El sueño de viajar a Marte, revivido en estos meses por la serie Mars del canal National Geographic, ha estado presente en la mente de la humanidad desde hace siglos. Los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Soviética (hoy de Rusia) desarrollaron a lo largo de los años distintos planes para poner a un hombre en la superficie del planeta rojo. Ahora es el gobierno de Donald Trump el que ha dado el primer paso hacia el objetivo de pisar la superficie del tercer planeta del Sistema Solar. Para eso firmó una ley que define el objetivo central de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) en las décadas venideras: las misiones tripuladas al espacio lejano, con Marte en la mira.
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De acuerdo con el texto aprobado la agencia espacial trabajará para lograr «una misión tripulada a Marte en el transcurso de la década de 2030». Y reafirma la importancia del programa Orion, una nave para volar más lejos que cualquier vehículo espacial construida para transportar humanos. Trump destacó que la ley «reafirma nuestro compromiso con la misión central de la NASA: la exploración humana del espacio».
«Nuestra nación está lista para volver a ser la primera en el espacio», agregó. Según los expertos llegar al planeta rojo, a una distancia de 225 millones de kilómetros de la Tierra, requerirá una verdadera proeza técnica y un inmenso presupuesto.