Un Solo Uruguay (USU) se expresó recientemente contra el proyecto de reforma de la seguridad social y volvió a reiterar sus críticas contra un sistema político que, sostienen desde la organización, parece no comprender la importancia de la producción nacional y está valorando, a pesar del riesgo de desparecer como movimiento social, tener representación política partidaria propia.
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El ingeniero agrónomo Guillermo Franchi es uno de los voceros de USU, luego del fallecimiento del dirigente Marcelo Nogué. En entrevista con Caras y Caretas Franchi repasa la historia del movimiento, el surgimiento del movimiento coincidiendo con un avance de las fuerzas políticas en la oposición al gobierno del Frente Amplio, aunque destaca que en el actual gobierno no tiene interlocutores, sostiene autocríticamente que tal vez no se están sabiendo hacer comprender en sus planteos por que el “sistema político” los ningunea y valora como excelente la gestión del representante de los empresarios en el directorio del BPS, José Pereyra, impulsado justamente por Un Solo Uruguay.
¿Qué balance hace a la luz de dos gobiernos de distinto signo del rol jugado por USU?
El movimiento nace por disconformidad sobre todo en el interior del país con todo aquello que decían (y hoy pasa algo parecido) con el viento de cola gracias a los precios internacionales de los commodities, de los granos, de las carnes, en un contexto internacional en que Uruguay no incide absolutamente en nada e impacta acá, tanto cuando los precios son buenos o son malos.
Pero en esa bonanza que tanto se habló, no se prestó atención al aumento de los costos tributarios, de los combustibles, de las energías, y la gran cantidad de gente que desde 2013 se estaba yendo del medio rural, de productores con cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo, en el comercio, en la construcción, en los camioneros…
¿En ese fenómeno no hubo una fuerte incidencia del valor de la renta de la tierra?
Siempre incide porque la renta de la tierra es como los alquileres para vivienda, solo que el valor de la renta va asociada al valor de lo que produce la tierra, en general se fija el valor de la tierra por ejemplo en una hectárea para ganadería asociado al valor del precio de kilo de novillo para el frigorífico, y cuando esos valores bajan, uno queda colgado del precio de la renta.
Yo creo que el 80% de los productores ganaderos en Uruguay trabajan en tierra arrendada y también en la agricultura.
¿En ese marco USU nace integrado mayoritariamente por productores?
El disparador de los primeros mensajes y la organización de la primera reunión en Paysandú en 2018 fue agropecuario, pero ya de pique se sumaron comerciantes, jubilados, maestros, camioneros, prestadores de servicios para el agro y lo agropecuario fue el pilar fuerte, pero los comerciantes golpeados por el aumento del precio de la luz, el agua, los combustibles, se sumaron de entrada.
Montevideo venía zafando de esa situación mientras el Interior se caía a pedazos, pero luego se sumaron; había gente que decía “no tengo plata para cerrar la empresa, porque no tengo plata para los despidos ni para dar el cese en el BPS” y toda esa situación que se venía acumulando tuvo su disparador en la suba de combustibles el primero de enero de 2018.
Esa fue la chispa, pero el tema combustible se venía arrastrando desde hace años, sin poder hacer comprender qué era lo que estaba pasando, haciendo un paralelismo muy grande con lo que sucede ahora.
Yo creo que la gran falla que hemos tenido es no saber expresarnos o es una gran habilidad del sistema político de decir “hasta acá los escuchamos”, capaz porque somos un movimiento autoconvocado por ser una organización gremial.
Los reclamos que el 13 de abril del año 1999 leyó Eduardo J. Corso en el acto en el Palacio Legislativo siguen siendo los mismos, hace 30 años que venimos hablando de lo mismo.
¿Ustedes han dicho que en este período de gobierno no han encontrado interlocutores?
Nada de posibilidades de poder hablar sobre muchas cosas que se plantearon en campaña electoral y que nosotros pensábamos se habían entendido, pero con los únicos que hemos podido hablar son las autoridades del Ministerio de Ganadería para temas muy específicos como la brucelosis, con la gente de la Dinatra, pero por temas muy muy puntuales.
¿Ustedes se consideran un movimiento al margen de lo político partidario?
De lo partidario sí, primero porque nacimos autoconvocados y no importaba si había votado en las elecciones anteriores al Frente Amplio o a los colorados.
Pero ustedes nacieron en un momento de auge de la oposición política de la época, con fuerte respaldo sobre todo de dirigentes del Partido Nacional. ¿Apostaban a que esos sectores que hoy son gobierno habilitaran al menos un diálogo más fluido?
