Al respecto las centrales sindicales decidieron ampliar la agenda programada para el 18 de marzo, originalmente en defensa de los servicios públicos, la educación, los empleos e incluyeron los derechos y la democracia.
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La manifestación del 18, que ya estaba programada, tendrá lugar tres días después de un acto pro-Bolsonaro llamado a apoyar al gobierno, y también a presionar al Congreso, con el apoyo del propio presidente y con mensajes de extrema derecha publicados por las redes sociales.
Reunidos este jueves en la sede de Dieese, en Sao Paulo, los líderes de todas las centrales ven con preocupación las actitudes del gobierno de Bolsonaro que en la evaluación de las entidades «ponen en riesgo la estabilidad social».
Por otro lado los líderes de la Cámara de Diputados organizan una reunión para el próximo martes 2 de marzo, con el fin de articular una posición respecto a los videos compartidos por Bolsonaro. El objetivo de la reunión es llegar a una «respuesta institucional dura» sobre el llamado realizado por el presidente y el debate también sellará las conversaciones sobre la dirección de una posible solicitud de juicio político para el presidente.