La crisis por la pandemia de coronavirus llevó a que en los últimos tiempos el gobierno mantuviera el precio de los combustibles. En abril, las autoridades habían anunciado que en junio se realizaría un ajuste y el mismo está por concretarse.
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En las últimas horas el directorio de Ancap elevó una carta al Poder Ejecutivo con los valores de ajuste sugeridos por la empresa para las naftas, el gasoil y el supergás.


En los últimos dos meses la autoridades han anunciado que se tomó la decisión política de postergar el aumento de los combustibles, en atención de la situación sanitaria y como señal hacia el sector productivo. Esta medida causó debate, porque entre otras cosas comenzó a tensionar las finanzas de Ancap, que proyecta pérdidas por 253 millones de dólares en el año de no ajustarse los precios al público.
El directorio de la petrolera estatal aprobó con el voto negativo de Walter Sosa, representante del Frente Amplio, una suba de 10,7 pesos en la nafta súper y de 11,6 pesos en el gasoil.
Esta propuesta de Ancap, es uno de los insumos que toma en cuenta el Ejecutivo para definir el ajuste de tarifas junto con el informe de la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua sobre el precio de paridad de Importación (PPI), un ejercicio teórico que simula los costos a los que un privado abastecería el mercado. El PPI es la nueva referencia que fijó el gobierno para que el costo al público acompaña la evolución del curdo en el mercado internacional.