La expectativa siempre la tuvimos; con el Frente Amplio participamos en cuanta instancia el gobierno de Tabaré Vázquez nos ofreció, hasta que nos corrió el propio gobierno, por ejemplo de las mesas de diálogo del ministerio, fuimos a tres mesas donde estaban Astori y Cosse y después de la tercera se ve que no fuimos del agrado y nos corrieron.
Nosotros planteábamos poder solucionar el tema del endeudamiento familiar a nivel de los productores, a nivel comercial, sobre la reestructura de los combustible y Ancap.
Se nos vincula con partidos integrantes de la coalición, pero nosotros nacemos en enero de 2018, bastante lejos del inicio de la campaña electoral y pusimos temas arriba de la mesa que luego algunos de esos partidos tomaron, pero hoy todo sigue igual.
¿Cuál es el relacionamiento de USU tanto con la Asociación Rural como con la Federación Rural?
No hay mucha y no por nosotros y esas son las cosas que uno no entiende.
¿Se sienten ninguneados?
Y yo no sé, pero falta honestidad intelectual, hay temas que ni siquiera se mencionan y eran estandartes de las gremiales durante la campaña electoral y hoy ni siquiera logramos que se discuta o armar una mesa para hablar sobre esos temas, incluso con retrocesos como el atraso cambiario, el despoblamiento rural que no se logra revertir.
No hay una política clara de créditos para acceso a la tierra en un medio rural despoblado.
La industria nacional no se ha desmantelado por casualidad y Uruguay se ha convertido en un país caro para vivir y para producir.
Acá hay que parar de mirar lo que pasa afuera y ver qué es lo que nos esta pasando a nosotros.
¿En este escenario USU se está planteando volver a realizar movilizaciones como las que llevó adelante durante los años previos a la asunción del nuevo gobierno?
Nunca se descarta, pero hoy estamos en una etapa de ver por qué no logramos que se entiendan nuestros planteos, de hacer una autocrítica bien fuerte. No descartamos movilizarnos, pero hoy la gran dificultad que tenemos para mover gente es que no hay tema, reclamo que ya no se haya dicho o movilizado.
¿La declaración de emergencia agropecuaria no es un escenario propicio?
La emergencia agropecuaria viene luego de 4 o 5 sequías, la tercera consecutiva, tenemos el bien más preciado que son las lluvias y los excesos de agua que tenemos en invierno, pero se pierden porque no hay incentivos a juntar aguas de las que corren por las cañadas y los arroyos, entonces seguimos con la emergencia agropecuaria que es la varita mágica, un crédito de microfinanzas del BROU para que el productor pueda enfrentar los problemas que pueda tener, pero de lo estructural, de las soluciones de fondo no se habla. Es increíble lo que perdemos por no tener una política focalizada para las reservas de agua, solo la tenemos para generación de energía. Nosotros queremos discutir políticas para 10 o 20 años para delante y el sistema político pasa discutiendo la inmediatez. Nadie discute un problema tan viejo como el tema del comercio en el litoral, sigue sin tomarse definiciones para la producción.
Pero hay sectores como el agroexportador y la agroindustria a los que no le ha ido mal, con récords de ventas y ganancias.
Yo no soy agroexportador ni industrial, soy un productor y le tengo que vender a un oligopolio de un par de empresas brasileras que tienen casi el 50% de la faena, no tengo otro a quién venderle, entonces los malla oro no son más que los dedos de una mano y media, las multinacionales que comercian los granos o faenan y los productores somos rehenes.
El 80% de los productores no cubren la canasta básica familiar.
¿Se convertirá USU en un movimiento político partidario?
Personalmente no descarto nada, pero debería ser algo más amplio el movimiento, que abarque la producción, el comercio, el turismo y que tuvieran una bancada que legislara permanentemente y no solo que los temas se hablen en la campaña electoral, pero hoy sería un error perder nuestra condición de movimiento social y es una excepcional herramienta.
¿Cómo valora la gestión del director Pereyra, representante de los empresarios en el directorio del BPS?
Creo que está haciendo una muy buena gestión, tiene mucho encontronazo, él mismo dice que no fue a hacer amigos, y tiene que resolver temas como el de las certificaciones médicas que ahí nomas hay parte del déficit del BPS, el tema de las horas de licencias sindicales que las deberían pagar los propios gremios, y resolver el tema de los endeudamientos de gente que no pudo cerrar sus empresas y son cerca de 60.000 personas. USU está muy conforme con su gestión.
¿Ustedes rechazan el actual proyecto de reforma de la seguridad social?
Le diría que desde antes de que se conociera el anteproyecto, con las explicaciones de la comisión que hacia el estudio técnico. ¿Si no se ataca el problema principal, que es la reestructuración del propio organismo, que es lo que se va a reformar? Van a hacer un maquillaje solo para que tengamos que trabajar unos años más.