El miércoles 20, el hombre que ha manejado la economía del Uruguay en los tres gobiernos frenteamplistas, el ministro de Economía y Finanzas, Cr. Danilo Astori, expuso en el tradicional Almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). Desde el comienzo señaló que al estar comenzando el ciclo electoral iba a hablar de política, y responder a quienes afirman que «el gobierno no tiene agenda y está esperando que termine el mandato».
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Al respecto, afirmó que «poco aportaríamos si pretendiéramos que no haya críticas a la política económica para evitar influencias negativas sobre las expectativas, pero tampoco es correcto acumular cuestionamientos que construyen un relato sistemático de alta frecuencia pública que muchas veces prescinde de un análisis riguroso de la realidad», y agregó que hay «tentaciones muy grandes de contaminar el análisis buscando ventajas en las elecciones».
Sin perjuicio de su afirmación sobre la política, comenzó repasando el comportamiento de las principales variables e indicadores de la economía de nuestro país.
El ministro recordó que Uruguay atraviesa el período más largo de crecimiento de su historia (que lleva 16 años de duración y se proyecta en el tiempo, según el FMI), habiendo superado la Gran Recesión 2007 – 2010 (que hundió a Estados Unidos y Europa, donde sus efectos persisten), la mayor recesión que tuvo Brasil en su historia (con una caída acumulada de 9,5% del PIB en dos años), y una gran contracción de la economía argentina en los últimos tres años.
Astori señaló que «Uruguay rompió con una larga historia de baja inversión y mantiene crecimiento económico», agregando que nuestro país «es visto como el país con mayor nivel de democracia, equidad, Estado de derecho, transparencia, percepción y combate a la corrupción, libertad de prensa, calidad de vida y prosperidad» en América Latina y el Caribe.
«Uruguay hoy es un país respetado y confiable, con un lugar en el mundo que significa un aprecio importante hacia su estabilidad y los pilares institucionales que la sostienen».
La continuidad del crecimiento, los esfuerzos para mantener la inversión y la influencia de estos factores en la creación de empleo ocuparon el centro de sus consideraciones.
Señaló que en los últimos dos años el equipo económico trabajó intensamente para superar el enlentecimiento de la inversión y su influencia en el mercado de trabajo, destacando que en los últimos dos meses del año pasado se detuvo la caída del empleo.
Comentó que nuestro país logró desacoplarse de los países vecinos y alcanzó el ingreso per cápita anual por persona más alto de la región, que se ubica en US$S 17.000 anuales, así como la más justa redistribución de la riqueza en América Latina y el Caribe, según datos de la CEPAL.
«Entre 2011 y 2019, Uruguay creció un acumulado del 20 %», de su Producto Interno Bruto sostuvo el ministro.
Agregó que, además de la aplicación de la Ley de Inversiones, junto con el instituto Uruguay XXI y la Oficina de Gestión de la Deuda Pública, se promovieron instrumentos para estimular la confianza para invertir en Uruguay. Esto, destacó, «derivó en la calificación de Grado de Inversión, otorgado por las firmas especializadas más importantes del mundo.
«El enlentecimiento en la generación de empleos se asocia a la caída de la inversión. Por ello, se han instrumentado políticas de incentivo para sectores productivos agropecuarios, turismo, construcción, audiovisual y farmacéutico, apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas, avances en la digitalización del país, promoción de la innovación y el desarrollo, estímulos a las inversiones, apoyo a los emprendimientos y a los proyectos que generen empleo», afirmó.
Agregó que, en la lucha para estimular la inversión, el año pasado se presentaron 597 proyectos de inversión, un 60 % más que en 2017, y también se registró un aumento en la inversión proyectada, que pasó de US$S 557 millones a US$ 1.753 millones en el período considerado. Señaló que los trámites de exoneraciones impositivas crecieron 51% en cantidad de proyectos y 215% en los montos de inversión involucrados entre2017 y 2018.
Además de los estímulos económicos para aumentar la inversión, destacó el orden macroeconómico, la fortaleza institucional, cuestionó la visión de la competitividad exclusivamente asociada a las tarifas y salarios, y los reclamos de fijar un tipo de cambio más alto.
Los desafíos
El ministro reconoció que «no todo está bien», así como que es falso afirmar que «todo está mal». «Estos datos (muy buenos en materia de crecimiento y otros), no nos hacen olvidar los problemas» afirmó Astori, refiriéndose a temas como el enlentecimiento de la inversión en los últimos años, la disminución del empleo, los cuestionamientos a la política cambiaria y al déficit fiscal, que junto con la inflación siempre consideró la prioridad del equipo económico, ahora más centrada en el aumento de la inversión y el empleo.
Destacó la caída de la inflación, defendió el «sistema de tipo de cambio flotante actualmente imperante, con intervenciones del Banco Central para mitigar o eliminar volatilidades en la evolución del dólar», y efectuó diversas consideraciones sobre el déficit fiscal. «A veces en la discusión pública parece que lo único que importara es el gasto. Bajar el gasto es tan conveniente como subir los ingresos. Y los ingresos se suben, dada la carga tributaria que ya tienen el país y que no es conveniente aumentar, produciendo e invirtiendo más», afirmó Astori.
Al finalizar su alocución, el ministro (que podría abandonar su cargo para ocupar su banca en el senado y dedicarse a la campaña política, en la cual apoya la candidatura de Daniel Martínez), envió un mensaje conciliador a la oposición: «Todos tenemos que aportar para tener un país mejor. Una de las maneras es encontrarnos para intercambiar puntos de vista (…) nosotros aportaríamos muy poco si venimos a decirles que está todo bien, porque no es verdad, y hay muchas cosas para corregir y muchas por hacer; quienes discrepan aportarían poco si sostienen que está todo mal y para sostener eso usan términos muy fuertes como he escuchado «país hipotecado o país postrado», así como sería un error del Frente Amplio decir “que el Uruguay nació en marzo de 2005”».
Concluyó afirmando que «todos tenemos contribuciones para tener un país mejor. La tarea es maravillosa. No perdamos la oportunidad de participar en ella».
Elogios de Enrique Iglesias a Astori
Finalizada la actividad, en el hall del Radisson, donde se realizó el almuerzo, el Cr. Enrique V. Iglesias, que fue el primer presidente del Banco Central del Uruguay (1966 – 1967), secretario general de la CEPAL (1972 – 1985), Canciller de Uruguay (1985 – 1988), Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 1988-2005) y secretario general de la Secretaría General Iberoamericana (2005-2014), elogió a viva voz, ante numerosas personalidades presentes, los logros de la gestión del Cr. Danilo Astori, a quien calificó como «uno de los mejores, si no el mejor, ministro de Economía de la historia del Uruguay, a la luz de los indicadores obtenidos», extendiéndose en numerosos logros que «no son suficientemente apreciados desde dentro del país».