De vuelta en Uruguay hace unos años, Garín, a través de su empresa Súbito Red Desarrollos, que opera en Montevideo y Madrid, lideró proyectos interesantes y muy novedosos, como por ejemplo el área multimedia del pabellón de Uruguay en la Exposición Universal de Milán 2015. En los últimos años ha concretado varios proyectos museológicos en Uruguay. Son creaciones suyas el Museo Interactivo de Inac; el Centro de Interpretación de la Casona del Patriarca, ubicado en la Meseta de Artigas (Paysandú); el Museo Vivo de la Posta del Chuy; y el nuevo Centro de Interpretación del Cabo Polonio, recientemente inaugurado. Asimismo ha comenzado a trabajar en la elaboración del plan de interpretación del Paisaje Industrial Fray Bentos, que estará finalizado en el segundo semestre de este año. La empresa resultó adjudicataria en la licitación convocada por el Ministerio de Turismo, y se encuentra actualmente realizando los estudios iniciales con informantes claves, actores sociales, instituciones, empresas y organizaciones no gubernamentales. La empresa tiene a su cargo también la realización del proyecto ejecutivo, la dirección de obra y el equipamiento del centro de visitantes en el barrio Anglo y la generación de circuitos turísticos y diversas unidades de negocios asociadas al Paisaje Industrial Fray Bentos. Todo el proyecto demandará una inversión de US$ 525.000 que serán financiados por el programa Desarrollo de Corredores Turísticos del Ministerio de Turismo-Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El objetivo es revalorizar el Paisaje Industrial Fray Bentos como un ícono del turismo cultural y eje central del Corredor de los Pájaros Pintados. Garín nos contó con lujo de detalles lo que los visitantes pueden ver y hacer en el nuevo Centro de Interpretación de Cabo Polonio. ¿Cómo surge el proyecto de Cabo Polonio? Cabo Polonio forma parte de un área de trabajo de nuestra empresa que está muy vinculada al turismo cultural. De esa área también forma parte la adjudicación del plan marco de la interpretación de Fray Bentos del Patrimonio de la Humanidad y otros programas de contenidos que hemos hecho para otros sitios, como la Meseta de Artigas en Paysandú o la Posta del Chuy. Son proyectos que en general incluyen tecnología (museografía transmedia) que tratamos de que sean de bajo presupuesto, que sean accesibles para las organizaciones y nos permitan contar mejor las historias. Y que sean accesibles para el público. Se trata de encontrar un lenguaje narrativo para nuevos públicos, pensando que hoy casi 40% de la población es nativa digital, y en cinco años lo será 47%, casi la mitad de la población. Son personas hiperconectadas que utilizan la información y la tecnología. Se trata de adaptar la cultura y la historia a nuevos lenguajes. Se trata también de vincularse con dispositivos móviles y recursos nuevos que además son más económicos. Para nosotros lo más importante no son los equipos, sino los contenidos. Nuestro negocio no es vender ni muebles, ni televisores ni proyectores; nuestro negocio es desarrollar los proyectos, las ideas, definir cómo contar algo de la mejor manera posible, y desarrollar los contenidos adecuados para las soluciones tecnológicas que añadimos a cada proyecto. Hace cuatro años, cuando llegamos de nuevo a Uruguay, lo que me decían cuando presentábamos lo que hacíamos en España, era algo así como: “M’hijo, lo felicito, pero esto no es para aquí”. Hoy es distinto y nadie lo pone en duda, al menos eso es lo que hemos recogido en nuestras reuniones en 18 de los 19 departamentos, en las que hemos conversando con directores de Cultura y Turismo y unos cuantos intendentes. ¿Cuál es el concepto detrás del proyecto de Cabo Polonio? En octubre nos reunimos con la directora de Turismo de la Intendencia de Rocha, Ana Claudia Caram, y ella tenía la idea de que había que hacer algo con ese lugar, que tiene mucho potencial por el flujo de visitantes que tiene cada año. El lugar, en su momento, cuando se inauguró, era un proyecto con financiación del BID y había un centro de interpretación que tenía algún contenido. Con el tiempo se fue degradando y se evaluó que no era del todo adecuado. La directora de Turismo vio lo que hacíamos y le gustó mucho. Hicimos el proyecto, acertamos con lo que quería, nos reunimos con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) y lo ejecutamos. En menos de tres meses hicimos proyecto, diseño y ejecución. El proyecto es, por un lado, algo que sirva a los que van a ir al Cabo para contarles con qué se van a encontrar, es un primer módulo interactivo. Luego hay otro módulo vinculado a la naturaleza y la ecología. En este caso utilizamos unos cubos con tecnología NFC, que a medida que se mueven se interactúa con distinta información. Está previsto que sea en tres idiomas (español, portugués e inglés); todo tiene accesibilidad universal, es decir que el espacio tiene un recorrido podotáctil, y hay unos smartphones con audiodescripción para ciegos, personas con baja visión o con dificultad lectora. En ese sentido es muy completo y no creo que haya un centro de interpretación de esas características en Uruguay. Un tercer módulo, dedicado a la historia, habla de los orígenes del pueblo y de todo el patrimonio subacuático de la zona, el desarrollo temprano con la presencia de indígenas, etc. Finalmente hay un módulo que está dirigido a quienes vuelven y trata de qué se puede hacer después del Cabo. Para este módulo utilizamos una aplicación cargada en tablets y una especie de mapa de recorridos y circuitos vinculados a la Laguna de Castillos, Laguna de Rocha y la llamada “Ruta del Arroz”. Hicimos una prueba en enero y fue muy exitosa: 80% de los visitantes fueron extranjeros. ¿El proyecto ya está concluido? La primera etapa sí. Hay una segunda fase prevista y tiene que ver con algunos cambios locativos. La oficina de información turística se va a trasladar a un espacio que forma parte del edificio del centro de interpretación. La idea es cerrar ese espacio y hacer un solo conjunto moviendo la oficina de Turismo, que está en la terminal, al edificio del área de interpretación dejando unidas las dos cosas. Eso es algo que comenzaremos en breve y esperamos culminar rápidamente porque se trata de una obra seca. Esta movida sumará algunos servicios para los visitantes, como la recarga de sus teléfonos móviles. Otra de las cosas que se está planteando para completar el proyecto es la señalización del espacio, para que vaya en la línea del diseño propuesto. Otro elemento que propusimos fue un “punto foto”, utilizando un elemento parecido a un arco de fútbol, al que convertimos en un punto en el que el visitante puede hacerse la foto con los típicos camiones al fondo. Todo ha sido un trabajo conjunto, tanto de contenidos como de optimización de la información en el espacio, que al fin y al cabo también es contenido. Nos adaptamos a lo que había y pudimos coronar un proyecto de bajo presupuesto. Por otro lado, nos interesaba ese proyecto, porque es el Cabo Polonio, un lugar por donde el año pasado transitaron más de 100.000 personas.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME