El pasado jueves, el vicepresidente colombiano, Germán Vargas Lleras participó en un acto en el municipio colombiano de Tibu, perteneciente al departamento Norte de Santander, situado en la frontera con Venezuela al nordeste del país. Allí, el jerarca se refirió a los habitantes del país vecino despectivamente como “venecos”, hiriendo sensibilidades. En referencia al programa de vivienda gratuita para población desplazada, Vargas dijo públicamente al alcalde del municipio que los inmuebles construidos en ningún caso pueden destinarse a naturales venezolanos. “Estas casas son para población desplazada que vive en Tibú, no vaya a dejar meter los venecos, por nada del mundo… ¡esto no es para los venecos!”, exclamó. Esto ha provocado reacciones públicas en Venezuela. La Cancillería de este país emitió este viernes un comunicado en el condena la expresión del vicepresidente colombiano por emplear un “tono hiriente y degradante”. Según ellos esto quebranta los principios internacionales de protección de Derechos Humanos como el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, los cuales “prohíben taxativamente la promoción del odio, la intolerancia y la discriminación contra cualquier grupo social, a la par que obliga a los Estados a promover tratamiento digno, de no discriminación y de respeto a la población que reside en su territorio”.
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Dr. @German_Vargas ¿Sabía que los «venecos» le han dado casas gratis a 280 mil familias colombianas en Venezuela?
— Piedad Córdoba Ruiz (@piedadcordoba) 26 de enero de 2017
“El vicepresidente Vargas Lleras parece ignorar interesadamente los Informes de ACNUR, agencia de las Naciones Unidas, que ha reconocido que Venezuela, patria generosa, ha dado cobijo seguro, respetuoso y de manera integral a millones de colombianos, huyendo justamente de la guerra, la discriminación y los odios de clase. Es reprochable que existiendo relaciones fraternas entre nuestros pueblos, la oligarquía colombiana arremeta sistemáticamente contra el pueblo venezolano y su digno gentilicio”, reza el comunicado oficial. En el texto el gobierno bolivariano exige excusas debidas a su par colombiano por lo que considera un “mensaje de odio”.