Hoy, más que nunca, los demagogos y mentirosos tienen que cuidar sus palabras porque quedan grabadas de varias maneras.
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El mercenario
El abogado y sociólogo Pablo Mieres comenzó a militar en 1979 en el Partido Demócrata Cristiano y fue elegido diputado suplente de Héctor Lescano en las elecciones de 1984. En 1989 el PDC se retiró del Frente Amplio y formó parte del Nuevo Espacio, que llevó a Hugo Batalla como candidato presidencial para las elecciones de 1989. Mieres volvió entonces a ser diputado suplente de Lescano. Desde 1990 a 1995 fue secretario político del PDC.
En 1994 Hugo Batalla traicionó a las fuerzas populares y apoyó a Julio María Sanguinetti a cambio de ocupar la vicepresidencia de la República. Cuando le cuestioné su decisión, me recordó que Jorge Pacheco Areco llegó a la presidencia gracias a que Óscar Gestido murió el 6 de diciembre de 1967, nueve meses después de haber asumido el cargo. Sin embargo, en este caso, Hugo Batalla murió en 1998 y Sanguinetti continúa haciendo daño al país.
En cuanto a Mieres, cuando el PDC retornó al Frente Amplio, volvió a ser candidato a diputado por el Encuentro Progresista; pero en 1995 Mieres se retiró de la coalición de izquierdas y en 1996 ingresó al Nuevo Espacio, siendo compañero de fórmula de Rafael Michelini. En 1999 apoyó a Tabaré Vázquez en la segunda vuelta.
Cuando Michelini regresó al Frente Amplio, Mieres abandonó el Nuevo Espacio y fundó el Partido Independiente, siendo candidato presidencial en 2004, 2009 y 2014, sacando 1,9%, 2,6% y 3,2% de los votos respectivamente. Ya como senador y presidente del Partido Independiente, pasó por el fallido intento de crear La Alternativa, junto a otros grupos, para las internas de 2019.
En las últimas elecciones Pablo Mieres no logró ser electo senador; pero pese a la pésima votación que obtuvo, Luis Lacalle Pou lo nombró ministro de Trabajo, como premio por haber integrado al Partido Independiente a la coalición multicolor.
Hábil y calculador, Mieres tenía claro que, si su partido se presentaba solo a las elecciones, él no lograría ni una banca de diputado, por lo que enterró todo su pasado de pseudoizquierdista y se pasó a la derecha más conservadora. Atrás quedó para siempre la lucha por los más desposeídos, la lucha por los derechos humanos y la lucha contra las desigualdades e injusticias sociales.
Atrás quedaron las siguientes palabras, registradas para siempre, y para su vergüenza, en los correspondientes videos de las respectivas entrevistas.
El entonces candidato presidencial decía: “Los dos partidos son los responsables reales del origen de la inseguridad; porque durante los gobiernos de blancos y colorados fue que empezó la crisis de la Policía. Gobiernos que, presupuesto tras presupuesto, votaron salarios de hambre para la Policía; gobiernos que aprobaron el servicio 222, que fue un cáncer para la Policía porque convirtieron a los policías en trabajadores de 16 horas diarias, la mitad del tiempo como trabajadores de la seguridad privada, nada más que pagados por el Ministerio del Interior. Entonces hoy alzan el grito y se rasgan las vestiduras por la situación de inseguridad, pero deberían mirar para atrás y ver de qué manera los partidos Nacional y Colorado contribuyeron a la actual crisis de inseguridad.”
Muy poco tiempo tuvo que pasar para que posara abrazado a aquellos que criticaba. El Mieres que antes decía que no se podía culpar de la inseguridad a los jóvenes infractores y se quejaba de los salarios de hambre de los policías terminó apoyando la LUC y las pérdidas de salario real y poder de compra de trabajadores y jubilados.
Tanto o más bochornoso es el segundo registro que transcribimos, correspondiente a una entrevista en la cual se le pregunta por su negativa a integrarse a la coalición multicolor si Cabildo Abierto formaba parte de ella. El periodista plantea que entonces, “si yo soy Lacalle Pou, si quiero contar con Mieres en ese gobierno multicolor, en ese gobierno de coalición, no puedo llamar a Cabildo Abierto”. La respuesta de Mieres es fulminante: “¡Ah, yo creo que es así! Es clarísimo, ¿no? No vamos a hacer un acuerdo con gente con la cual estamos en las antípodas de nuestra...”. “Ni en octubre ni en noviembre”, interrumpe el periodista. “Pues claro”, responde Mieres y luego agrega: “Para el Partido Independiente cogobernar con Cabildo Abierto no es posible. No es posible”.
Como dijo Confucio (551 a.C.): “Si quieres conocer a un hombre, dale poder”. O como señalara Groucho Marx: “Si no te gustan mis principios, tengo otros”.
El recluta
Esto es reciente. Concretamente, esta perla se originó el 22 de diciembre durante el programa Informa2, de Canal 2 de San Carlos, y es una muestra cabal de la mediocridad que afecta a numerosos integrantes de la clase gobernante en este quinquenio.
El edil de Maldonado por el Partido Nacional Cristian Estela, al referirse al proyecto de construcción para el terreno que antes ocupaba el icónico hotel San Rafael y las idas y venidas de la Junta Departamental, se mandó una deposición verbal de antología.
Sobre el expediente del proyecto Cipriani Ocean Resort, Club Residences & Casino Punta del Este y el acatamiento a las órdenes del intendente, expresó: “Si Antía dice p’allá... Aquí no hay guapos con Antía. Se terminaron los guapos con Antía […] porque es el director de la orquesta; es nuestro líder. Si el líder dice tiene que salir, tiene que salir y él asume las responsabilidades. Por eso lo estoy apuntalando ahora. La responsabilidad ahora es netamente del señor intendente, muchos no queríamos más con este hombre (Cipriani) y si el intendente dice que es p’allá, es p’allá”.
“El señor intendente es mi líder; y se lo digo a usté, en el juzgado, alante Antía y adonde sea: Antía me dice anda y pégale un piñazo a Fabián Sánchez, no te salva nadie de que te lo pego. Después le digo: mire que me dijo Antía. Je,je. A ver si te queda claro”.
No hay faltas de ortografía en estos párrafos. Hemos reproducido literalmente sus expresiones, dichas, por cierto, con tono prepotente y amenazante al periodista Fabián Sánchez, cuya paciencia y serenidad es franciscana.
Estela ya había sido denunciado en febrero de 2021 por un edil del Partido Colorado, Luciano Fernández Vázquez, al cual habría presionado indebidamente para que cambiara su voto negativo con respecto a un préstamo para la intendencia. A fines de ese año volvió a ser noticia cuando Enrique Antía le extendió por 10 años más la concesión de un parador a la esposa del edil Christian Estela sin que el trámite pasara por la Junta Departamental. También fue noticia cuando maltrató verbalmente en la vía pública a una chica que le repartía listas.
Así se maneja el Partido Nacional; el caudillismo y la prepotencia son sus sellos distintivos.
El comandante
En 2019, tras el acuerdo programático firmado por Lacalle Pou, Mieres, Manini y Novick, un periodista le preguntó al primero por los dichos de José Mujica en cuanto a que, de ganar esa alianza, bajarían el salario real de los trabajadores.
Un airado Luis Lacalle Pou respondió: “¡Es una falta de respeto! Se tiene que hacer cargo. ¡Es una falta de respeto! Y, además, es tratar de ignorantes a los uruguayos. Y es tratar con lo que sabemos que muchos uruguayos están necesitando y están padeciendo. ¡Es una falta de respeto! Esa es la discusión que Uruguay no se tiene que dar. Es la mentira para ganar elecciones. Es el abuso de una posición dominante. Eso no se puede aceptar bajo ningún concepto, porque acá estamos hablando de temas muy serios y no vale cualquier cosa para ganar la elección. De mí nunca lo van a tener. No van a tener una mentira; no van a tener una acusación, no van a tener jugar con las necesidades populares. ¡Eso es una falta de respeto! Eso es querer más al poder que al prójimo”.
El resto de la historia ya la conocen. El gobierno de Luis Lacalle Pou logró el triste reconocimiento de haber sido el país que menos invirtió, con relación al PIB, para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia en las familias más vulnerables; los trabajadores, efectivamente, perdieron salario, la pobreza infantil trepó a 22,5%, ni una sola de las promesas de la campaña electoral ha sido cumplida, las mentiras del presidente y su equipo han quedado al descubierto en infinidad de ocasiones y no ha parado de acusar en falso a sus opositores. Todo lo que desde el Frente Amplio se anunció que sucedería si gobernaba Lacalle Pou sucedió; pero mucho peor de lo que se había pronosticado, sobre todo, en el rubro corrupción.
Lacalle mintió para ganar, no solo con el tema de los salarios, también con lo de no tocar la edad jubilatoria. Mientras los voceros del gobierno dicen que el presupuesto educativo aumentó, los datos del mismísimo Ministerio de Economía y Finanzas revelan que bajó 139 millones en la ANEP (Administración Nacional de Educación Pública) y 39 millones en la Universidad. El Ministerio del Interior manipula las cifras de homicidios para tener cifras menores que el gobierno anterior; pero hasta la Fiscalía maneja cifras superiores a las dadas por Heber, que considera exitosa su gestión mientras tiene el récord histórico de muertes en centros de reclusión.
Lacalle Pou les mintió a todos en todo.
Será triste y difícil de aceptar para quienes lo votaron de buena fe; pero los hechos son contundentes y los archivos implacables.