Cerca de 6 millones de niños dependen de la ayuda humanitaria, 12 veces más que en 2012, y más de 2,3 millones de niños se vieron obligados a desplazarse a Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Iraq. Según el estudio de Unicef, de todos los niños que residen en Siria, los más vulnerables son los casi 3 millones que se encuentran en las zonas de difícil acceso. De ellos, 280.000 viven bajo asedio y casi completamente aislados de la ayuda humanitaria. A su vez, los casos verificados de asesinatos, reclutamiento de niños y mutilaciones aumentaron considerablemente en 2016 por la intensificación de la violencia en el país. Al menos 652 niños fueron asesinados -lo que señala un incremento del 20% en relación a 2015- y más de 850 fueron reclutados como niños soldados. El director regional de UNICEF en Oriente Medio y Norte de África, Homs Geert Cappelaere, señaló que “la magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria son víctimas de ataques a diario, sus vidas están del revés”. “Cada niño está marcado para el resto de su vida con consecuencias terribles para su salud, su bienestar y su futuro”, agregó.
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