Uruguay estuvo tentado a incorporar a Gardel en la galería de caras del dinero, en 1997, a propuesta del diputado blanco Jaime Trobo, pero no le tuvieron confianza (a Trobo). Ahora es tarde. El dinero fiat (en billete y moneda, basado en la confianza) hoy agoniza. “Es solo un fantasma del viejo pasado”, que adornaron en el mundo rostros de hombres y mujeres más o menos moralistas, pero ninguno y ninguna, o ningune, comparable a Gardel en lo categórico de la denuncia: “¡Cuántas miserias se necesitan para hacer una gran fortuna!”, dice el protagonista de “El día que me quieras”.
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Ninguna mentira se hubiese resistido frente a un billete con el código de la cara de Gardel, “...que no hay ninguna verdad que se resista frente a diez mangos moneda nacional...”, cantaba con letra de Discepolín. Es decir: Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo ya estaban desdolarizando. Cada día más vigentes.
LA “R5+”, LA “SUR”… “2, 3, MIL VIETNAM”
La cara de Mao impresa marchó a la plataforma de la divisa digital en los dispositivos móviles. En China ya casi no se usan el billete ni la tarjeta. La moneda de curso legal es el renminbi, ahora más cotidianos el renminbi digital y la unidad monetaria, el yuan. Pero pronto, en intercambios Brics, el renminbi se va a integrar al R5+. El + viene de que el Brics se va a ampliar (con 13 candidatos firmes para este y el próximo año; 21 para el siguiente) El R5, de que las monedas de los actuales cinco países miembros del Brics comienzan con erre: renminbi, rublo, rupia, real y rand.
El primero en proponer la moneda Brics públicamente fue Lula, en 2006, cuando fundó junto a Hu Jintao, Abdul Kalam y Vladimir Putin, el BRIC (no se había incorporado todavía Sudáfrica a este organismo multilateral global, no regional, de países emergentes, Brasil, Rusia, China e India).
Hoy Lula sigue siendo un impulsor de esta moneda común con perspectiva de alcance a todo el sur global, a través del banco de los Brics, el NBD. Lula ha sugerido incluso el nombre de nada menos que Dilma Rousseff, como directora del banco con sede en Shanghái, inaugurado formalmente en julio de 2015.
Lula también ha propuesto la moneda “sur”, de ámbito regional sudamericano, que continúa la iniciativa de Hugo Chávez Frías, en 2007, de crear el “sucre” y fue boicoteada por el imperio igual que intenta hacerlo ahora con el “sur”. Pero las iniciativas de nuevas monedas, ¡y de nuevos sistemas de pagos internacionales!, se multiplican vertiginosamente y rompen el cepo del dólar y el del sistema Swift, para próximamente sacar del agobio a los países sancionados con medidas unilaterales arbitrarias del Tío Sam y la Unión Europea.
En el ámbito de la Unión Económica Euroasiática, el economista Sergéi Glaziev ya en 2010 impactó en el Foro de Astana con la presentación de un acabado proyecto de nueva moneda de reserva mundial. Desde hace años casi todos los países de Asia central y suroriental están comerciando crecientemente en sus monedas nacionales y en 2022 se sumaron a esta práctica los más poderosos países de Asia occidental, desde Irán hasta Arabia Saudita, pasando por los del Consejo de Cooperación de los países del golfo Pérsico.
Por ejemplo, el 29 de enero se firmó el acuerdo entre los bancos centrales de Rusia e Irán que conecta sus sistemas de transferencia interbancaria. A partir de ahora, 52 bancos iraníes que ya usan Sepam, el sistema de telecomunicaciones interbancarias de Irán, se conectan con 106 bancos que usan SPFS, el equivalente ruso al sistema de mensajería bancaria occidental Swift.
