Bergara: “La oposición lleva el shock a flor de piel, aunque saque la palabra del programa”

En Argentina se derrumbó la economía, en Brasil hay un gobierno neofascista y se encuentra en recesión, en Paraguay hay una contracción económica que puede ser de más del 2% del PIB. Mientras eso sude, Uruguay lleva 16 años de crecimiento económico sostenido. ¿Piensa que estamos ante un milagro económico? Porque es la primera vez en la historia que no nos arrastran las crisis económicas de la región.

En economía no hay milagros, la historia económica moderna de Uruguay antes de los gobiernos del Frente Amplio replicaba una trayectoria cíclica de crecimiento y desplome, en general asociado a circunstancias que se daban a nivel global o en Argentina y Brasil, y esta es la primera vez que tenemos un comportamiento desacoplado de eso, lo cual no quiere decir que lo que pasa en la región no nos impacta, sería absurdo. Además del panorama desastroso en la región, hay un enfriamiento de la economía global que estuvo creciendo fuerte con base en el comercio, que es una parte importante de la economía mundial, pero hoy tenés a Trump y a los chinos que se pelean todos los días: un día Trump dice te subo los aranceles, entonces al otro día los chinos le dicen yo te devaluó la moneda, y con Europa pasa más o menos lo mismo. Eso es lo que le llamamos una guerra comercial, que ha llevado a una caída muy importante del comercio mundial y por lo tanto de la economía mundial. Economía que antes crecía al 6% o 7%, con todo lo que empujaba China, porque la economía en Occidente estaba bastante crítica. Hoy el Fondo Monetario está evaluando a la baja el mercado mundial, mientras la región está hecha un desastre, Argentina no tiene una sola variable macroeconómica en su lugar y lo peor es que a pesar del préstamo del FMI, que es el paquete de ayuda más grande de la historia de ese organismo, equivalente al PIB entero del Uruguay en un año, y ni con eso Argentina logró no empeorar sustancialmente su situación. En Brasil tenemos un déficit fiscal muy alto, y aunque tiene mayor fortaleza financiera, hoy enfrenta un problema político y es que para negociar aspectos que puedan mejorar la situación social, el talante del presidente brasileño es de cualquier cosa menos de negociación. En otras épocas, este mismo panorama hubiese conducido a Uruguay a una situación muy crítica, y aunque este año se va a crecer más modestamente que EN los años anteriores, dado este panorama, no es una mala noticia. Y eso es gracias a que hubo políticas que vieron las vulnerabilidades que teníamos en cuanto a depender mucho de la región y en los mercados internacionales, y apuntaron a mitigarlas, por un lado diversificando las relaciones comerciales de Uruguay -antes la mitad de nuestra producción iba a Argentina y Brasil y exportábamos a otros 50 países, hoy exportamos a más de 150 y el peso de las región es menos de la mitad-, es decir redujimos nuestra exposición al riesgo de los problemas de la región. Lo mismo en materia de inversiones y de financiamiento, antes dependíamos enteramente de los organismos como el Fondo Monetario o el Banco Mundial, hoy somos capaces de obtener financiamiento en condiciones financieras muy adecuadas. Antes era un crecimiento muy inestable y nos llevaba a situaciones críticas, en estos 15 años se ha construido una plataforma que ha dado estabilidad. Por lo tanto no es un milagro que estemos lejos de esa situación, ha sido gracias a las políticas públicas. Porque si hubiésemos permitido que el mercado regule las condiciones, tal vez habríamos crecido mucho cuando el viento estaba a favor, pero nos estaríamos derrumbando ahora, cuando algunas cosas vienen en contra; además, visto desde lo político ideológico, para quienes consideran que el estado debe reducir su rol, no solo descuidan la necesidad de que el crecimiento sea sostenible, sino que descuidan las otras facetas en que mejoró la sociedad uruguaya, como la equidad y los derechos. Por lo tanto, podemos decir que las políticas públicas han generado una plataforma que nos permite navegar en esta turbulencia regional con suma tranquilidad, pues, aun en medio de todo, Uruguay recibe inversiones importantes, de más de 3.000 millones de dólares, como UPM, incluso cuando, al lado, Argentina está incendiada y Brasil anda quemándose a fuego lento.

Los candidatos de la oposición insisten en que Uruguay vive una crisis. Me preocupa un poco porque me acuerdo del libro de Naomi Klein, La doctrina del shock: te inventan una crisis y te aplican un programa ajustado a esa crisis previamente instalada en el imaginario colectivo. En cualquier caso, el déficit fiscal está por encima de 4%, que, según entiendo, es alto, pero ¿eso nos permite hablar de crisis? ¿Qué impacto tiene en la vida de los uruguayos?

Bueno, son varios temas, por un lado, si estamos o no en crisis, capaz los más jóvenes no tengan la vivencia plena de lo que fue la Crisis de 2002, pero con lo mal que pasó la gente en esa época es casi insultante decir que ahora hay una crisis, por lo tanto creo que eso se desestima solo, es incomparable. Por otro lado la crisis no se define por una única variable, el déficit fiscal puede ser alto, pero no por eso podemos decir que todo el panorama es crítico, hay que corregir el déficit ahora, pero de ahí a decir que tenemos un país hipotecado como dijo Sanguinetti, o que lo que hay que hacer es un shock de austeridad como dice Lacalle… Esto es como un hogar, si todos los meses gasta más de lo que gana, ese agujero se lo va a tapando con la tarjeta de crédito y se va endeudando, eso no se puede hacer por mucho tiempo porque quedamos sobreendeudados; pero el análisis hay que hacerlo más o menos así: el déficit muestra que estamos gastando más de lo que ingresa al Estado, eso es cierto, pero no estamos al borde del abismo, como en 2004 cuando la deuda del Estado superaba un PIB entero de Uruguay, hoy estamos más o menos en 60% y hay otras condiciones, porque antes todo se debía en dólares, mucho se debía a muy corto plazo ante los organismos internacionales, es decir la deuda tenía todas las peores propiedades; hoy las características de la deuda son muy diferentes, hay una compensación entre la deuda en dólares y en moneda nacional, no tenemos deudas de emergencia y el perfil de vencimiento es muy largo, pero también es cierto que hace 4 o 5 años estábamos bastante mejor, esto nos obliga a tomar medidas, pero con tiempo, no son medidas de shock, de impacto. Lacalle Pou hablaba de shock en la elección interna; ahora esa palabra la sacaron porque cuando decían que tenían que ejecutar un shock de 900 o 1.000 millones de dólares, los números no les cerraban por ningún lado, y ellos aplaudían cuando ganó Macri, decían que esa era la salvación a un populismo de izquierda y que ahora venía la gestión profesional de una sociedad con una visión promercado. La situación de Argentina hoy es horrible debido a la impericia profesional, no sólo política; entonces hoy toman distancia diciendo que Macri se equivocó en querer resolver la situación de manera gradual, en vez de hacerla con un hachazo, es decir que sacan la palabra shock del programa, pero la llevan a flor de piel.