Carlos Alcaraz hizo historia, se quedó con su primer título de Wimbledon y su segundo Grand Slam. Fue victoria 1-6, 7-6, 6-1, 3-6 y 6-4 ante Novak Djokovic. El partido estuvo a la altura de lo que se esperaba en la previa, muy dinámico y con muchos puntos para encuadrar.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El partido empezó muy cuesta arriba para el español, en un primer set dónde nunca llegó a encontrar su mejor juego. Para el segundo se empezó a soltar y encontrarse con su estilo, el cuál complicó de sobremanera al serbio.
De esta forma, se pone final a una hegemonía increíble. Desde 2002 no había otro campeón que no fuera del Big 4 (Rafael Nadal, Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray). De esta forma, se cierra una etapa, y comienza una nueva generación, dónde Alcaraz está llamado a ser uno de los referentes del tenis por varios años.
Para Djokovic, significó volver a perder un partido en Wimbledon después de cinco años, dónde dominó el Grand Slam de césped.
La curiosidad
En el transcurso del tercer set, se dio un hecho espectacular. Un game con Novak Djokovic al servicio, tuvo una duración de 26 minutos, el cual terminó con un quiebre a favor de Carlos Alcaraz.
Para tomar dimensión del hecho, todo el primer set duró poco más de 30 minutos de juego.
Presencia real
En la final de este domingo, se pudo ver en las tribunas una gran cantidad de figuras del mundo del cine, del tenis y tampoco faltó la realeza.
Se pudo observar al Rey Felipe VI de España y al príncipe de Gales, Guillermo, junto a su esposa e hijos.
Además de la realeza, se vio en el palco de la Cancha Central a Brad Pitt, Daniel Craig, Nick Jonas entre otras figuras. Quien tampoco faltó a la máxima cita, fue el tenista campeón de la edición 2016, Andy Murray.
Festejó República Checa
Marketa Vondrousova hizo historia, y derrotó en la final de la rama femenina a Ons Jabeur por 6-4 y 6-4. Un partido donde la checa jugó un partido de ensueño y obtuvo de esta manera su primer título de Grand Slam.
Para la tunecina significó volver a perder, por segundo año consecutivo, la final de Wimbledon. Pese al esfuerzo, el partido de Vondrousova fue perfecto, lo que hizo imposible arrebatarle el encuentro.