Ayuí/Tacuabé nació en 1971 con ansias de funcionar «en permanente disputa con la lógica del mercado». En su página web aseguran que las experiencias que apuestan por estos valores «son poco conocidas y valoradas pero su existencia colabora para que la diversidad artística de cada pequeña parte del mundo pueda seguir diciendo lo suyo».
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En Uruguay «Ayuí/Tacuabé cumple desde hace cuatro décadas ese rol de testigo, promotor y difusor de nuestros bienes sonoros».
Ayuí/Tacuabé tiene tres pilares fundamentales: música popular, música culta y la voz de poetas y narradores. A 50 años de su nacimiento, el catálogo del sello cuenta hoy con más de quinientos títulos originales. Por ello, constituye «un reservorio artístico único para el Uruguay, testigo del desarrollo musical local de estas últimas décadas y un verdadero tesoro patrimonial para el país, puesto a disposición de todos los públicos».
Ayuí es el nombre del arroyo junto al que el general José Artigas estableció el primer gobierno independiente al dominio español en 1812. Tacuabé fue un cacique indígena perteneciente a la nación Charrúa.
Historia
Ayuí/Tacuabé nació en 1971 por el impulso de personas ligadas a la cultura. Querían fundar un sello discográfico con el objetivo de «apoyar manifestaciones musicales de valor artístico que habitualmente eran ignoradas, postergadas o rechazadas por las compañías discográficas comerciales al no considerárseles una inversión segura».
Durante la última dictadura cívico-militar varios de los fundadores tuvieron que exiliarse. Sin embargo, el sello continuó funcionando. Estuvo al mando de Coriún Aharonián. Trabajaron con flexibilidad y un gran recambio generacional.
En estos 50 años de historia múltiples artistas de gran reconocimiento editaron discos con el sello Ayuí/Tacuabé. Su catálogo muestra gran parte de la vida artística y social del país, desde los vinilos del inicio hasta las ediciones digitales de la actualidad.
Este sello «ha atravesado las peripecias económicas y los cambios de formatos, adecuándose en cada momento a las nuevas tecnologías, sin perder nunca los objetivos fundacionales de priorizar siempre el interés artístico por encima del comercial en cada uno de sus proyectos».