En las próximas elecciones nacionales que se realizarán el 27 de octubre, los orientales tendremos que votar si aprobamos o no los allanamientos policiales nocturnos en los hogares. La iniciativa obtuvo los dos quintos de firmas de la Asamblea General que se requieren para dar curso al planteo de reforma del artículo 11 de la Constitución. Queda el paso de la validación de firmas por parte de la Corte Electoral; pero con esto no habrá sorpresas.
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El Frente Amplio se opuso y derechistas como Sebastián Da Silva aprovecharon para acusar al partido político más grande del país de apoyar a los delincuentes.
Para el senador blanco Carlos Camy, la prohibición de allanar hogares en horario nocturno hace que el narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia “se valgan de esta ventaja que les otorga la Constitución de la República o esta disposición para llevar adelante sus actividades delictivas en la noche”.
Para las elecciones presidenciales y legislativas de 2019, Jorge Larrañaga lideró la campaña “Vivir sin Miedo”, la que mediante una consulta paralela también buscaba reformar la Carta Magna para crear una guardia militar, habilitar la cadena perpetua y el allanamiento nocturno. Para lograr tal objetivo la papeleta del “SÍ” necesitaba alcanzar el 50 % de los votos más uno; pero su techo fue el 46 %.
Pese a la derrota, Larrañaga consolidó su imagen de “hombre fuerte” del Partido Nacional y “el Guapo” fue nombrado ministro del Interior por Luis Lacalle Pou. Tras su muerte (22 de mayo de 2021) la cartera fue asumida por Luis Alberto Heber, quien luego fue obligado a renunciar en medio del escándalo del caso Marset y una gestión indefendible en materia de seguridad. El sucesor fue Nicolás Martinelli, amigo del presidente, quien cuando termine de aprender algo sobre el tema ya tendrá que dejar el cargo.
Mientras tanto, Uruguay se ha convertido en el segundo país del mundo en homicidios por crimen organizado, según la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU.
Lacalle Pou apostó a que la LUC, y el hacer la vista gorda cuando a la Policía se le iba la mano, sería suficiente para detener el aumento de la criminalidad; sin embargo, los abusos policiales se multiplicaron de la misma manera que la criminalidad y, en ambos casos, quienes pagaron las consecuencias fueron personas inocentes.
La política carcelaria ha tenido también un rotundo fracaso; récord histórico de homicidios y suicidios en los penales y un hacinamiento inmoral. Sin embargo, la derecha sigue pensando que con bala y garrote se soluciona todo.
No reniego de la represión. Quizá sea un recurso que deba utilizarse en última instancia; pero debe ser un recurso disponible para defender a la sociedad. El problema de la derecha es que lo ve como el único recurso. En esa línea, el exfiscal y actual diputado colorado Gustavo Zubía está totalmente en contra de la rehabilitación. Así nos va.
Resulta lamentable que se coloque al frente del Ministerio del Interior a políticos que no tienen la menor idea de lo que significan términos como planificación, disuasión, prevención, rehabilitación, reinserción y recuperación territorial. No decimos que la solución del problema sea sencilla; pero si colocamos al frente de una cartera tan sensible a gente improvisada (sea de izquierda o de derecha), si las cosas salen bien será por casualidad.
En cuanto al allanamiento nocturno, con la tecnología actual (drones, cámaras y escuchas telefónicas) se hace innecesario modificar la Constitución para combatir con éxito a las bocas de venta de droga. Si bien es cierto que suelen operar de noche, también lo es que, si realmente hay voluntad, se pueden lograr los mismos resultados con o sin allanamiento nocturno.
El hermano de Sebastián Marset fue detenido en diciembre en Foz de Iguazú tras un allanamiento realizado a plena luz del día. La Policía brasileña usó la inteligencia proporcionada por elementos humanos y tecnológicos para concluir con éxito el operativo.
Por otra parte, considerando que muchos policías están totalmente descontrolados y se han multiplicado los casos de abusos con este gobierno, la medida representaría un enorme peligro. No se trata de defender a los narcos. No son los delincuentes los que me preocupan. Ya se dio el caso de un allanamiento en Soriano realizado en una casa equivocada. Los policías entraron destrozando la puerta, aterrorizando a la familia y obligando a dos chicas a salir de la cama en ropa interior, en medio de la humillación y el pánico producido por las armas y gritos. El caso mencionado no habría sido el único en el país.
Es hipócrita simular que se quiere combatir al narcotráfico mientras con la LUC hicieron más fácil la tarea de lavar dinero y, muy particularmente los blancos, se negaron desde 2017 a votar el proyecto del Frente Amplio sobre el financiamiento de los partidos políticos. De todas maneras, a fines de 2023 se vieron entre la espada y la pared cuando los demás partidos lograron acordar y reunir la mayoría legislativa necesaria; por lo que tendrían que acompañar a regañadientes la iniciativa.
Desde que gobierna Luis Lacalle Pou, Uruguay ha trepado en el Índice de Riesgo de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo, según un informe publicado el 21 de julio de 2023 por el Statista Research Department. En 2019 teníamos un puntaje de 3.58, subiendo el riesgo a 4.70 en 2022.
Es hipócrita simular el deseo de liquidar al narco mientras en la Rendición de Cuentas se retacea a la Fiscalía los recursos necesarios para mejorar su rendimiento.
Con buena parte de los policías (no todos) envalentonados y prepotentes, sin el menor criterio a la hora de usar sus armas o la fuerza bruta, el allanamiento nocturno no solo es contraproducente; más que nada, es innecesario.
Creer que para avanzar en seguridad hay que retroceder en derechos humanos, es una falacia.
Lo que busca el Partido Nacional es culpar de su fracaso a la Constitución de la República y al Frente Amplio.
Mientras tanto, deambulan sin rumbo como gorilas en la niebla.