Yasna Provoste, integrante de Democracia Cristiana y excandidata a la presidencia por el Nuevo Pacto Social, declaró públicamente que apoyará la candidatura del izquierdista Gabriel Boric de cara a la segunda vuelta de diciembre frente al ultraderechista José Antonio Kast.
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Durante el discurso que dio la noche del domingo 21 de noviembre, cuando se conocieron los resultados de la primera vuelta que dejaron como únicos candidatos al balotaje a Boric y a Kast, Provoste aseguró que no estaban «para apoyar sectores de derecha» pero que tampoco darían «un cheque en blanco».
Este martes 23, sin embargo, en conferencia de prensa desde el Congreso, la senadora aseguró que “en el país se concretó una polarización que representa el retroceso de todos los avances y riesgos de someter al país con el triunfo de Kast. En esas condiciones no tengo dudas que votaré a favor de la estabilidad en nuestro país”, informó The Clinic.
El partido de Provoste se posiciona en la centroizquierda. Aunque ella se manifestó a favor de la legislación del aborto, por ejemplo, su partido alberga también personas y núcleos conservadores que defienden los valores cristianos.
Provoste y Boric han tenido marcadas diferencias durante la última campaña. Sin embargo, la líder de la DC declaró que votará por el candidato de Apruebo Dignidad el 19 de diciembre para trabajar por el «reencuentro de los demócratas». Y recalcó: «Votaré a favor de la paz y el reencuentro. Votaré para que la centro izquierda pueda garantizar el estado de derecho y el compromiso constituyente. Votaré a favor de la no violencia y hacer frente a la delincuencia».
A pesar del apoyo, la senadora «tiró un palo» a la izquierda por las elecciones pasadas en las que resultó electo Sebastián Piñera. “Hago el llamado a todos los que se sientan parte de la centro izquierda. No demoraremos esta decisión como lo hizo el Frente Amplio la vez pasada con la llegada del Presidente Sebastián Piñera. No nos hagamos esperar”, sentenció.
Aguas divididas
Kast, del Partido Republicano, lideró la primera vuelta con casi 28% de los votos. Le siguió Boric, de Apruebo Dignidad, con casi 26%. El margen es muy pequeño. De hecho, la consultora chilena Cadem dio un empate técnico de 39% para la segunda vuelta.
En este escenario, convencer a la gente que no fue a votar de que lo haga es primordial. También lo es, y los candidatos se encargaron de dejarlo claro, captar el caudal de votos de la candidata y los candidatos que quedaron por el camino.
El tercer lugar en la elección se lo quedó Franco Parisi, del Partido de la Gente. Este hombre se define como apolítico, ni izquierda ni derecha. No pisó Chile durante toda la campaña, no puede entrar porque tiene una demanda por deuda de pensión alimenticia. No participó de los debates y no fue a votar. Sin embargo, obtuvo alrededor del 13% de los votos, por lo que su posicionamiento de cara a la segunda vuelta es relevante. Todavía no se pronunció, primero quiere realizar encuentros virtuales con Kast y Boric.
Sebastián Sichel, líder de la derecha liberal, obtuvo un 12,65% de los votos. Aunque no se declaró abiertamente a favor de Kast, con quien tiene diferencias en las políticas sociales y de derechos humanos, sentenció que no va a votar por Boric.
Provoste quedó en quinto lugar con 11,69% de los votos, un porcentaje importante de cara a la segunda vuelta. Por eso su apoyo decidido a Boric le da impulso a la izquierda en el balotaje.
Sexto salió Marco Enríquez-Ominami, figura política reconocida de la izquierda, más al centro que Boric; obtuvo 7,60% de los votos. Y séptimo resultó Eduardo Artés, con menos del 2% de los votos, quien es tildado de extrema izquierda por sus ideales anticapitalistas y de defensa del Estado como institución.
La izquierda en Chile está dividida y nuclea más partidos y agrupaciones que la derecha. Sin embargo, la heterogeneidad que alberga la Democracia Cristiana y la postura de Parisi de cara a la segunda vuelta son variables que podrían definir quién se queda con la presidencia de Chile el próximo 19 de diciembre.
Participación
Votar en Chile no es obligatorio. El Servicio Electoral de Chile aseguró que eta elección tuvo «buena participación», con un 47,43% de electoras y electores. Este dato es mejor que el de la primera y la segunda vuelta de 2017. Sin embargo, es inferior al del plebiscito por la Convención Constituyente de 2020.
La jornada electoral del domingo 21 de noviembre generó polémica. Algunas mesas cerraron a las 18, hora pautada por el Servel, aunque había gente afuera esperando para ingresar a los locales de votación, que tenían aforo limitado debido a la pandemia de coronavirus.
Aunque el Servel reiteró la normativa nacional de que los circuitos debían permanecer abiertos si había gente esperando para votar, muchas mesas cerraron. Sin embargo, luego de las 21:30 había circuitos de la zona norte, la de mayor nivel económico, que continuaban abiertos. Quedó a criterio de cada encargada/o de circuito y permitía a la gente pasar o no.