Golpear a soldados israelíes que tiraron gases lacrimógenos contra la casa de la familia Tamimi, en Nabi Saleh, ha llevado a la joven Ahed Tamimi y a su madre a la cárcel. Ahora, tras conocer que el juez militar le ha negado la libertad bajo fianza, ambas seguirán bajo prisión preventiva hasta el juicio, que se celebrará el próximo 31 de enero. Su prima también fue detenida, pero ella quedó en libertad bajo fianza.
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Los sucesos tuvieron lugar en diciembre, en el territorio ocupado de Cisjordania, cuando en una redada nocturna soldados israelíes entraron en el hogar de la familia Tamimi y se llevaron a la joven de 17 años y a su madre. El motivo fue la difusión de un vídeo en el que Ahed golpeaba a dos soldados en el patio de su casa tras violentar a todos los miembros del hogar.
La joven, actualmente, se enfrenta a 12 cargos que la acusan de participar activamente en manifestaciones en contra de la ocupación o tirar piedras a las fuerzas de seguridad del estado israelí. Su padre declaró que “no hay justicia bajo la ocupación y el sistema judicial israelí fue diseñado para castigar a los palestinos”.
Este suceso, sin embargo, no es un caso aislado: cientos de jóvenes de territorios ocupados, que viven en campos de refugiados, conviven a diario con la presencia violenta de los soldados. Organizaciones de Derechos Humanos llevan años denunciando el abuso verbal y físico que sufren los menores palestinos por parte del ejército y el hecho de permanecer en prisión entre seis y nueve meses por lanzar piedras en defensa propia.
La relevancia de este caso se debe al momento tenso que se generó a nivel internacional cuando Donald Trump tenía la intención de reconocer oficialmente Jerusalén como la capital de Israel. La relevancia que se otorga al caso de Ahed Tamimi busca, según familiares, desviar la atención para evitar hablar de la ocupación y de sus consecuencias, de la falta de derechos de los palestinos que viven hacinados en pequeños territorios sin posibilidad de salir de ellos, con escasez de recursos básicos y de derechos que son universales, como la educación o la salud.