«No somos ‘pichis’, como suelen decir quienes opinan sobre las personas que vivimos en asentamientos. Somos gente de trabajo», expresó Justa Techera, integrante de la Comisión del barrio Mailhos, uno de los asentamientos que ya fue regularizado como parte del Programa de Mejoramiento de Barrios, que hoy está en riesgo. La vecina explicó que tanto este, como otros asentamientos, comenzaron a crearse 30 años atrás debido a que la gente no tenía acceso a una vivienda digna, no podía pagar un alquiler y no existían planes sociales. «La gente se pregunta por qué ocupamos terrenos. O decidíamos vivir en la calle con nuestros hijos, o buscábamos un lugar donde vivir. La gente se organiza porque la vivienda es una necesidad y debería ser un derecho inquebrantable». Con respecto al cuestionamiento sobre las familias que ocupan y construyen viviendas en terrenos «que ya saben que se pueden inundar», la vecina simplemente respondió: «Había que hacer algo para proteger a nuestros hijos». «La mayoría de personas que podían levantar su casa con material sabían que estaban en un lugar con riesgo porque por todos los asentamientos pasa alguna cañada y cada vez que llovía se inundaba». La beneficiaria del programa habla en pasado; muchas de las problemáticas de su familia quedaron atrás, pero no olvida las constantes inundaciones que sufrieron y que hoy quedaron registradas en fotos. «Cada inundación implicaba la pérdida de todo lo básico, como colchones, prendas de vestir o ropa de cama y había que volver a empezar. Y cada comienzo lo hacía la gente con su trabajo y su sueldo», recordó.
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A partir de la intervención del PMB, se organizaron varias comisiones de vecinos que, junto a los equipos técnicos de regularización, comenzaron a trabajar «a la par» y con los años posibilitaron el cierre del proceso. Con respecto al impacto que tendrán los recortes del PMB, dijo que en el caso de Mailhos aún faltan cosas como la titulación de las viviendas, pero reconoció que otros barrios que ya habían iniciado las obras se verán más resentidos. «Hay otros barrios que ya empezaron a hacer las calles, las plateas y eso queda todo paralizado y con el correr del tiempo se va deteriorando. Esta decisión significa pérdida de esperanza de vida una digna. El trabajo del PMB que llevó adelante el gobierno del Frente Amplio fue el mejor plan que han hecho en muchos años. Ver a los niños jugar en la plaza, ver calles, luz por la noche, no pisar barro. Yo quisiera que la ministra fuera a pisar barro y ver si se ensucia los zapatos. Lo que quieren hacer ahora es incomparable y por eso queremos pedir que se revea esta situación en nombre de vecinos y vecinas que necesitan salir de donde están y vivir de forma digna y también de técnicos y obreros que se encuentran con riesgo de perder su fuente laboral».
El asentamiento Mailhos se encuentra ubicado en la periferia oeste de la ciudad de Montevideo, en zona urbana, en el barrio de Paso de la Arena, próximo al cruce de la ruta nacional Nº 1 y camino Cibils. Se ubica a orillas de la cañada Bellaca, en zona de bañado, al sur del Barrio Municipal 18 y está delimitado por las calles Manuel Francisco Artigas, Alfredo Moreno, Mirungá y pasaje Central.
El proyecto del barrio Mailhos resolvió problemáticas de sus habitantes en relación a servicios básicos como saneamiento, agua potable, energía eléctrica, calles y vías de acceso a las viviendas, mejorando el factor ambiental y barrial. 282 habitantes, 85 hogares. Además, como parte del plan, el equipo técnico del programa realizó un significativo trabajo con las familias que tiene que ver con la generación de espacios de articulación, integración social y participación en el barrio.
Para Solange y su madre, Nélida, otras vecinas de Mailhos, el proceso de regularización del asentamiento, que se inició en el año 2010, «fue un trabajo exhaustivo», sobre todo desde 2012, cuando se decidió el realojo masivo por problemas de inundabilidad. «Lo vivimos con miedo y con ansias, que se fueron disipando a medida que avanzábamos». Contó también que actualmente el barrio quedó conformado por 59 viviendas realojadas, 17 realojos en modalidad compra venta de vivienda usada, 14 lotes en servicio con canasta y 7 familias que quedaron en un mismo lugar, pero mejoraron su infraestructura. «Todo esto no hubiera sido posible sin el PMB, la Intendencia de Montevideo, el Programa de Integración de Asentamientos Irregulares (PIAI), el Ministerio de Vivienda y el préstamo del BID.
