En las últimas décadas el running se ha puesto de moda en muchas partes del mundo a partir de campañas publicitarias de gran envergadura impulsadas por marcas de calzado deportivo como Asics o Nike. En Uruguay es común tener amigos y conocidos que hayan corrido alguna “5k”, “7k”, o “10k”. Por otro lado, las competiciones de élite tipo Duatlón (carrera a pie – ciclismo – carrera a pie) o Triatlón (natación – ciclismo – carrera a pie) también se han popularizado en deportistas que buscan llevando sus cuerpos hasta el límite.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Correr de forma moderada es sano, según el Journal of American College of Cardiology, correr habitualmente de forma moderada reduce el riesgo de muerte hasta en 30%. Sin embargo, como en todos los ámbitos, los excesos en este deporte pueden traer consecuencias muy negativas para el organismo.
1.- Disminución de la masas cerebral
El pasado diciembre, en el Congreso Anual de Radiología de Estados Unidos, varios científicos alemanes presentaron un estudio según el cual las carreras de largo recorrido tienden a disminuir la masa encefálica de los atletas. Hablan de recorridos habituales de más de 42 kilómetros. En el estudio, los expertos monitorearon a 44 participantes de la 2009 Trans Europe Foot Race, una competición desde Italia hasta Noruega, en la que los deportistas recorren 4.500 kilómetros en 64 días aproximadamente. Tras seis años analizando los resultados, los radiólogos descubrieron que su masa encefálica había disminuido 6,1%.
Aunque, según matiza el estudio, este daño no es irreversible ya que a los 8 meses el órgano vuelve a su estructura original. El achicamiento de la materia gris puede deberse a que, dada la monotonía de mirar siempre al frente durante tantos días seguidos, el cerebro «se toma unas minivacaciones». “Al correr de modo intenso, y más cuando ya hay cansancio, se va en ‘visión túnel’, sin apenas ser consciente de lo que hay a los lados. De hecho, apenas se registran los lugares por donde se pasa. Si al terminar una carrera te llevan de nuevo por el mismo recorrido, puede que veas cosas que ni recordabas” explicó al diario español El País la preparadora de triatletas, Isabel Pinto.
2. Desgaste de cartílagos
Correr deteriora las articulaciones de las rodillas y los pies. Es el mantra que repiten los preparadores físicos y los médicos a quienes se meten a quemar zapatilla durante muchos kilómetros. Varios científicos comprobaron que casi todos los cartílagos de las rodillas, los tobillos y los pies sufrían una importante degradación en los primeros 1.500-2.500 kilómetros de carrera. “Pero las pruebas en etapas posteriores revelaban que el cartílago del tobillo y el pie se regeneraban durante la carera”, señala el científico. Algo similar sucedía con los tejidos blandos. “El tendón de Aquiles mostraba un significante aumento de diámetro. Definitivamente, el pie humano está hecho para correr”. 3. Se pierde agilidad mental durante la carrera “Al someter el cuerpo a tal esfuerzo, la glucosa y el oxígeno van sobre todo a los músculos para que sigan corriendo. Al cerebro le llega lo justo para mantener sus funciones vitales, pero no para hacer alardes intelectuales”, advierte Pedro Luis Valenzuela, fisiólogo del ejercicio en el foro de profesionales vinculados al deporte Fissac.
4. Alucinaciones
Tras sesiones largas de “running” se puede llegar a tener alucinaciones. El ultracampeón Scott Jurek, en su libro Correr, correr, vivir (Ediciones Temas de Hoy), asegura haber visto cómo un camión casi atropellaba en la cuneta a un fotógrafo inexistente tras muchas horas de zancadas. “Al sobrepasar las 20 horas seguidas corriendo es fácil que sobrevenga cierto aturdimiento. Sobre todo si vas por un tramo fácil y te pones en stand by para ahorrar energía”, reconoce el corredor de montaña español Kilian Jornet.
5. Daño muscular y renal
La creatina quinasa (CK)“es una enzima que se localiza en los músculos y sirve para metabolizar la energía. En momentos de gran esfuerzo muscular, como un maratón, hay roturas en los músculos que provocan la filtración de la CK al torrente sanguíneo. Al llegar a los riñones puede ocasionar un daño renal poco frecuente llamado rabdomiolisis”, apunta Valenzuela. “Los riñones también pueden sufrir si no se hidrata convenientemente, ya que tendrán que filtrar una sangre más espesa”.
6. Se acelera la oxidación
El cuerpo humano, en presencia de oxígeno, genera radicales libres y esto lleva a la oxidación. Efectivamente, la piel se arruga y los músculos corren el riesgo de lesionarse. “Al respirar intensamente el corredor consume más oxígeno. Esto genera radicales libres, con el riesgo de sobrecarga y fatiga muscular. ¿Cómo neutralizarlos? Con antioxidantes. Hay de dos tipos: endógenos y exógenos (los suplementos nutricionales). Los primeros son enzimas que el propio cuerpo fabrica. Con el entrenamiento, el cuerpo se adapta y aprende a crear más antioxidantes. En mi opinión hay que comer variado, entrenar con cabeza y recurrir a los suplementos solo en caso de carencias. Suplementar porque sí impide que el cuerpo cree sus propios antioxidantes”, ilustra Pedro Luis Valenzuela. 7. Disminuye la movilidad de los espermatozoides (pero el sexo es excelente) El sobreesfuerzo de marcarse un montón de kilómetros a la semana no solo quema calorías. Numerosos estudios advierten de que también se reduce el número de espermatozoides y su movilidad en el líquido seminal. Dicho de otra forma: morder la medalla de finisher al terminar un maratón puede mermar la fertilidad varonil. Sin embargo, un estudio del departamento de Antropología Biológica de la Universidad de Cambridge sobre 542 participantes en el maratón de Nottingham concluyó que aquellos con una buena marca tenían más testosterona. En consecuencia, serían mejores amantes y más deseados por las mujeres (se hizo solo con varones). La explicación: en la época de las cavernas el alimento lo lograban los que más corrían y durante más tiempo. Y ellos deseaban al campeón: los maratonianos.