¿Quién me iba a decir que algún día le iba a reconocer a Kissinger una razón?
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Arismendi nos advertía: “Hasta el más equivocado de los contradictores siempre tiene al menos un grano racional”.


¡¿Pero Kissinger, Flaco!?
Ayer lo vi socializando con Xi en el famoso bungalow 5, donde 52 años atrás visitó por primera vez a Shou Enlai. Era por entonces un duro canciller de Nixon de 48 añitos y Jimping un niño yuntero de 18 que, desde los 16, trabajaba en el campo, más exactamente en la brigada de producción de Liangjiahe de la comuna de Wen'anyi, del distrito de Yanchuan, en la provincia de Shaanxi (entre 1969 y 1975).
Ahora míster K tiene más de 100 años y todavía bastante influencia en la política mundial. Y el niño Xi de influencia ni hablemos.
Hoy, en Cradle, Pepe Escobar me desasna porque “todos los involucrados en la geopolítica conocen la legendaria sentencia de Kissinger: ‘ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, ser amigo de Estados Unidos es fatal’. En la historia reciente abundan los ejemplos, desde Japón y Corea del Sur hasta Alemania, Francia y Ucrania”. Yo no la conocía.
Otra que un grano. Tremenda razón tiene.
Pienso en España, alineada toda a Estados Unidos, de izquierda a derecha, de sur a norte, de mar a mar. Fatal.
Para tranquilizarnos, Escobar informa que expertos académicos chinos argumentan que, si se mantiene la razón y se respeta la “sabiduría de este diplomático de 100 años”, Xi Jinping y el Politburó deberían mantener la relación entre China y EE.UU. tal como está: “gélida”.
En España va a quedar tal como está: carnal. Sánchez Castejón obtuvo 122 bancas para el PSOE. Fue el único candidato referente del Partido Demócrata de Estados Unidos que medró en elecciones de los últimos tres años, aunque sólo hayan sido dos bancas respecto a las generales de 2019, y aunque éstas elecciones las perdió cuando aquellas las había ganado. Macron, por caso, ganó mermando.
El espantajo de Vox espantó votos hacia el bipartidismo alternante que, esta vez, podría esperar cuatro años más para alternarse.
El PP (con un candidato al que ya echaron los cánticos de “Ayuso, Ayuso...”) ganó 47 bancas (obtuvo 136), pero su socio Vox perdió 19 (obtuvo 33), y no le alcanza para gobernar.
La izquierda (ahora SUMAR) perdió cuatro bancas. ERC perdió 6. Junts ganó 1. Bildu ganó 1, PNV perdió 1, el BNG mantuvo su banca igual que CCa, pero todos los votos independentistas catalanes y vascos se necesitarían para que Sánchez vuelva a formar gobierno.
De momento, puede haber un tercer llamado a elecciones en el año si Sánchez no acepta las condiciones de los independentistas.
Pero en cualquier caso todo va a seguir igual en la política de ámbito global.
No es cierto que la élite gobernante europea aprecie más a los emigrantes ucranianos que los afro (han masacrado afros por decenas en Melilla, a cambio para Sánchez Castejón de que los socios del Borbón en Marruecos, que le cuidan la frontera, cuenten con la aprobación del Reino contra el Frente Polisario en Saharaui y, en consecuencia, no cuente España con el esperado gas de Argelia, que respalda al Saharaui). Pero eso es porque la opinión pública española protesta más la abundancia de “negros” que la falta o carestía de gas; a la élite le da todo lo mismo, siempre que la soborne el Pentágono: ahogar las pateras, usar ucranianos de carne de cañón; ir a otra guerra que deje a Europa en ruinas o arruinarla con sanciones autoimpuestas.
Pero en todos los países europeos alguna alternativa a Washington existe a nivel parlamentario. En España, ese dato no puede verificarse en elecciones, porque todo el actual espectro político en el parlamento español aplaudió de pie al comandante en jefe de los Batallones Azov, Aidar, Sector Derecho y Tornado. Nazi él mismo, que se presentó con simbología nazi en la solapa ante el Papa, con el escudo del Banderastán.
Es terrible la glorificación institucional y mediático yetsética española de quien arrestó a todos los dirigentes de la oposición democrática de su país, cerró sus medios de comunicación, prohibió las actividades de once partidos opositores, incumplió la totalidad de su pacto electoral y se basó en toma de rehenes para escudos humanos involuntarios, bombardeos de civiles desde hace más de nueve años y armado de escenas montadas por la CIA para propaganda grosera de periodistas de la OTAN; de izquierda a derecha, de sur a norte, de mar a mar.