Con respecto a la situación actual que atraviesa el PMB, sienten que «no se está teniendo en cuenta la vulnerabilidad del pueblo más necesitado. A nosotras nos cambió la vida, no solo tenemos viviendas dignas, sino luz, agua, saneamiento y un parque soñado. Es una pena que otros barrios no logren culminar eso. Esta decisión no solo perjudica a vecinas y vecinos, sino a trabajadores que podrían perder sus fuentes de trabajo».
Por su parte, Sandra Porras, integra una familia de 5 personas y vive en Mailhos desde hace 31 años, por lo cual transitó todo el proceso. «Hubieron varios intentos de realojo para solucionar las problemáticas de viviendas. «Con el PMB, junto con el PIAI y la IM, la regularización se dividió en tres grupos: las familias realojadas, las que querían comprar vivienda usada y quienes queríamos quedarnos en el mismo lugar y teníamos la posibilidad de levantar el nivel de nuestras casas y resolver el problema. Nosotros somos una de las 7 familias que se quedaron en el mismo lugar y estamos muy contentos con lo hecho. Contamos con el apoyo de técnicos, arquitectos, agrimensores, no hay palabras. Hoy la gente realojada tiene casas dignas que cumplen con todas las condiciones: techo de isopanel, paredes de material, cerámica en baños y cocina, jardín, entrada para vehículo. No solo se logró acceder a buenas casas, sino que se construyó un barrio excelente mediante un trabajo conjunto. Tenemos saneamiento, cancha de fútbol, pasajes de ómnibus, pista de skate, polideportivo, hamacas, toboganes y juegos especiales para discapacitados, entre otras cosas. El programa tiene que continuar porque todo esto es lograr la vivienda digna», concluyó.
En el caso del barrio La Paloma, ubicado en Cerro Norte, el proyecto de regularización está en curso y es uno de los que se está postergando, afectando la vida de más de 5.000 personas. Se trata de un sector urbano de periferia en proceso de consolidación donde conviven predios privados con asentamientos erguidos en propiedades municipales, como 1º de Mayo, La Ruta, Pantanoso, Nuevas Rutas, Pernambuco y Juventud 14. De acuerdo a la propuesta de recorte del gobierno, la regularización del asentamiento Juventud 14 pasó para 2024, mientras que 1º de mayo y La Ruta no se financiarán en este período. En términos generales este proyecto, aprobado en noviembre de 2014, propone la regularización de 6 asentamientos, construcción de viviendas de realojo, conexión de la totalidad del barrio a saneamiento, mejoramiento de la infraestructura educativa y la calidad ambiental, así como espacios de convivencia, integración y organización barrial.
Mary Roda vive hace 12 años en el barrio 1º de Mayo, ubicado en La Paloma, y contó cuales son algunas de las problemáticas que sufren los vecinos desde hace muchos años. «Tenemos graves problemas de inundaciones en las cuales hemos perdido artículos del hogar y nos han causado enfermedades. Como consecuencia, mis nietos sufren de broncoespasmos, asma y, en mi caso, soy paciente de EPOC. Actualmente, nos preocupa que no podemos construir más de lo que ya está, por tratarse de realojos, y nos cuesta mucho llegar a las autoridades para buscar una solución».
«En la calle 17 metros, entre Santín Carlos Rossi y Camino de las Tropas, está deplorable, llena de pozos, pero al ser realojos en su mayoría no nos escuchan ni mandan cuadrillas para su arreglo», agregó. La vecina contó que ya se hicieron avances como la realización de las cámaras donde se conectaran los realojos y la entrada de OSE, pero actualmente se encuentran estancados. «Se supone que el resto de las obras continuarían en 2021, pero actualmente estamos sin respuestas. Somos obreros que paralizamos obras en nuestras casas porque se presentó el tema de los realojos y firmamos documentos que dicen que no podemos vender ni alquilar y menos construir. Estamos cansados, son largos años de espera».
