Uruguay es sede del encuentro regional de países latinoamericanos sobre el tema salud y derechos. Es una convocatoria del Banco Mundial con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con la participación de la Suprema Corte de Justicia, el Colegio Médico y nueve países del continente unidos para encontrar una vía de acceso a los medicamentos de alto precio.
En ese marco, el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, dialogó con la prensa: «Nosotros tenemos el Fondo Nacional de Recursos que es una herramienta que en los últimos años ha tenido un desarrollo muy importante con la incorporación de medicamentos de alto precio con acceso universal. Es un mecanismo que con bajo costo y buena administración, cada ciudadano aporta unos ocho dólares por mes. Tenemos unos 56 medicamentos de alto precio incorporados para unas 22 enfermedades».
Basso aseguró que se está analizando la posibilidad de seguir actualizando la canasta de prestaciones del FNR, algo que resulta complejo desde el punto de vista presupuestario. También recordó que es un escenario donde hay un fuerte conflicto de intereses, que aborda toda la realidad nacional e internacional, «obviamente hay una fuerte incidencia del precio del medicamento y la ganancia de la industria, así como el relacionamiento de quienes prescriben los medicamentos y eventuales conflictos de intereses que puedan existir». El ministro indicó que «ese es un debate muy importante».
Consultado sobre los vínculos que pueden tener los profesionales con algunos laboratorios, que los lleva a prescribir determinados medicamentos, Basso fue contundente: «Ese es un tema planetario», y agregó: «Hemos tenido información de que hay, desde el punto de vista del lucro, ganancias muy importantes de la industria frente a lo que son los medicamentos innovadores que, con la patente mediante, son únicos proveedores durante muchos años y, por lo tanto, fijan su precio y los países tienen margen de negociación bastante estrechos».
El ministro informó que se ha iniciado una línea de negociación de precios y costos a través de la OPS, lo que ha permitido llegar a alguno de esos medicamentos. Otra de las ventajas, es la aparición de lo que se denomina ‘bioequivalentes’ o ‘biosimilares’ que permiten reducir costos.
En relación a los juicios para el accesos a medicamentos de alto costo, Basso reiteró que el problema es planetario: «Los juicios que otros países tienen para acceder a determinados medicamentos, son los que nuestro país ya da. El problema nuestro es por los medicamentos innovadores, que son los que hay un sólo laboratorio dueño de la patente y tiene esos 20-25 años de exclusividad». Explicó que son los que tratan enfermedades oncológicas, que, si bien en Uruguay es la segunda causa de muerte, en algunos tramos de edad, es la primera: «El cáncer pasa por distintos estadíos y hay una fuerte tendencia de la industria para trabajar con los estadíos avanzados, con lo cual la sobrevida es breve, los costos muy altos y es necesario hacer un análisis y poner arriba de la mesa los distintos escenarios posibles de aquellos que de alguna manera logren evidencia científica por un lado y sostenibilidad económica por otro», concluyó.
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