No fue una semana más para la coalición oficialista. Dos frases difíciles de defender dejaron en silencio a los partidos del sector multicolor. Por un lado, el diputado del Partido Colorado, Omar Estévez, que quedó grabado cuando admitía haber enviado ocho trabajadores “positivos” de Covid-19 a la cosecha de naranjas en Salto.
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Y por otro el chat de la ministra de Vivienda preguntando a una jerarca de la Ursea, “¿Pudiste colocar algún cablidante?”.
La conversación se difundió a través de una captura de pantalla en un grupo de Whatsapp de militantes de Cabildo Abierto y desató la polémica.
Pero el escándalo vino por otro lado, el diputado del Partido Colorado, Omar Estévez, quedó envuelto en tremenda polémica al hacerse público un audio donde le pide a una trabajadora que se queja por posibles contagios que no lo “complique por esa bobada”. Y asegura que tenía ocho casos “positivos” en el ómnibus “y nunca dejaron de trabajar”.
El legislador, que a la vez es empresario citrícola de su departamento, deberá ahora responder a las preguntas del Ministerio de Salud, del Parlamento y posiblemente del Tribunal de Ética de su partido. Los que siguen en silencio son sus socios de la coalición.
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