La cumbre del Mercosur arrancó movida y con crucen entre el canciller argentino, Santiago Cafiero,y el uruguayo Francisco Bustillo.
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Cafiero, en diálogo con medios y agencias de prensa, dejó una certeza: el Mercosur está “vigoroso” y Uruguay no podrá marcar el terreno.
“Pensamos que lo principal es defender el bloque. Y entendemos que Uruguay también está en esa posición. Cuando digo nosotros, hablo de Brasil, Paraguay y Argentina. En los órganos técnicos en los que se venía trabajando ya desde hace meses se estableció una posición que dice que las negociaciones unilaterales iban en contra de la naturaleza del Mercosur”, explicó al ser consultado sobre las posiciones de ambos países, Argentina y Uruguay. “Ya no es una posición subjetiva, sino una cuestión objetiva que es la norma del Mercosur, que prohíbe ese tipo de acciones. El fundamento que nos creó como bloque fue el consenso y, con aciertos y errores, es el que siempre nos guio desde el Tratado de Asunción en adelante. Y es un fundamento político, no jurídico. Lo que planteamos es algo esencial: si algún Estado parte determina algo distinto al consenso, está rompiendo la regla fundamental del Mercosur. El planteo de Argentina es más descriptivo que lúdico”, añadió.
Además de la ilegalidad de un eventual tratado de libre comercio de Uruguay con otro país o región, Cafiero ponderó que “el mundo va hacia la integración de bloques y no de estados individuales”. Al ser consultado sobre lo que está haciendo el Mercosur para resolver esta disputa y las visiones contrapuestas del gobierno uruguayo con sus socios, dejó entrever la que quizás sea la carta fuerte de Argentina: el cambio de color político en el principal socio del bloque, Brasil, tras el triunfo de Inácio Lula da Silva. Aunque insistió en señalar que Argentina siempre trabajó con Brasil más allá de quién estuviese en el poder, el funcionario argentino destacó las declaraciones de Lula en pos de “fortalecer el Mercosur y hacer nuevos acuerdos como un bloque” y fue tajante: “Acá son tres países que le plantean a Uruguay que el camino no es el camino correcto”.
Por eso, Cafiero señaló que es Uruguay el que “debe presentar estudios de factibilidad o de oportunidades de nuevos mercados”. Una de las principales tensiones pasa por saber la forma en que se comportaría el bloque en caso de que el gobierno uruguayo decidiera avanzar hacia acuerdos bilaterales por fuera del acuerdo regional, si habría efectivamente sanciones y cuáles podrían caber. Si bien Cafiero dijo que son cuestiones hipotéticas, admitió que han enviado consultas previas a los tribunales arbitrales para que consideren si un eventual acuerdo unilateral sería legal o no, y advirtió: “Si efectivamente hay intención de Uruguay de continuar y firmar eso, deberá elegir si está con el Mercosur o se va con China”.