En lo que constituye un sórdido caso de explotación sexual a una menor, un hombre y una mujer mayores de edad resultaron condenados por la situación en el departamento de Artigas.
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Según informó la Fiscalía Departamental de Artigas de 1º turno, a cargo del fiscal Hermes Antúnez, la investigación del caso comenzó a raíz de una denuncia anónima.
En ésta se daba cuenta de una situación de abuso sexual, que tenía como víctima a una niña de 13 años, la cual mantenía una relación “que fue definida como “de noviazgo”” con un hombre, vecino de su familia, de 55 años, quien entregaba a la madre de la niña “alimentos y vestimentas” a cambio de la relación.
En la investigación de la Fiscalía, se identificó al denunciado, un hombre de iniciales J.W.F.B, así como al núcleo familiar de la víctima, que estaba compuesto por su madre y por dos hermanas, de 5 y 10 años.
Asimismo, surgieron indicios de la relación entre el hombre y la niña, con las características antes mencionadas.
En el comunicado de la dependencia judicial, se informa de la aplicación del protocolo de abuso sexual en la presunta víctima, del cual surgió que la “adolescente de 13 años (..) niega haber sido victima de presunto abuso sexual. No obstante aparecen contradicciones en su discurso y conductas que hacen sospechar una situación de riesgo”.
Para esclarecer la situación, la Fiscalía contó además con “la historia clínica de la víctima, declaración de testigos, informe médico forense”, entre otros elementos.
Finalmente, el fiscal del caso condenó al hombre, mediante proceso abreviado, a la pena de cinco años de penitenciaría por el delito de unión matrimonial o concubinaria forzada o servil.
También fue condenada la madre de la niña, a dos años de cárcel por “ reiterados delitos de contribución a la explotación sexual de personas menores de edad en reiteración real con reiterados delitos de omisión a los deberes inherentes a la patria potestad”.
Para la imputación del hombre, la Fiscalía tuvo en cuenta que el mismo “abusando de una situación de vulnerabilidad (de la niña), mantiene una unión de “noviazgo” con una adolescente como condición para que acceda a la vivienda, alimentos, vestimenta u otras necesidades básicas para la subsistencia”.
En el caso de la madre, se señala que “se está ante una presunta situación de violencia sexual” y que la misma “desprotege a su hija, sometiéndola al desarrollo de una actividad denigrante, que vulnera el ejercicio de sus derechos, afecta el pleno desarrollo evolutivo de la adolescente y deja en evidencia la ausencia de cuidado y protección”.