Otro mecanismo para driblear al dólar es la cadena de bloques. Dicen que es dinero, pero es un medio de expresión. Hash, bloque, hash, bloque, hash, bloque hash… un valsecito. Hace cuatro años le pregunté a un reconocido economista qué opinaba de las criptos. “Que si los chinos siguen laburando como están laburando, no hay moneda con qué darles” (dilema de Triffin), me contestó. Porque en buena medida, el ascenso de China a primera economía mundial por paridad de consumo, se dio en tanto los chinos hicieron dólares construyendo economía real, exportando valor (tiempo de trabajo socialmente necesario) y no imprimiéndolos ni encriptando. En 2018 tenían al menos tres billones (millones de millones) de dólares de reserva. También eso les hizo exigir perfección a los nuevos sistemas monetarios y de transacciones respaldados en materias primas energéticas, minerales y alimenticias. Mientras China se deshacía de parte de bonos del tesoro de EEUU, aumentaba su comercio bilateral con el sur global en monedas nacionales, sistemas de mensajería regionales y criptos.
Y otra jopeada al dólar es respaldar en oro y plata otras divisas. A la sazón el “rublo oro” y el “peso mexicano plata”. Rublo y peso mexicano son dos de las divisas que se cotizaron más en 2022. Rusia es primer productor mundial de oro y México de plata. En tanto, es incierto si realmente queda oro en las bóvedas de EEUU porque su gobierno no ha permitido que se audite.
“QUE EN EL MUNDO NO CABÍA”
A partir del buen posicionamiento que logró con escaso sacrificio en la “Gran Guerra”, pero especialmente en la “Segunda”, EEUU, con la doctrina Truman, Plan Marshall para Europa, comercio no equivalente saqueador para Asia, África, el Caribe y América Latina (solo un ejemplo: en el quinquenio 1954-59, Argentina perdió por el desmejoramiento en los precios de intercambio 2.075 millones de dólares, más de 40.000 millones de hoy), el imperialismo respaldó el dólar más allá de los acuerdos de Bretton Woods, que solo lo aceptaban con patrón oro. Por eso, y por el petrodólar pactado por Roosevelt con Arabia Saudita, pudo Nixon, en 1971, abandonar el patrón oro e iniciar el camino de flexibilización cuantitativa con estafa Ponzi internacional, manteniendo el comercio desigual y el negocio de deuda, porque en definitiva “el dólar es una divisa respaldada en armas” (Paul Krugman), hoy menguante en respaldo por los éxitos militares rusos.
La confianza de la fuga de capitales en dólares de las oligarquías regionales a paraísos fiscales sigue estando en que si Hussein o Gadafi venden petróleo en euros, EEUU los va a invadir, ahorcar a uno y sodomizar y asesinar al otro. Pero ¿qué pasa cuando no puede ocupar el Donbás ni quebrar a Siria ni invadir Venezuela? Arabia Saudi cobra en Renminbi y nace el petroyuan.
No es cierto que el dólar vaya a caer porque el dinero negro prefiera el anonimato del bitcoin. El lavado se ahorra comisiones con las criptos, pero gana cómplices con el sistema bancario tradicional en sus zonas opacas.
Tampoco va a caer el dólar porque el blockchain (cadena de bloques) sea inconfiscable. Es inconfiscable en su aspecto intangible y es difícil de atacar luego de que el bloque génesis devino en comunidad, porque su código abierto lo hace muy visible, pero sus computadoras y operadores sí son atacables y gastan demasiada energía.
El dólar va a caer porque EEUU va perdiendo la guerra, porque si no le paga a China la deuda, según viene amenazando desde tiempos de Trump, y confisca los depósitos de Rusia en Occidente, igual que hizo con los de Afganistán, o los mantiene congelados igual que a los de Venezuela, el mundo pierde toda confianza en los compromisos monetarios yanquis, en sus garantías de depósito y, en definitiva, en su moneda. Mientras, 2, 3, mil Vietnam monetarios están surgiendo. Algunos ya empiezan a consolidarse y otros demandarán años, pero la tendencia ya es indeclinable y el dominio que a la OTAN le va quedando es solo el de su abyecta propaganda.
Si tuviese que firmar hoy, el Mudo no exigiría a RCA Víctor “un dólar para Gardel por cada disco vendido”, vindicación que le costó la vida en Medellín.
Hoy le cantaría a Jerome Powell: “Guardo encriptada una esperanza en yuanes / que es toda la fortuna de mi corazón”.