Catorce personas muertas y otras tantas heridas, algunas de gravedad, fue el saldo de un disputa entre bandas de narcotraficantes en Fortaleza, capital del Estado de Ceará, en Brasil. La masacre ocurrió en una discoteca Forró do Gago, en el barrio Cazajeiras, cuando un grupo armado entró al local y comenzó a disparar contra la gente. Las investigaciones policiales indican que en el local se encontraban miembros del Comando Vermelho (Comando Rojo), una de los grupos de narcotraficantes más fuertes de Brasil, y que integrantes de otra facción fueron por ellos, por lo que comenzó un tiroteo que, según vecinos, duró unos 40 minutos. El gobernador Camilo Santana justificó lo sucedido diciendo que «la violencia está instalada en todas partes del mundo» y aseguró que «el problema es que esta vez nuestros servicios de inteligencia no la pudieron evitar». Ceará es uno de los Estados más violentos del país, con un promedio de 46 homicidios cada cien mil habitantes. Un alto porcentaje de los asesinados son adolescentes. La población residente asegura que tanto el gobierno federal como el estatal están omisos y que permiten que el narcotráfico utilice la violencia como una especie de gestión empresarial.
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