En rueda de prensa, el precandidato del Frente Amplio, Óscar Andrade, fue consultado acerca de qué opinión le merecía el resultado de las elecciones en Brasil. Expresó que “la situación en Brasil es dramática. No las elecciones en sí, sino que dirigentes importantes estuvieron diciendo semanas antes y hasta el mismo día de la elección que tendrían condiciones para tirar abajo al Supremo Tribunal de Justicia, que se hubiera reprimido en las Universidades. En su discurso, Bolsonaro afirmó que movimientos sociales como el Movimiento Sin Tierra y el Movimiento Sin Techo van a pasar a ser considerados organizaciones terroristas. O planteó que, a partir de su triunfo, los “rojos” van a ir a la cárcel o al exilio. Eso demuestra un grado de ruptura de los marcos institucionales muy fuerte. Que un personaje cuya existencia se hizo pública cuando dedica el voto para derrocar a la presidenta Dilma Rousseff al coronel Brilhante Ustra. Un torturador tan sádico que torturaba a los militantes delante de sus hijos”, indicó
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Para Andrade, “que hoy Bolsonaro llegue a la presidencia de un país que tiene un tercio de la población de América Latina es una pésima noticia”.
Ante la observación de que Bolsonaro llegó con el voto de la gente, Andrade reconoció dos planos. “Que llegue a la presidencia un fascista ya es un tema de preocupación, independientemente de la forma en que acceda al poder. Llega a la presidencia de Brasil un fascista con un discurso de odio hacia los negros, hacia las mujeres y hacia los homosexuales”
Luego Andrade resaltó otro plano de este acontecimiento. A saber, el hecho de que “Brasil todavía paga tributo a su atraso social. Fue el país, de todas las Américas, que abolió en último término la esclavitud. El margen de las desigualdades en Brasil es terrible, aparte de los fenómenos de corrupción, sobre los que la izquierda tiene que hacer una autocrítica muy fuerte. Porque no pudo separarse de un esquema de corrupción que es generalizado en Brasil. No alcanza con decir que la derecha también estuvo involucrada en la corrupción. Pero también hay gente que no toleraba el Plan Mia Casa Mia Vida, ni el Plan Hambre Cero. Ni los cupos para los afrodescendientes en las Universidades. Es decir, hay una resistencia a los cambios sociales en Brasil que se expresó políticamente ahora”.
Consultado acerca de si el triunfo de Bolsonaro no era un llamado de atención para el Frente Amplio, Andrade redobló la apuesta. “Es un llamado de atención para toda América Latina. Porque debemos recordar lo que pasó en Brasil después del golpe a Dilma: casi se duplicó el desempleo y se precarizaron los trabajos. Independientemente de las derechas y las izquierdas, lo que está pasando en la región va en la misma dirección. Este año la inflación en la Argentina va a ser de un 45%, mientras los salarios crecieron un 15%. Los sectores agroexportadores, que ahora pagan en dólares la mitad del salario y se le quitaron las detracciones, están de fiesta. Creo que hay que medir los resultados de las políticas de restauración, que nos condicionan duramente”.
En el marco nacional afirmó que el ascenso de Bolsonaro “es un mal resultado para los trabajadores del Frigorífico Colonia, una empresa brasileña que les discute el salario a la baja. O para los trabajadores del Frigorífico Pul, otra multinacional brasileña que obra de la misma forma. Es decir, que algunos de los efectos son objetivos”.
Luego, Andrade fue consultado acerca de cuál sería la relación entre Uruguay y Brasil de aquí en adelante. Respondió que “hoy ya estamos en dificultades. Los impactos en términos sociales y laborales son complicados y después se verá la relación institucional. Pero entiendo que no es lo mejor llamarse a silencio cuando asume alguien que tiene esos antecedentes”.
En relación con la publicidad del líder del Partido de la Gente, Edgardo Novick, en la que daba por sentado la victoria de Bolsonaro y la aventuraba un futuro de derrota para el Frente Amplio, Andrade repitió algo que dijo no hace mucho: “¿Qué podés esperar de un burro? Una patada. Cuando tenés un empresario que paga miseria a sus trabajadores y viene a hablar de salario, que despidió a una trabajadora embarazada y ni siquiera fue a declarar al Parlamento cuando se lo convocó, cuando participó de campañas electorales desde hace muchos años y nos quiere hacer creer a todos que es alguien salido desde fuera de la política, ¿qué se puede esperar?”, concluyó.