, algo hay que hacer", recalcó.
Orsi y la posibilidad de anular el contrato
Al presidente se le preguntó sobre si maneja la posibilidad de anular el contrato, Orsi contestó que “es una posibilidad”, aunque “tiene sus costos”. “El tema es que a nosotros no nos sobran los recursos; no está para andar pagando multas ni juicios”, planteó y subrayó: “Hay que ver de qué forma zafás de algo que no te gusta, que no te convence, para hacer algo mejor pero que además cumpla con el objetivo”.
Asimismo, destacó que “se tiene que hacer” alguna obra, ya que con el agua potable “no se juega” y “es un dato de la realidad”. “No podemos detenernos un momento, por más visión encontrada que tengamos; lo que no se puede hacer es detenerte y paralizar. Por eso la conversación implica decidir cómo seguimos, no cómo nos paramos y cómo rompemos todo. Algo hay que hacer”, sentenció.