Carlos Domínguez Rodríguez era un periodista independiente cuya última nota en su portal denunciaba la violencia previa a las elecciones del 1º de j ulio, violencia ligada a las bandas de narcotraficantes que dominan Tamaulipas. El 13 de enero de 2018 lo acribillaron y apuñalaron más de 20 veces. Ejercer el periodismo en México es convocar a las parcas. Solo en 2017 fueron ejecutados 11 comunicadores y en lo que va de 2018, a la lista iniciada con Carlos Domínguez se sumaron los asesinatos de Héctor González, asesinado a golpes, también en Tamaulipas; Alicia Díaz, asesinada a golpes en Nuevo León; Juan Carlos Huerta ejecutado en Tabasco; Leobardo Vázquez; acribillado en Veracruz, y Leslie Ann Pamela Montenegro del Real, ejecutada por un grupo de hombres que irrumpió en su restaurante en Acapulco, Guerrero. Desde el año 2000, más de un centenar de periodistas han sido asesinados; 42 bajo la presidencia de Peña Nieto. Los analistas de los grandes medios de desinformación le exigen a Andrés Manuel López Obrador (y parece muy loable) que “reconcilie al país”; o sea, que se una a todos sus opositores, se pidan perdón por las acusaciones mutuas, se abracen, se besen y todos juntos de la mano caminen en armonía rumbo a un futuro lleno de luz, paz y amor. Al parecer algunos tienen una sobredosis de libros de Paulo Coelho. Uno puede reconciliarse con un adversario cuando el mismo, pese a sostener ideas diferentes, es honesto; pero ¿cómo hacerlo con quien está aliado con delincuentes? Si el PRI, EL PAN, y sobre todo el PRD, han quedado pulverizados en las urnas, es porque la ciudadanía no los quiere ver coparticipando en el gobierno. Se exige al presidente electo cambiar su lenguaje agresivo por uno más respetuoso y diplomático, como si sus adversarios tiraran rosas con cada oración. Se le exige que deje de criticar a la prensa, que deje de hablar del poder mafioso que domina al país y deje de llamar imperio a los Estados Unidos. En resumen: se le exige convertirse en un hipócrita. Lo importante es lo que espera el pueblo: que haga rodar las cabezas de los corruptos. No será fácil. Este es un país en guerra. Durante la campaña electoral fueron asesinados unos 130 políticos, mientras que otros que se salvaron tuvieron que renunciar a sus candidaturas para dejar paso a los que sí aceptan negociar con los narcos y corruptos. Aquí es regla que si quieres vender algún producto o servicio al Estado, debes pagar la comisión correspondiente al jerarca que autoriza la compra o contratación. Hablamos de montañas de dinero. ¿Dejarán semejante negocio de lado los dueños de México solo porque una abrumadora mayoría llevó a AMLO al gobierno? Lo que le espera al líder de la izquierda no es un camino de rosas. Cuestión de tiempo Por un tiempo la prensa de derecha le dejará tener su luna de miel y hasta le destinará algún que otro elogio para poder decir que aquel se equivocaba al atacarla. Ellos saben tomarse su tiempo. Ellos saben cómo sembrar el desencanto en su debido momento. Se exaltan las actitudes de Meade y Anaya por haber reconocido de inmediato el triunfo de López Obrador; pero… ¿qué otra opción tenían si les llevaba más del 30% de ventaja y ni uniendo sus votos se le acercaban? ¿Cuánto tardarán los conservadores en organizar asonadas para obligar al gobierno a reprimir y encarcelar a los violentos para luego mostrar ante el mundo a AMLO como represor y a los provocadores como presos políticos? ¿Cuánto tardarán (tomen nota) en crear a un Leopoldo López? ¿Cuánto tardarán en ‘descubrir’ supuestos negociados del presidente o algún miembro de su equipo? ¿Cuánto tardarán en organizar un golpe de mercado que colapse la economía mexicana? ¿Cuánto tardarán en convencer a la gente de que sus políticas sociales solo sirven para fomentar la vagancia y que las mujeres pobres se hagan preñar mil veces para cobrar más dinero al Estado? ¿Cuánto tardarán los poderosos en organizar movimientos para oponerse a cualquier impuesto o recorte de beneficios? ¿Cuánto tardarán en comenzar a llamar ‘régimen’ a su gobierno y culpar al mismo de toda la desintegración social, violencia y corrupción creada por los partidos tradicionales? Esta película la he visto demasiadas veces como para no conocer lo que viene. Disculpen si oficio de spoiler y llevo agua a la fiesta; pero Alberto Grille no me integró a su equipo para que les recite poesías, sino para mostrar la realidad, por cruda que sea. La prensa tiene el poder de convertir en tiempo récord, ante los ojos de su pueblo, a un dictador en un demócrata y a un demócrata en un dictador. Tiene también el poder de enardecer a un pueblo contra su líder y transformar el amor en odio. Hablo de la prensa que está ligada al suprapoder mafioso internacional. ¡Claro que hay periodistas honestos! Los cementerios de México dan fe de ello.
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