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Columna destacada | elecciones | Argentina |

Del Barrio a el Coloso del Norte

Elecciones por todas partes

No debemos olvidar de todas confrontaciones electorales que se dan en la región en los próximos días.

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Esta semana arrancamos todos pendientes del eco del debate presidencial en Argentina. Mucha sorpresa. Nunca está todo el pescado vendido. Naturalmente, para nosotros, lo que pasa allí es de enorme importancia. Sin embargo, no debe hacernos olvidar de otras confrontaciones electorales que se dan en la región.

El mismo día que se llevó a cabo el debate de primera vuelta en Santiago del Estero, en Ecuador se enfrentaban los finalistas de la segunda vuelta: Luisa Gonzalez, que obtuvo el 33 % en primera y Daniel Noboa, que había logrado el 24 %. Un candidato (Fernando Villavicencio) fue asesinado durante la campaña. Un ejemplo más del fuerte clima electoral que se vive en el hemisferio. Desde casa a la cuna del imperio.

En Argentina, la primera vuelta será el 22 de octubre y, luego de un nuevo debate entre los finalistas, el balotaje será treinta días después. En Ecuador la vuelta final será el 15 de octubre. Allí se sabrá si el balotaje confirma el triunfo del correísmo (Revolución Ciudadana) o si se insiste en la derecha, que ha generado la peor crisis del país hermano en muchos años.

Mientras tanto, el proceso electoral culminó en Guatemala. Pero aún quedan dudas sobre qué significará. El presidente electo “uruguayo”, Bernardo Arévalo, hijo del presidente Juan José Arévalo, exiliado en nuestro país, lucha para que se respete la voluntad popular. La Fiscalía, que viene procurando evitar su triunfo desde antes de la primera vuelta, esta misma semana allanó las oficinas de la autoridad electoral llevándose urnas, papeletas y actas.

Esperemos no tener que recibir al presidente electo guatemalteco como, en su momento, recibimos a su padre. Suena raro, con esos antecedentes históricos, que somos de los pocos países que no han alzado su voz contra el intento de golpe institucional. Salvo, justo es señalarlo, las palabras del embajador Abdala en la OEA, el gobierno uruguayo ha guardado silencio. No intercaló una sola vez entre sus críticas a Venezuela, Nicaragua y Cuba, la más mínima expresión de solidaridad con el pueblo guatemalteco.

En Puerto Rico, se mueve el “de abajo” protestando la modalidad de participación electoral que se le reconoce. Recordemos que en 1898 fue objeto de la intervención de EE. UU. contra España que, mientras Cuba logró transformar en independencia, sumió a la tierra boricua en una original y humillante modalidad de colonialismo. El conocido “Estado Libre Asociado”.

Terminando el primer cuarto del siglo XXI, nuestros hermanos puertorriqueños se empiezan a levantar en protesta. Recuerdo en mis años a mi amigo, el líder del Partido Independentista, Ruben Berríos, hoy retirado en Caimito, viviendo con la humildad con la que se retiran los viejos luchadores. Votan a medias el año que viene.

¿Sabemos bien qué significa eso de “Estado Libre Asociado”? Pues, eso: ciudadanos de segunda categoría. Aunque suene ridículo, por nacer en Puerto Rico son ciudadanos de EE. UU. El año próximo votan en las primarias para elegir a los candidatos de los distintos partidos. Luego no los pueden votar para presidente. Elegir candidato sí, presiente de su país no.

En realidad, es peor. Si el día de la elección un puertorriqueño está viviendo en un Estado federal, vota. Si sigue viviendo en su patria materna, Puerto Rico, no. Hay más: el único diputado o diputada electo por la isla tiene voz sin voto. Por número de habitantes podrían tener hasta 7 u 8 diputados, pero tienen uno, y sin derecho a voto. Eso sí, la migración la controla EE. UU. y en todos los sitios públicos la foto del presidente al que no pueden votar.

Nosotros mismos nos presentamos al mundo como una democracia perfecta en vez de saber que la verdadera democracia se autovigila, controla y corrige sus errores. Tenemos un régimen de sublemas que se derogó para votar diputados, pero sigue vigente para elegir senadores. ¿Es bueno o no? Si no lo es, no debe mantenerse para ninguna de las dos cámaras. La gente vota los sublemas sin saber quiénes lo integran.

Las hojas sábana son las que permiten que muchos desconocidos por la opinión pública, salgan por TV diciendo “yo estoy acá porque me votó el pueblo”. Pero nadie sabe qué es lo votó. Y a veces nos burlamos y miramos por arriba del hombro a los sistemas más primitivos -y más transparentes- de la hoja con la foto de todos los candidatos y la gente marca el que quiere votar.

Las hojas reimpresas y distribuidas, en vez de la que espera al votante en la mesa receptora, hoy, además de ser cara y favorecer al clientelismo, son totalmente antiecológicas. Toneladas de papel tirados a la basura tras la elección. Además, ¿por qué seguimos siendo el único país que no acepta observadores internacionales?

El balotaje fue hecho con nombre y apellido. Y requerir el 50 % más uno de los votos es anacrónico. Muchos países requieren un 40 % con una diferencia de 10 % con el que le sigue. Pero, claro, los multicolores se irían para siempre. Lo raro es que ese sistema lo aceptamos para las internas, pero no para las nacionales. ¿Por qué lo que es bueno en una es malo en la otra? ¡Un inexplicable doble criterio!

Si habrá tragedias en nuestra Patria Grande y en nuestra propia casa, sobre el derecho al voto... Sin embargo, seguimos con la opción binaria, si se vota, hay democracia. Es hora de que abramos los ojos.

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