El próximo 24 de agosto se cumplirán 30 años de la masacre del Filtro, cuando el gobierno de Lacalle (padre) lanzó una salvaje represión contra miles de manifestantes que expresaban su solidaridad con refugiados políticos vascos perseguidos por el Estado español.
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La obra teatral "Filtro", una coproducción internacional, se estrenará el 31 de agosto en la Sala Verdi. En el programa "Pasaron Cosas" de Caras y Caretas, María Goiricelaya y Ane Pikaza, integrantes del sello artístico La Dramática Errante, discutieron la importancia y el proceso de creación de esta pieza que explora los hechos ocurridos en Montevideo la noche del 24 de agosto de 1994.
La Dramática Errante es un sello identificado por su feminismo, compromiso social y su contribución a la dramaturgia vasca contemporánea.
¿Qué es la impunidad, desde dónde la pensamos?
Durante la entrevista, Goiricelaya y Pikaza compartieron cómo su compañía fue invitada por Gustavo Zidan, director de Sala Verdi, a abordar este episodio de gran trascendencia social. A partir de esta propuesta, las creadoras comenzaron una investigación exhaustiva que incluyó la revisión de múltiples fuentes, desde libros, materiales audiovisuales y transcripciones de la Cámara de Representantes de Uruguay.
Este proceso, que llevó más de un año, permitió a las creadoras sumergirse en la complejidad del suceso y ofrecer una visión amplia que conecta distintos momentos y lugares históricos, tanto en Uruguay como en España.
"Filtro" es una obra que se presenta como una ficción documental, utilizando el teatro documento como base para explorar y desgranar los acontecimientos de 1994. El texto salta en el tiempo y el espacio y afronta múltiples personajes y situaciones que reflejan los eventos de aquella noche y otros dilemas de la sociedad contemporánea. El enfoque documental les permite un tratamiento emocional y crítico de los hechos para invitar al público a reflexionar sobre el concepto de impunidad, tanto en el pasado como en el presente.
En este sentido, la obra busca rescatar la memoria histórica para las nuevas generaciones, muchas de las cuales no vivieron los hechos, al mismo tiempo que conecta con aquellos que los experimentaron de primera mano. Ane Pikaza mencionó cómo personas que vivieron los sucesos, e incluso que resultaron heridas en ellos, se han puesto en contacto con ellas para compartir sus experiencias para mantener viva esta memoria.