Todos los jueves a las 19, nuevas conversaciones con artistas y personas vinculadas a la cultura.
Embed - Atardecer Naranja P3 Maru Vidal
La gestión pública es tu pasión, pero ser gestor no es algo con lo que uno sueñe de niño. ¿Cómo fuiste encontrándote con esa pasión?, ¿cuándo te diste de cuenta que le querías dedicar tu vida?
Haciendo. La encontré haciendo. Se fue construyendo en el andar. Pero sí, de niña no pensé “quiero ser gestora cultural”. Creo que un poco esa vocación viene por hacer en equipo. Por los espacios de hacer en conjunto, las bibliotecas barriales, los centros comunales, espacios de militancia en el liceo, en facultad. Eso de hacer en equipo y de poder incidir desde el mejor lugar para que algunas cosas sucedan. Lo fui descubriendo y eso fue lo que me apasionó.
Hay quienes establecen una diferencia entre el arte y la cultura, asociando al arte con una expresión creativa, rupturista, experimental, y a la cultura con el conjunto de costumbres, tradiciones, patrimonios de un pueblo. Desde esa perspectiva el arte desafía el orden dado y la cultura lo conserva. ¿Qué es el arte para vos?, ¿qué es la cultura?, ¿cuál es la diferencia entre una cosa y otra desde tu perspectiva?
El arte para mí es conocimiento, es pensamiento, es reflexión, tiene que ver con lo rupturista, con una forma de hacer que tiene un porqué. En cambio, cuando hablamos de cultura es una dimensión social.
La cultura es algo muchísimo más amplio y afecta a la sociedad y a diferentes grupos sociales. Tiene que ver con las costumbres, con las tradiciones, con las formas de hacer, con el espíritu, y es compartida. Y eso creo que es la principal diferencia con el arte. La cultura tiene que ver con todo y es dinámica, se dice y está escrito, y lo tenemos que promover así, que es transversal, que se hace en equipo, cambia todo el tiempo. Por eso también desde la gestión cultural pública tenemos que estar revisando de forma permanente las políticas que implementamos, los estímulos que damos, porque va cambiando, va mutando con las sociedades.
En otra entrevista planteaste que la cultura es un derecho, una herramienta fundamental para la democracia, que todas las personas son hacedores de cultura y que te interesa recuperar el espíritu de ciudadanía cultural que se perdió. ¿Qué entendés por ciudadanía cultural y por qué creés que se perdió ese espíritu?
Cuando hablamos de ciudadanía cultural, hablamos de hacer cultura. Y como la cultura es dinámica, yo ya no estoy hablando tanto de ciudadano-ciudadana-ciudadanía, hablo de personas, porque en Uruguay viven miles de personas que todavía no tienen la ciudadanía y están habitando desde hace mucho tiempo nuestro territorio y también tienen el derecho a hacer y consumir cultura.
¿Y cómo te parece que se entrena el espíritu de una sociedad para recuperar esa dimensión cultural?
Ampliando horizontes, abriendo caminos, escuchando. Creo que es por ahí. Y es una de las cosas que más me atrae de ser gestora cultural. Esa cuestión de proximidad.
No podemos pensar en políticas culturales públicas si no atendemos su pertinencia y para hablar de pertinencia tiene que haber escucha. Si no, es como un diálogo sordo.
Asumiste la Dirección Nacional de Cultura planteando que los tres ejes en que se iba a basar tu gestión eran los derechos culturales y territorios, el estímulo al talento nacional y potenciar la economía creativa. Me gustaría ahondar un poquito en esos ejes empezando por el primero. Dijiste que el territorio no es infraestructura y por lo tanto no se gestiona, que el territorio se vive, se significa. Y hablaste de reconocer nuestra multiculturalidad como parte de los derechos culturales, del reconocimiento de las culturas afro, indígenas, también de los migrantes.
Todas esas cuestiones están plasmadas en el programa del Frente Amplio, el programa con el que el Frente Amplio se comprometió ante la ciudadanía a gobernar. Y en el territorio, esa diversidad tan riquísima que tenemos, la cultura tiene un lugar de acción muy amplio. Mucho espacio para saber, para hacer, para escuchar, para compartir. Y te contaba en la pregunta anterior que me hiciste sobre ciudadanía cultural, que estos programas que tiene la Dirección Nacional de Cultura, Urbano, Usinas y también Puntos Culturales que son lugares donde se hace cultura comunitaria en todo el territorio, son bien importantes para promover los derechos culturales y para hacer.
¿Cuáles son los desafíos en ese sentido, teniendo en cuenta que reconocer la multiculturalidad es algo bastante reciente, durante mucho tiempo desde la política y la educación se erigió lo blanco y lo eurocentrado como el rasgo identitario?