El PMB es solo una de las tres políticas de vivienda que se encuentran en la órbita del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) y que se verá afectada por el recorte presupuestal que determinó el Poder Ejecutivo en el marco del decreto 90/2020, que implica la reducción de un 15% para la gestión de la cartera. También existen importantes afectaciones en el programa Plan Juntos y en el de relocalización. Solo el PMB impactará sobre la calidad de vida de más de 8.000 personas que hace años esperan para acceder a una vivienda digna, así como a servicios básicos como agua potable, electricidad o alumbrado público. De acuerdo a un documento emitido por el Colectivo de Trabajadores de la Unidad Coordinadora del PMB, actualmente hay 8 obras en curso en 18 asentamientos y zonas circundantes de Montevideo, Canelones, Maldonado y Salto que están peligrando su continuidad. También señalaron que los proyectos del programa que estaban previstos para los próximos 5 años abarcan más de 40 asentamientos y 30.000 personas que habitan contextos vulnerables.
En conflicto
El Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras del PMB-MVOT se manifestó “en conflicto” mediante un comunicado emitido el día 29 de octubre, que señalaba sus principales preocupaciones. La falta de respuestas sobre la continuidad de los proyectos de mejoramiento en 18 barrios de Montevideo, los recortes planteados para tres de las obras planificadas a ejecutarse a partir de 2021, y la incertidumbre respecto a la continuidad de los 35 contratos laborales que vencen el 31 de diciembre de este año.
Para los integrantes del programa, con los recortes que plantea el gobierno y la postergación de las obras, “no se están respetando los compromisos asumidos con los más de 50.000 vecinos y vecinas de los barrios y asentamientos en los que se venía trabajando”.
Señalan también que dada la crisis económica y social que transita el país, es necesario “mantener y profundizar las políticas públicas que garantizan derecho a la ciudad, a los servicios y a la vivienda, fundamentalmente para la población más vulnerable”. De acuerdo a trabajadoras y trabajadores, “al debilitar la acción de programas que intervienen en el acceso a la vivienda y al hábitat, se profundizan las desigualdades y se desconoce la obligación constitucional del Estado de garantizar ese derecho”.
Por otro lado, el colectivo está reclamando información sobre la situación laboral de 35 trabajadoras y trabajadores que están involucrados en estos proyectos. Se manifiestan a favor de la continuidad de los contratos en el entendido que se debe valorar el capital humano y la experiencia de más de 10 años que tienen los integrantes de estos equipos.
Movilizados
¿Más recortes en crisis?, ¿así cero asentamientos?, ¿paralizar obras es mejorar?, fueron algunas de las preguntas que trabajadores y trabajadoras del Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB) le hicieron a las autoridades del Ministerio de Vivienda el pasado martes 3 de noviembre durante una movilización. Con cascos de obra, carteles y al son de “sal de ahí ministra, ministra, sal de ahí de ese lugar”, decenas de personas involucradas en el Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB) se manifestaron en las afueras de la sede del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) para exigirle respuestas a la ministra Irene Moreira. Quieren saber, básicamente, qué planes tiene para la regularización de asentamientos durante el próximo quinquenio.
En diálogo con Caras y caretas, uno de los integrantes del colectivo, el arquitecto Enrique Meiroti, explicó los motivos para el pedido de reunión con la ministra. «Solicitamos la reunión para plantearle la situación en la que se encuentra el PMB, un programa que atiende las regularizaciones de asentamientos en todo el país y que se encuentra en indefinición con respecto a su continuidad».
Además, aclaró que estos programas de mejoramiento de barrios no inciden únicamente en temas de vivienda, sino que implican una regularización integral. Intervienen en problemas urbanos, sociales, de infraestructura, agua potable, energía eléctrica, alumbrado, calles, policlínicas, entre otras cosas. El programa mejora la situación de vecinas y vecinos que viven en los asentamientos y también de su entorno, en el sentido que cuando se mejoran, por ejemplo, aspectos ambientales, esto trasciende el barrio y alcanza zonas aledañas. El profesional advirtió que si no se resuelve la situación, revertir las consecuencias que puede dejar el estancamiento en las obras «va a ser muy costoso».
A su entender, esta situación «no solo pone en riesgo los procesos de trabajo iniciados en los diferentes barrios y la pérdida de fuentes laborales, sino que atenta contra las expectativas de cientos de familias de contexto vulnerable que hace años esperan resolver algunas de sus problemáticas».