La iniciativa consiste en beneficiar a hijos y nietos de afiliados de todo el país a través de un monto mensual durante un año que se deposita en la tarjeta Deanda Visa, un medio de pago internacional práctico y seguro, con el cual los becarios también pueden realizar transacciones, teniendo la opción de recibir dinero que envían sus padres.
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Este año, el aporte económico de ANDA para el programa es de $ 7.859.430. Además, la asociación otorga un beneficio adicional a los jóvenes de hasta 25 años, incluyéndolos como “Socio suscriptor joven” con una bonificación total en la cuota social mientras la beca está efectiva. Gracias a este beneficio, pueden acceder a servicios médicos y odontológicos, dando tranquilidad a sus familias por contar con una atención en salud de calidad.
Este proyecto de gran impacto social permite que los jóvenes de todo el país puedan formarse en múltiples carreras, entre las que se destacan medicina, psicología, comunicación, veterinaria, odontología, ingeniería, música, derecho, economía, agronomía, profesorados y antropología. Año a año hay un grupo creciente de becarios que permanecen en sus departamentos de origen para estudiar, ya que existen diversas carreras disponibles en el interior del país a las que pueden acceder. En este sentido, sobresale el ejemplo de Magisterio, que puede cursarse en el departamento de origen de la persona.
En el marco del evento, Victoria Mello, exbecaria y actual funcionaria de ANDA, brindó su testimonio e instó a los nuevos beneficiarios del programa a que “aprovechen la posibilidad que da ANDA de estar 24/7 para el estudio”.
Por su parte, Elisa Facio, presidente de la institución, aseguró que se trata de un programa muy querido para la asociación. “Se decidió crear este beneficio para los hijos de los socios porque entendemos a la educación como la clave para que los jóvenes forjen un futuro mejor”, agregó.
Remarcó, además, la satisfacción que implica para ANDA, una institución que tiene a la formación como insignia, que ningún joven haya perdido su beca por bajo rendimiento. “Al verlos crecer, sentimos un orgullo enorme de poder aportar nuestro granito de arena a su desarrollo”, añadió.
Durante la actividad también se destacó la importancia del Programa de Pasantías, que ofrece una primera experiencia laboral a aquellos becarios próximos a graduarse. Cada pasantía dura cuatro meses, se puede repetir en dos años lectivos y constituye una gran carta de recomendación y experiencia para los jóvenes.
En ese contexto, Victoria Mello relató su experiencia, pero esta vez como pasante, tarea que realizó en el área de gestión telefónica de ANDA. Contó que decidió postularse porque era verano y no interfería con las clases en facultad. “Todas las empresas te piden tener la primera experiencia laboral, pero son pocas las que te dan la oportunidad”, sostuvo.
El evento de lanzamiento de la séptima edición del programa, que contó con la particularidad de realizarse online, se llevó adelante con la presencia virtual de los miembros del Consejo Administrativo, autoridades de la asociación, becarios y familiares, quienes en conjunto celebraron los logros alcanzados por esta iniciativa, que apuesta de forma sostenida a la educación universitaria de los uruguayos.