Las propuestas del ESA abarcan diferentes temáticas. ¿Cuáles priorizaría para el próximo gobierno?
El Frente Amplio es una usina de ideas permanente, las propuestas transformadoras son su esencia, su razón de ser y existir como fuerza política, y desde el ESA apostamos a profundizar en ello y a colocar 3 o 4 ejes fundamentales que están en sintonía con el programa pero que son nuestros propios énfasis, esas cosas por las que vamos a dar la batalla para que se concreten, ya sea por iniciativa del Poder Ejecutivo o impulsando leyes desde el Parlamento.
¿Ejemplos?
El próximo Gobierno tiene que ponerse como objetivo erradicar la pobreza infantil. Por derechos, por dignidad, porque es inmoral que Uruguay tenga los números que tiene. Ser el país con mayor infantilización de la pobreza en la región está generando una situación límite, no solo porque nos aleja del camino del desarrollo, sino que también es una cuestión de derechos y nos condiciona en todos los planos. Negarse a pensar en el futuro es inaceptable.
Desde el ESA entendemos la urgencia de este asunto y vamos a trabajar desde el Parlamento y desde los diferentes espacios que la actividad política nos permita para concretar propuestas, acciones claras y compromisos que aborden este tema como central. Esto tiene que ver con cuatro aspectos fundamentales: ingresos, trabajo y cuidados, vivienda y acceso a servicios de calidad.
En cuanto al trabajo, ¿que proponen?
Para que la gente viva mejor, hay que mejorar sustancialmente los salarios. La política de empleo y salarios es una de las principales herramientas para mejorar la distribución del ingreso y la calidad de vida. Esto se logra con la creación de empleo de calidad que atienda diversas realidades territoriales y sociales. Pero también se requiere mejorar los niveles salariales, para lo cual es necesario volver a fortalecer la negociación colectiva, que ha sido menospreciada en el actual gobierno.
Es necesario revisar los grupos, proponer una agenda contundente que contemple mejoras para los salarios sumergidos, condiciones laborales, negociaciones por cadenas de valor y el aumento de la productividad, generando beneficios tanto para empresarios como para trabajadores. Proponemos potenciar la negociación colectiva como un instrumento fundamental para la mejora de los salarios y, con ello, del ingreso de las familias, promoviendo una mayor equidad.
¿El tema de la seguridad lo tienen entre sus prioridades?
Por supuesto. Y hay que atacarlo desde diferentes ángulos. Un primer aspecto es el narcotráfico y todo lo que se mueve a su alrededor, asociado además a la corrupción. Hay que ser implacables. Una de nuestras primeras iniciativas será la de crear una Policía Judicial. No debería estar bajo la órbita del Ministerio del Interior, debemos consensuar dónde se la implementa. Quizás sea una dependencia del Poder Judicial o tal vez en la propia estructura del postergado Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Podría incluso estudiarse que dependiera, desde el punto de vista orgánico, de la estructura funcional de la Fiscalía General de la Nación, con la independencia técnica suficiente, pero bajo su ordenamiento jerárquico. Eso debe analizarse bien.
En segundo lugar, hay que mejorar la infraestructura y las medidas preventivas. Se podría aumentar la cantidad de radares en las zonas fronterizas para tener un mayor control del tráfico aéreo, reducir significativamente los topes para las transacciones en efectivo para mitigar el lavado de dinero y estudiar los plazos de extradiciones vinculados con narcotraficantes.
La tercera cosa es corregir inmediatamente la situación de precariedad existente en las cárceles. El hacinamiento y la sobrecarga de población es un factor crítico. Los establecimientos penitenciarios presentan problemas extremos. El tema del hambre en la cárcel es central y lo primero que hay que atender si pensamos realmente en la reinserción. Esa crisis carcelaria impacta negativamente en los programas de rehabilitación, dificultando la reintegración social de los internos y aumentando el riesgo de reincidencia que hoy ronda el 70 %. Ello genera un impacto social, porque la crisis en el sistema penitenciario no solo afecta a los internos, sino también a sus familias y a la sociedad en general, perpetuando ciclos de criminalidad y desintegración social.
La declaración de una emergencia carcelaria podría ser un paso crucial para abordar las múltiples problemáticas del sistema penitenciario en Uruguay y sus consecuencias en la sociedad. Hay un círculo perverso, narcotráfico, violencia, corrupción y sistema carcelario, que hay que atacarlo decididamente. La seguridad es una necesidad fundamental para tener estabilidad.
Por último, respecto a seguridad social, su sector se ha expresado en función de la libertad de acción resuelta por el Frente Amplio, pero ¿qué piensa realmente sobre la reforma y toda la discusión que se viene más allá del resultado del plebiscito?
Primero, el Frente Amplio resolvió impulsar el diálogo social y nosotros estamos contenidos en esa resolución. Segundo, independientemente del resultado del plebiscito, lo que está muy claro es que esta reforma fue nefasta y hay que hacer otra. Es perjudicial tanto para las generaciones actuales como para las futuras. No hay seguridad social sin participación. No se construye la seguridad social sin grandes acuerdos. La reforma reciente recorta beneficios solo para los trabajadores, sin participación en el proceso, invisibilizando el BPS y generando una polarización que no avanza en más y mejores derechos. Debemos poner nuevamente el tema de la seguridad social en el centro del debate, promoviendo un diálogo amplio y con propuestas claras que se presenten en el Parlamento, que sean integrales y que abarquen al mundo del trabajo, con un modelo de financiamiento que sea justo, adaptado a los cambios tecnológicos y a las nuevas formas de producción.
¿Y respecto al lucro de las AFAPs?
Me remito al programa del Frente Amplio. Lo que allí dice es lo que hay que hacer. Impulsar un sistema de seguridad social con tres pilares, solidario, de reparto intergeneracional y de ahorro no lucrativo. Es el programa elaborado por miles y miles de frenteamplistas, es nuestra hoja de ruta, nuestro consenso basado en el respeto y la unidad.
¿Una reflexión final?
El próximo Gobierno de nuestra fuerza política tiene que aplicar el programa y gobernar para que la gente viva mejor. Para eso hay que hacer cambios sustanciales, erradicar la pobreza, mejorar los salarios, bajar la violencia e inseguridad y hacer una reforma de la seguridad social equilibrada, que le dé garantías a los trabajadores y previsibilidad a las empresas. Esas son las claves fundamentales, la columna vertebral que nos permitirá avanzar en otras transformaciones necesarias y el abordaje de otros aspectos imprescindibles de la vida de la gente, el ambiente, la salud mental, la cultura, el esparcimiento y la construcción de esa sociedad que soñamos, libre, diversa e igualitaria.