Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Política

Un poco de paz

Algo de justicia florece en Flores

La noticia del procesamiento del coronel (r) Mario Ramos Villanueva y del médico Nelson Fornos Vera trajo paz, más de 30 años después de sus denuncias, a quienes por los 70 fueron sus víctimas. Una justicia que a pesar de la pandemia y una parte de la sociedad que optó por la impunidad, se sigue abriendo paso.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

El procesamiento solicitado por la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad fue acogido por el Juzgado de Primera Instancia de Flores y podría ampliarse a otros delitos, como privación de libertad o lesiones graves.

La denuncia data del año 1986, cuando la Federación Médica del Interior denunció a Fornos Vera, quien ya había sido sancionado por la Comisión Nacional de Ética Médica en 1985 y expulsado de la gremial en decisión unánime.

El exdirigente de AEBU Miguel Longo de la ciudad de Trinidad, que fue detenido en 1974,1976 y 1977, recuerda que la denuncia se presentó antes de la votación en el parlamento de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, pero que una vez aprobada la misma, la defensa debió pelear para que esa denuncia no fuera alcanzada por dicha ley, por eso la causa tuvo un trámite lento y lleno de obstáculos.

El expreso político y exdiputado de Colonia Homero Viera recuerda: “Yo caigo preso el 26 de abril de 1972. El 14 de ese mes se habían dado los hechos del enfrentamiento del MLN con el escuadrón de la muerte, el Parlamento vota la ‘Ley de Guerra Interna’, por lo que autoriza al Ejército a entrar a combatir directamente a la guerrilla. Esto implicaba que los militares podían hacer procedimientos como la Policía, pero sin pasar por el juzgado.

En ese marco se había dado hacía poco un enfrentamiento en el arroyo Espinillo cerca de la ciudad de Dolores donde caen algunos compañeros y todas las unidades militares de la zona estaban en alerta.

Yo esa noche me trasladaba en un vehículo con otro compañero cuando en una ruta aún de tierra nos detiene la Policía luego de unos tiros, aunque no recuerdo si el camión que venía detrás con más compañeros hizo algún intercambio de disparos.

Ahí nos tienen atados en el piso hasta que llegan del Ejército a buscarnos. El que viene al frente de los militares era Mario Ramos, conocido como la Perra.

Venían del cuartel de Artillería Nº 2  de Trinidad que había centralizado la actividad militar de toda la zona de Flores, Colonia, San José y Soriano.

En ese momento, el jefe del cuartel era Francese de apellido, hijo del que fue ministro de Defensa y el que le seguía en la cadena de mando, Julio Herrera.

En ese momento todavía no se había producido el golpe de Estado y había toda una serie de especulaciones de como actuarían esos militares ante un quebramiento de la legalidad.

Ahí me pusieron la capucha, que le ponen un cinto alrededor para que apriete y no se levante, y me empezaron a dar los primeros golpes.

Nos llevan en un camión a lo que años después reconocí como si fuera un viejo tambo en desuso, pero sin dudas era un galpón enorme destinado en su momento a la ración de los animales.

Lo que si reconocí fue un lugar que debía ser como un chiquero de chanchos, porque allí me golpearon y cuando caía al piso podía reconocer esa tierra que mezclada con la mierda de los chanchos y el agua le da un textura especial.

Me ponen de plantón y me golpean y en determinado momento, como a los dos días de plantón que ya no daba más, porque si te ibas al suelo o amagabas, te pegaban un culatazo y golpeaban hasta levantarte, vienen Ramos y Herrera, con unas capuchas como si fuera las del Ku Klux Klan, que incluso fumaban por un agujero de la capucha, y un milico perrero, con el perro, regalado, sin cubrirse la cara, que tenía una cara de susto cuando me preguntaban y como no decía nada, le daban la orden de que el perro me atacara, que de una de las mordidas después de desgarrarme toda la ropa me hizo una herida que nunca me la atendieron.

A ese cuartel empezaron a caer presos políticos de Carmelo, Colonia, Flores, Trinidad, llegaron a haber como 70 presos, luego los desparramaron, pero siguieron durante la dictadura usándolo, al punto que ahí estuvo Manera como rehén, al que dejaron casi morir de una infección, que fue una las denuncias de  FEMI contra el médico Fornos.

Una vuelta me llevan a enfermería, yo estaba realmente mal de la herida; habían mandado a mi familia la ropa destrozada por el perro, ensangrentada y con la marca  de los colmillos en los restos de jirones que me había quedado del calzoncillo, y ahí en la enfermería me llevaron con dos milicos de custodia como siempre, pero no le habían puesto el cinto a la capucha por lo que algo podía ver.

Ahí en enfermería miro para abajo y veo a una persona que se me para enfrente con un pantalón negro de vestir impecable y zapatos lustrados. Claramente no era un militar y me preguntó si me encontraba bien y me dolía algo. Ese era Fornos”.

En ese cuartel también estuvo preso, entre varios otros ciudadanos, el escritor Mario Arregui.

Tanto Longo como Vera, que declararon como testigos en el juzgado, dicen haber encontrado paz con este fallo.

El maestro jubilado y expreso político Aníbal Rondeau expresa que, sin embargo, “con Ramos me llevé una decepción porque detrás de él y el médico Fornos, están los responsables civiles que nunca dieron la cara y que siguen operando en el poder hasta el día de hoy”.

 

Declaración de FEMI

«Hace 34 años denunciamos a Fornos Vera y otros tristemente famosos médicos de nuestro gremio y los expulsamos de la Federación Medica del Interior por hechos que hoy la Justicia convalida. Un homenaje a tantos médicos que lamentablemente hoy no nos acompañan físicamente, pero que lucharon por verdad y justicia”, expresó al enterarse de la noticia el Dr. Uruguay Russi, histórico dirigente de FEMI y protagonista de aquellas primeras arremetidas en busca de la condena.

Hoy Fornos y Ramos están detenidos en la cárcel de Flores.

Desde la Federación Médica del Interior reforzamos nuestro compromiso y continuamos en el camino de la verdad y la justicia, en el que hoy sentimos que estamos un poco más cerca.

Consejo Ejecutivo de la Federación Médica del Interior

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO