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Con Bolsonaro, el fascismo más feroz se instala en la región

Por Juan Raúl Ferreira.

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El triunfo de Bolsonaro no nos toma de sorpresa. Teníamos la esperanza de una mayor afluencia de votantes y diferencia menores. Fueron noticias ingratas pero no sorpresivas. Es importante analizar lo que pasó, pero no basta. De acá a la segunda vuelta del 28 de octubre. Desde el exterior solidaridad activa y en Brasil que todos los que no lo votaron lo hagan por Haddad y los que se quedaron en la casa salgan a votar contra el fascismo.

 

Escrito esto ya me imagino la cantidad de gente que responderá, diciendo, ¿cómo nos vamos a meter si es Brasil? Igual pregunta se hicieron a fines de los 30 muchos en Alemania. Tengo la sensación de que la barrera de no la no intervención se topa con confusiones que nos gustaría abordar. Sobran noticias y comentarios sobre las cosas que ha dicho, cómo levanta la apuesta a diario, las marchas de patotas del fascismo, etc. Yo hoy prefiero tratar en forma frontal el problema de fondo.

 

Comienzo contestando algunas preguntas que en las redes me hizo un seguidor que planteó dudas y algunas discrepancias con lo que había escrito. Lo hago en su homenaje, porque es raro que en un tema tan delicado y tan polarizador en el Uruguay se pueda debatir y polemizar con la altura y respeto conque lo hizo. Dedicado a él contesto las cosas que preguntó.

1 Dice, por ejemplo, la democracia sirve para cuando se gana o se pierde, a él la gente lo votó. Respondo: cuidado, sin elecciones limpias no hay democracia. Pero no basta con que haya elecciones limpias (con ganador preso no lo fueron). Permítaseme un recuerdo personal, y un argumento más objetivo. Uno de “hijo de” (que a veces me lo tiran como insulto sin darse cuenta el orgullo que siento, y otra de politólogo.

 

1a. Una vez Omar de Feo (creo haberlo leído en el Semanario Voces en artículo de Noir Sarthou) hablando sobre el exceso de importancia que le daba Wilson a grupos de izquierda: el comunismo, el PVP (no existía el MPP) (“son minoría»), los partidos tradicionales (expresión que a Wilson irritaba en forma muy especial como surge de un video que se ha viralizado) “son mayoría para la cual usted es clave” y contestó: “La democracia no es el mandato de la mayoría, sino el gobierno de esta con respeto, inclusión y participación de las minorías”.

 

1b. Ciencias políticas. Ganar las elecciones no da poderes extrademocráticos a nadie. Olvidémonos por un momento el tema de que rige igual para el que reniega de las urnas, como lo ha hecho Bolsonaro permanentemente, pero no da licencia para destruirla. Veamos ejemplos de fascismo que hablan por sí solos, Hitler fue electo, Mussolini también y la anexión de Austria el Tercer Reich (imperio nazi).

 

2a. Me argumenta este respetuoso ciudadano (ojalá hubiera más que, si discrepan, lo hagan con respeto) que no podemos perder la venta de lácteos”. Sinceramente, me aguanto eventuales balazos de los tamberos. Pero si cambiamos yogur por Nazismo y Neofascismo, no quedaría nada por delante. Por suerte no es así. Hay gente a pelear por lo importante, lo que en Europa a mitad del siglo pasado fue muy tarde. Si no, no hubiera pasado y decenas de millones de vida se habrían salvado.

 

2b. Debo agregar que no cambio yogur por evitar un genocidio de fascismo bolsonarista, “los negros no merecen ni reproducirse”. Pero además cuidado con el fácil argumento economista. ¿Y el gas? Ayer, los obreros del Gas unidos en su sindicato estarán ocupando sus lugares de trabajo. Adiós a los acuerdos entre Brasil y Uruguay en tiempos de Lula Petrobras, seguros de paro, congelación de salarios, denuncia de los convenios colectivos y amenazas de despido. ¿Yogur o gas? No, justicia y cumplimiento de los acuerdos internacionales.

 

Vienen a mi memoria trozos importantes de la conversación del arzobispo Peruzzi de Curitiba con los trabajadores del Gas, el senador Castillo, cuando viajé con él y Peruzzi, y nos dio su impresión sobre la votación de estos tratados que perjudican a trabajadores y usuarios, “nombre que las empresas privadas ponen a los usuarios”.

 

Ahora solo nos queda luchar acá, apoyar desde acá y luchar porque se imponga la democracia en Brasil.

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