A menos de dos semanas para que los brasileños elijan a su próximo presidente, el equipo de Jair Bolsonaro batalla para intentar bajar la polvareda creada por declaraciones en las que el presidente insinuó interés en menores de edad venezolanas que, según él, estarían ejerciendo la prostitución.
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Todo empezó la semana pasada, cuando en una entrevista explicó que, durante una visita en moto a una ciudad de la periferia de Brasilia, vio a unas chicas que se estaban arreglando para "hacer programa" (expresión que en Brasil equivale a prostituirse). Eran unas "bonitas, de 14, 15 años" y según Bolsonaro, "hubo un clima" (que puede interpretarse como cierto interés sexual), por lo que decidió entrar en la casa donde estaban.
Esas declaraciones provocaron una enorme polémica y Bolsonaro llegó a ser acusado de pedofilia. La campaña del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) usó ese video para intentar desgastar su imagen entre el electorado más conservador, y la campaña del líder ultraderechista recurrió a la Justicia Electoral para que impidiera el uso de esas declaraciones.
El video de las polémicas palabras de Bolsonaro corrió como la pólvora por grupos de WhatsApp a lo largo del fin de semana, y el presidente se vio obligado a hacer una "live" de madrugada para dar explicaciones antes del debate presidencial del domingo por la noche. Volvió a insinuar que las niñas estarían prostituyéndose, pero dijo que la conclusión correspondía a cada uno.
Bola de nieve
No obstante, la bola de nieve se fue haciendo más grande, y este martes Bolsonaro divulgó un video, en tono más solemne, acompañado de su esposa, Michelle Bolsonaro, y de la representante del autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó en Brasil, María Teresa Belandria.
Ahora, Bolsonaro cambia la versión de los hechos sobre la visita a aquella casa de las niñas venezolanas. Dice que tuvo una "duda" y una "preocupación" sobre las jóvenes, pero que esas dudas fueron aclaradas por la entonces ministra de la Familia y los Derechos Humanos Damares Alves, que fue a la casa y verificó que eran niñas "trabajadoras", sin dar más detalles.
Bolsonaro, confiando en que así acabe de una vez por todas la controversia, también pidió disculpas a las "hermanas venezolanas" porque, según dijo, sus frases fueron sacadas de contexto con mala fe.
La campaña del balotaje en Brasil, que se celebrará el 30 de octubre, llega a su ecuador con Lula encabezando las encuestas, aunque con escaso margen respecto al actual presidente.
(Vía Sputnik)