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EL CIERRE DEL CAMBIO NELSON

El show de don Francisco

El diputado suplente del Partido Colorado Francisco Sanabria se fugó del país tras cerrar el conocido cambio Nelson, dejando tras su paso un tendal de maniobras fraudulentas. Su paradero es desconocido y aunque prometió volver para afrontar las consecuencias de sus actos, nadie en su sano juicio lo cree.

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Por Isabel Prieto Fernández

Por estas horas todos hablan de Sanabria. Muchas veces no se entiende si se refieren a Wilson –dirigente histórico del Partido Colorado, diputado y senador, fallecido en 2015– o a Francisco, heredero político y económico, aunque, a la luz de los hechos, carente de las habilidades del padre. Cuando la confusión surge al escuchar a alguien, basta esperar a que el hablante pronuncie una característica para saber de qué Sanabria se habla. De Wilson, en líneas generales, el concepto no es malo, aunque sí puede ser dudoso; de Francisco es siempre lapidario y suele ir acompañado de su condición de “fugitivo”, “ladrón”, “farsante” y, en algún caso leve, algún correligionario lo ha tildado de “tarambana”. Otros, ni lo nombran. Tal el caso de Julio María Sanguinetti, tan afecto a descalificar a ajenos y tan discreto para opinar sobre los propios si la macana fue grande.

Sanabria padre

Wilson Sanabria era un hombre poderoso. La razón era sencilla: el hombre arrancó un tambo y un pedazo de tierra y terminó su vida siendo dueño del famoso cambio Nelson, una chacra en Laguna Garzón, dos casas (una en Manantiales y otra en Playa de los Ingleses), dos apartamentos en plena península, una rentadora de autos y varias estaciones radiales de Maldonado, entre ellas FM Gente, a cargo de testaferros. También era accionista de varias empresas y estuvo vinculado a licitaciones a tercerizaciones del tratamiento de residuos en Maldonado y al hotel Conrad.

En 1989 llegó a la Cámara de Diputados siendo hombre de confianza de Julio María Sanguinetti. Luego, en las dos elecciones siguientes, fue electo senador. En esos años, Sanabria aumentó su capital de manera considerable y en 2005 se retiró del Parlamento para dedicarse de lleno a los negocios personales, al margen de continuar siendo un dirigente de fuste dentro de su partido.

Si algo caracterizaba a Wilson Sanabria era la habilidad para manejar el capital humano, siempre presto a dar una mano a quien la precisara, aunque eso también tiene su precio. Todo era válido porque a la hora de aportar para la campaña electoral, el Canario siempre estaba, y si alguien andaba en la mala, el tipo no lo dejaba a pata, moviendo sus influencias políticas en ambas márgenes del Plata. Hasta la célebre “Ruta del dinero K” –de la cual, aunque consume ríos de tinta, no se ha comprobado nada– estuvo asociada a Wilson Sanabria.

Sanabria hijo

De los tres hermanos Sanabria, Francisco parecía ser el que había heredado las dotes del padre. Seguramente eso fuera favorecido por la necesidad del Partido Colorado para no seguir perdiendo votos luego de la crisis de 2002, cuando se vino en picada y ya no pudo remontar.

Cuando en la primavera de 2015, el viejo Sanabria muere, Francisco ya había sido entrenado para continuar la trayectoria. Sin embargo, y a pesar de haber sido electo secretario general del Partido Colorado, ni de lejos se podía comparar con su padre.

Para empezar, todo Maldonado sabía que Francisco de doctor no tenía mucho más que un título. Se recibió como doctor en Derecho en el Instituto Universitario de Punta del Este (IUPE), con sede central en la península y varias sucursales en otros departamentos. En el año 2010, el Consejo Consultivo de la Educación Terciaria Privada (Ccetp) revocó la autorización y se hizo público que el IUPE no contaba con los méritos suficientes para tener estatus de universidad, así que hasta la densidad académica del título puede estar en cuestión. Adolfo Gutiérrez Sosa, el “rector” de lo que resultaba ser prácticamente una academia que otorgaba títulos universitarios, se fugó a Paraguay, siendo detenido en ese país el 1º de abril de 2013. Para ese entonces, Francisco Sanabria ya había jurado ante las autoridades de la Suprema Corte de Justicia, así que tenía derecho al Derecho.