Me encuentro trabajando en equipo porque para generar propuestas que no tengan miradas eurocentristas, que tengan una mirada decolonial y feminista. Es importante diseñarlo con personas que comparten este criterio.
A la hora de llevar desde la programación de un festival, una propuesta a una fiesta fuera de Montevideo o producir una exposición de artes visuales, quienes están al frente por ejemplo de los doce museos con los que trabaja la Dirección Nacional de Cultura, son profesionales que trabajan desde ese lugar. Ahí es como se van construyendo los diferentes relatos que necesitamos mostrarle a las personas, porque además darle lugar a esas nuevas narrativas justamente resignifica como la idea de identidad nacional que si no, se mantiene muy estanca, muy en función de esa tradición eurocéntrica que de alguna manera tenemos.
La vida artística y cultural de Uruguay tiene posibilidades de desarrollo muy distintas entre Montevideo y el interior, ¿cuáles son los desafíos de la DNC para propiciar el desarrollo artístico y cultural de los otros departamentos? ¿Qué políticas concretas están implementando?
Y bueno, ahora estamos trabajando fuertemente en el presupuesto para el próximo quinquenio y siendo muy creativos y creativas para hacer. No podemos detenernos. Es bien importante escuchar y pensar pero haciendo a la vez en ese sentido y pensando cómo impactar de la mejor forma en el territorio. Salió hace algunas semanas el Fondo Regional para la Cultura y por una inteligencia de redistribución de fondos pudimos aumentar un 50% de ese fondo que es para hacedores y creadores de cultura fuera de Montevideo. También pensando en el territorio, ahora esta semana va a salir una convocatoria del Instituto Nacional de Artes Visuales junto con el Espacio de Arte Contemporáneo para artistas que residan fuera de Montevideo que vengan a una residencia en Montevideo en el Espacio de Arte Contemporáneo, a trabajar en sus prácticas artísticas visuales con un acompañamiento profesional.
Y la semana pasada el Instituto Nacional de Artes Escénicas coordinado por Gustavo Zidane sacó también una convocatoria para para profesionales de las artes escénicas que impartan talleres y formaciones en el territorio y van a ser sin costo para quienes los tomen. Todas esas son políticas que se van a desplegar fuera de Montevideo.
En cuanto al fomento y estímulo del talento nacional, planteaste que es necesario un equilibrio entre la democratización y el profesionalismo. Dijiste que la variedad de ofertas sin criterios de calidad y pertinencia no contribuye al desarrollo de los creadores ni del público. ¿Desde qué criterios estás intentando poner en práctica políticas que ayuden a este equilibrio?
Es una cuestión de pertinencia. No todo funciona en todos lados.
También está bien arriesgar, y por eso no hay que plegarse al profesionalismo, porque si no el riesgo queda de lado, y cuando el riesgo queda de lado, por lo general las diversidades y las juventudes quedan de lado.
Y también hay una cuestión de mediación. Cuando se lleva un espectáculo o una propuesta de de artes escénicas, dependiendo el tipo de la propuesta es cómo va a ser recibida y hay cuentos de, por ejemplo, en la circulación de los Fondos Concursables, que a veces se llevaban o llegaban propuestas al interior sin una mediación cultural, que es importante y no era bien recibida, y la propuesta muchas veces era de excelente calidad pero no siempre los públicos están preparados. Ese es un trabajo que tenemos que hacer también, no es dejar de hacer llegar determinadas propuestas, pero no es sólo llevarlas. También es el marco que se le da, es el trabajo de hacer un desmontaje, una conversación con las y los artistas, hay que desplegar herramientas.
¿Cómo te posicionás con el vínculo entre la cultura y el mercado, y por qué la economía creativa es una de las prioridades de tu gestión?
La creatividad está en muchísimas cosas y eso es lo que agrega valor a determinados productos que pueden ser artísticos. En Uruguay hay mucho talento. Cuando hablamos de economía creativa, hablamos de software creativo, hablamos de tics, hablamos de moda, de arquitectura, además de las disciplinas en las que tenemos institutos nacionales. Están los videojuegos. Todo eso se engloba dentro de la economía creativa y hay un hay un potencial muy grande de oportunidades de trabajo allí.
Por ese lado es que vamos a intentar fortalecer esa área. Hay un Uruguay creativo que es super vasto y que generando determinadas políticas, aunando sectores que trabajan con todo esto, podemos trabajar para dar más y mejores oportunidades, para diversificar la matriz productiva, para que Uruguay crezca. Creo que donde hay creatividad hay trabajo y hay oportunidad.