Casi no hay semana, desde marzo, sin desprolijidades y escándalos protagonizados por los miembros de la coalición multicolor; casi no hay semana en que no renuncie un jerarca, que sea destituido, que se tenga que echar para atrás su designación para un cargo antes de asumir o sea denunciado por graves irregularidades. No vamos a enumerar aquí todos los hechos porque ya cubrimos buena parte de ellos en notas anteriores; pero el baile sigue, así como siguen sin ser cubiertos algunos cargos porque la coalición (que aseguraba desde antes de marzo que estaba lista para gobernar) no tiene gente capacitada para ocuparlos, y cuando tienen a quien sí lo está, su conducta deja mucho que desear. Ya hemos hablado de Julio Luis Sanguinetti y la esposa del general, la cual no habría llegado jamás a ser ministra si no fuera por su vínculo conyugal.
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En junio, Madeleine Renom, presidente del Inumet, anunció que renunciaría por considerar que no tiene apoyo para seguir. También renunciaron Juan José Villanueva, secretario general del Codicen (por diferencias de relacionamiento con Robert Silva) y Ernesto Talvi (por diferencias con el presidente), entre una docena de otros casos.
Se nos venció el café
El que arrancó mal fue Pablo Bartol. En la semana de mayor autobombo del ministro, se le murió de frío una persona en la calle tras haber sido rechazada en el Mides. Convocado al Parlamento, no tuvo más que reconocer algo gravísimo: que cuando se le negó el ingreso a Gustavo, había once cupos disponibles. El tema es que, aun cuando no los hubiera, cualquier jerarca con dos dedos de frente y un mínimo de humanidad le hubiera conseguido un rincón para protegerlo de las inclemencias del invierno.
Bartol criticó a las autoridades frenteamplistas porque dejaron vencer el café que tomaban. Es cierto. Tiene razón el ministro actual; pero a él se le murió una persona.
Javier Miranda lo ha cuestionado por el desmantelamiento de proyectos y por relevar jerarcas. Vaya sorpresa. Si fuera por los multicolores, pulverizarían al Mides. No se puso al frente a Bartol para que aumentara la ayuda a los más necesitados, sino para que la recortara. El diario El País expresó hace pocos días, en una de sus columnas, que la solidaridad dignifica al que da, no al que recibe, algo bastante parecido a lo expresado por Un Solo Uruguay. Así piensa la oligarquía, aquí y en cualquier parte del mundo; sin embargo, saben muy bien cómo practicarla para comprar votos, tal como ocurre en Cerro Largo, donde se entregan canastas con propaganda política, o en Maldonado, donde una camioneta de la intendencia fue filmada mientras dejaba canastas en un local partidario.
Pablo Bartol, tras ser designado al frente del Mides, anunció que pondría su oficina en Casavalle, junto a los más desprotegidos; pero luego cambió de opinión y se instaló en el piso 7 del Mides, en el que hará reformas para hacerlo más elegante.
Como ministro, está más interesado en descubrir cadáveres en refrigeradores frenteamplistas que en hacer bien su tarea. En el marco de la campaña sucia realizada contra el anterior gobierno, desde el Mides se informó en junio que habían comenzado a donar materiales e insumos que fueron hallados en estado de abandono en cuatro depósitos. El director general del Mides, Nicolás Martinelli, indicó que una de esas donaciones consiste en 10 sillas para personas discapacitadas, cada una de las cuales vale unos 100.000 pesos y fueron derivadas a la escuela Roosevelt.
Cualquiera que no se tomara la molestia de indagar un poco comenzaría a recriminar a los jerarcas que precedieron a Martinelli; pero Mauricio Guarinoni (diputado por Asamblea Uruguay y exdirector nacional de Gestión Territorial del Mides) se encargó de desmontar la falacia por medio de Twitter: “Las sillas posturales que están donando son para personas obesas, que tengan un ancho de cadera mayor a 55 cm y peso más de 100 kilos. La escuela Roosevelt no tiene ni un alumno así. Se hace mal uso de un material tan preciado. Estaba guardado para casos muy específicos”.
Raffo en picada
Laura Raffo hizo el lanzamiento de la lista 600, cuya tipografía y logo busca -de manera excesivamente burda- confundir al votante con la 609, del MPP. Vive criticando y descalificando a los candidatos del Frente Amplio buscando ser noticia. Ni con la prensa amiga de la derecha logra crecer. Su falta de propuestas (más allá de las vergonzosamente demagógicas) es lamentable. Le erró feo la coalición con elegirla de representante de la derecha y ultraderecha; pero ya es tarde y todos los votantes de la misma que conozco admiten que ya están derrotados. Es profesional; pero también un poco básica, elemental y predecible. Ha tenido muchas horas de televisión; pero, increíblemente, pocos la conocen. Es como esos actores de los cuales hemos visto decenas de películas, pero nunca recordamos el nombre; porque no nos importa.
Para afuera
Guillermo Iglesias no fue destituido de Antel por haber regularizado a 857 funcionarios, sino por haber dicho que Antel es una maravilla. El herrerismo ya intentó privatizar las empresas públicas durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle y entregar la gallina de los huevos de oro a manos privadas. Hay que estar atentos; porque si bien lo impedimos en aquella ocasión, las intenciones de este sector ultraconservador siguen vigentes. No es casual que las medidas de este gobierno provoquen millonarias pérdidas en Ancap.
La que queda es Alicia Borba, de la lista 71 del Partido Nacional, designada directora de Desarrollo Humano de ASSE. Quien fuera edil y candidata a alcaldesa en la Ciudad de la Costa, mientras era funcionaria de ASSE, faltó 512 días por “neurosis”. Pese al parte médico, continuaba asistiendo a las sesiones de la Junta Departamental.
Apenas asumió su cargo, comenzó la venganza contra todas las personas que odiaba, y las cesó de las reparticiones que dependían de su dirección, obedeciendo los dictados de su sistema emocional inestable. Entre los cesados, de acuerdo con una investigación del semanario Búsqueda, estaba el director del Departamento de Certificaciones, quien había presentado un informe negativo en su contra en el marco de un sumario que se le había iniciado a la neurótica.
Uruguay bajo la lupa de la ONU
En medio de todo este desmadre, Uruguay recibió observaciones por parte de la ONU, instándole a retirar de la LUC los artículos referidos al uso de la fuerza, la responsabilidad de policías y militares y las limitaciones a los derechos de reunión pacífica y libertad de expresión. También exhortó al gobierno a proporcionar tiempo adicional para el estudio y discusión de la ley, tanto en el ámbito legislativo como público, a efectos de garantizar que se cumplan las normas internacionales relativas a los derechos humanos. Los relatores especiales de la Organización de Naciones Unidas manifestaron que las normas contenidas en la Ley de Urgente Consideración son “problemáticas para el respeto y cumplimiento de las obligaciones que tiene Uruguay bajo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.
Por si lo anterior fuera poco, la designación de Lourdes Perdomo como secretaria de Derechos Humanos de Presidencia completa el tétrico panorama ya que, en 2008, fue procesada con prisión por frustración de pago de cheques y sostiene que es más fácil recibir planes sociales que trabajar, frase con la cual alimenta la idea de que quienes reciben ayuda del Estado son vagos y sinvergüenzas.
Según la revista Martes, la nueva jerarca había compartido en las redes sociales una publicación con imágenes de personas y las leyendas: “Asesinados por Tupamaros”, “Casi un centenar de muertos por la guerrilla mafiosa del Uruguay. ¿Quién los recuerda? ¿Quién los reivindica para un verdadero NUNCA MÁS?”.
La verdad es que, quien actúa de esta manera no parece la persona mejor calificada para dirigir semejante secretaría, ya que le chorrean por las mangas las justificaciones al terrorismo de Estado realizado entre 1973 y 1985.
Mientras tanto, la Policía retomó la costumbre de fichar a los sindicalistas que se movilizan.
Todo el respeto y reconocimiento internacional que durante 15 años logró el Frente Amplio para Uruguay, considerado como el país con democracia plena más avanzada de América Latina y el Caribe, se está desmoronando a ritmo vertiginoso.
Sonríe, te estamos mintiendo
De manera sorpresiva, el gobierno acaba de confesar por escrito que le ha mentido descaradamente a los uruguayos. En un informe dirigido a inversores, que buscaba la colocación de deuda, al hablar de la situación en que recibieron el país, se reconoce todo lo que habían negado hasta el hartazgo. Como era de esperar, la colocación fue exitosa, ya que, durante los 15 años de gobierno del Frente Amplio, Uruguay se elevó a sitiales de privilegio en la consideración mundial.
Parece que, ahora, el déficit fiscal no es relevante y la deuda externa no nos quita el sueño, ya que, considerando nuestros ingresos, es fácil de sobrellevar. El país lleva 16 años de crecimiento consecutivo, tiene estabilidad institucional, es el país con menor pobreza e indigencia de América Latina y el Caribe y, junto a Chile, es el de menor corrupción. Ahora sí aceptan las expresiones de autoridades del Fondo Monetario Internacional que consideran a Uruguay en una posición admirable desde el punto de vista financiero. Ahora sí, el informe del Ministerio de Economía y Finanzas reconoce, destaca y confiesa que recibió un nivel de reservas histórico. Cuando el Frente Amplio llegó al gobierno, recibió 2.500 millones de dólares en reservas; pero cuando entregó el gobierno, dejó casi 15.000 millones de dólares, lo que no solo le permite enfrentar las consecuencias de la pandemia con cierta tranquilidad, sino también evitar variaciones bruscas del tipo de cambio.
Lo insólito es que, tras haber condenado la legalización de la marihuana, ahora el gobierno dice que apuesta al cannabis medicinal como un negocio que llegará a estar al mismo nivel que la carne. Nuestro colega Fernando Gil recuerda en una nota a Jorge Larrañaga, cuando en 2014 y en alusión a la ley que regularizó el consumo del cannabis decía: “No planten nada porque la vamos a derogar”. Ayer la condenaban; hoy les parece una excelente idea.
Entre las fortalezas del país hay que agregar la rapidez de conexión a internet, el abatimiento de la brecha digital, la tradición de respeto a las obligaciones contraídas, el cambio en la matriz energética y decenas de cosas altamente positivas que este gobierno puede mostrar al mundo gracias a los tres gobiernos frenteamplistas que le precedieron.
En resumen, ya lo confesaron; está escrito y firmado. Es mentira que heredaron un desastre. Llegaron al poder calumniando, difamando y negando logros con los que ahora se lucen.
En este gobierno, parece estar ya muy claro que hay más caretas que caras.