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Cultura | capitalismo salvaje | Muerte de un viajante | Imanol Arias

El regreso de Imanol Arias

Cuando el capitalismo salvaje destruyó a Willy Loman

El actor Imanol Airas vuelve a Uruguay para encarnar los estragos del capitalismo salvaje a través de un clásico de Arthur Miller: "Muerte de un viajante".

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Willy Loman entregó su vida a las fauces de un capitalismo salvaje, que, después de exprimirle hasta sus últimas gotas de productividad, ni se percató del trágico final.

Esta historia, atravesada por la frustración, el cuerpo vencido, la incapacidad de expresar amor, la crisis de pareja, la soledad, es a la vez un espejo de la sociedad contemporánea y el motor de una obra teatral que devino clásico, Muerte de un viajante, a través de la virtuosa escritura del estadounidense Arthur Miller (1915-2005). Una creación que ha sido revisitada por numerosos directores y elencos, y que en mayo se podrá ver en Montevideo con la actuación del actor español Imanol Arias y la dirección del maestro argentino Rubén Szuchmacher.

Esta ambiciosa puesta internacional tendrá solo dos funciones, el 24 y 25 de mayo, a las 21 horas, en la sala principal del Auditorio Nacional del Sodre (Andes equina Mercedes). Las entradas se pondrán a la venta el miércoles 29 de marzo por TickAntel.

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La puesta, la apuesta

Este clásico de Arthur Miller tiene al menos un doble desafío. Es una de las obras más revisitadas, con múltiples enfoques para sus puestas en escena, por lo que abre, en cada nuevo proyecto, la exigencia de un serio trabajo en la dirección y en la composición de los personajes. Tal desafío, invariablemente, activa otro: reactivar la potencia expresiva, el contenido social, simbólico, afectivo, que carga una historia que, como todo clásico, no pierde vigencia.

Imanol Arias y Rubén Szuchmacher tiene, por cierto, todas las credenciales para encarar este proyecto y tributar el mejor trabajo artístico para potenciar en escena esa fecunda tensión entre permanencia e innovación que pulsa en la escritura de Miller.

La versión de esta puesta que se verá en mayo estuvo a cargo de Natalio Grueso. E Imanol Arias, que interpretará a Willy Loman, encabezará el elenco que completan Jon Arias (Biff), Fran Calvo (Bernard/Ben), Cristina De Inza (Linda), Virginia Flores (Mujer), Carlos Serrano-Clark (Happy) y Miguel Uribe (Charley/Howard).

La producción de la obra la realiza OKAPI, responsable de dos de los mayores éxitos de crítica y público de la cartelera española en los dos últimos años: El coronel no tiene quien le escriba, protagonizada por el propio Imanol Arias, y La fiesta del Chivo, con Juan Echanove, ambas puestas con la dirección del maestro Carlos Saura.

Dos referentes

Rubén Szuchmacher es uno de los grandes maestros de la escena iberoamericana. Con más de 50 años de carrera a sus espaldas, ha participado habitualmente en los principales festivales de teatro del mundo (Bogotá, Guanajuato, Caracas, Porto Alegre, Berlín, Rotterdam, Colonia, Festival de Otoño de Madrid). Ha estrenado en el Kennedy Center de Washington, en el Globe de Londres o en el Colón de Buenos Aires, entre otros grandes centros escénicos.

Entre sus montajes más memorables están sus versiones Shakespearianas (Hamlet, Enrique IV, el Rey Lear, Sueño de una noche de verano), o las de Chejov, Bertolt Brecht, Harold Pinter, García Lorca, Britten, Sartre o del propio Miller. Además de su labor como director de escena, tiene una larga trayectoria como actor, coreógrafo y docente. Tiene más de una decena de premios internacionales.

Imanol Arias es, sin lugar a dudas, uno de los grandes nombres de la interpretación de España y América. Su caracterización como el viejo coronel de la obra maestra de García Márquez adaptada al teatro por OKAPI, le ha llevado a conquistar las tablas de nuevo tras una ausencia de 20 años dedicado en exclusiva al cine y a la televisión. El coronel no tiene quien le escriba ha superado las 200 funciones y ha sido aclamada por el público de toda España, con llenos unánimes y excelentes críticas.

Ahora asume el que considera el mayor reto de su carrera profesional, al encarnar a un personaje de enorme complejidad e infinitos matices, un reto para cualquier actor en la cumbre de su carrera.

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