En poco tiempo, quedó al descubierto la mala gestión del “dotor” Sanabria, que es diputado suplente (renunció por carta, pero no tiene validez formal) y que tiene el gran mérito de arrastrar a la desgracia tanto a su clientela privada como a toda una fuerza política, ya desmerecida por situaciones de público conocimiento.

Como si el daño no fuera grande en cualquier momento que ocurriere, lo hizo completo.

La fuga y lo que quedó

Es de no creer la mala liga del Partido Colorado. Cuando por fin logran que en una interpelación no conformaran las repuestas del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y aún podrían estar saboreando ese éxito relativo, lo más cercano a la victoria que han tenido en años, el diputado suplente del miembro interpelante, Germán Cardoso, Francisco Sanabria Barrios, se manda la tal estafa y huye a Miami.

Sanabria estaba utilizando su cambio como si fuera un banco, al permitir depósitos de dinero, algo expresamente prohibido por el Banco Central para ese tipo de comercios financieros. Ese negocio ilegal, que incluía el depósito de cheques que eran cobrados con posterioridad, permitió a cambio Nelson entrar en una suerte de calesita y hacerse de unos US$ 15 millones.

El miércoles 22, cuando la estafa había llegado a la opinión pública, cientos de personas que confiaron sus dineros al cambio se hicieron presentes en la puerta del negocio con sede en Maldonado y sucursales en varios departamentos. Entre ellos se encontraba el conocido peluquero Roberto Giordano, empresarios que ya habían depositado sus sueldos para los trabajadores y los trabajadores del cambio. Gente indemnizada por distintos motivos. Algunos claros (los de trabajadores, por ejemplo), otros no tanto, ya que resulta incomprensible –o no– que gente de negocios pensara en un cambio para hacer sus depósitos y no en un banco, como es ley y, se supone, garantía de transparencia.

La cosa es que Francisco se tomó el vuelo de Aerolíneas Argentinas hacia Buenos Aires y luego el de American Airlines a Miami. Su esposa, Carolina Serna, y sus dos hijos se fueron en otro vuelo con el mismo destino cierto, mientras acá dejaron a cientos con destino incierto.

Dos días más tarde, cuando ya todos esperaban una noticia que saliera de Interpol dando el paradero exacto de Francisco, llega un audio con su voz. Asegura que está a dos horas de Uruguay, en la zona Mercosur, buscando una solución y que en pocas horas regresaría. Su mensaje terminó siendo una burla más entre todas las que se había mandado.

En el curso de la interpelación que Cardoso le realizara a Bonomi, habló una y otra vez de la inseguridad en este país. Hoy se puede decir que le asiste razón: su suplente burló el cierre de fronteras que ya estaba decretado para él al momento de la partida, sin embargo, parece que “llegó tarde” al control de Migración, por no decir que lo más probable es que varios madruguen.

Otra de las cosas que dijo Cardoso en sala fue que su celular y su correo electrónico estaban intervenidos. Caras y Caretas buscó la palabra del diputado, pero este no contestó las llamadas. Entre otras cosas, queríamos saber si no consideraba que la intervención en sus líneas de comunicación pudiera estar ligada a una investigación de las andanzas de su suplente.

Mientras tanto, Francisco, muy pancho él, debe estar con la mitad de su cuerpo sumergido en una piscina, y su mano derecha levantando un trago a nuestra salud, que la de él, seguro, no la precisa. Ah, el lugar es en Boca Ratón, Miami. Las coordenadas son 26° 22′ 22» N 80° 6′ 23» W. Igual no importa. Cardoso tiene razón: la Policía suele llegar tarde.

***

Fugitivo sin concesiones

El miércoles 1º de marzo, el abogado Julio Soffer compareció ante el Poder Judicial y presentó el concordato de Camvirey SA, nombre legal de cambio Nelson. El abogado, de extensa trayectoria en la materia, lo hizo con la información que tenía en su poder y en procura de cumplir con los plazos previstos en la ley 18.387. El escrito no incluyó la lista de acreedores de cambio Nelson, ya que el profesional no contaba con esa información. El expediente cayó bajo la órbita de la jueza de Concurso de 1er. Turno, Sylvia Rodríguez, que dispuso las primeras medidas, entre ellas, identificar a los acreedores de la empresa.

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