Duro de matar

Se han impreso mil cien ediciones y más de 100.000 páginas que conservamos en nuestros archivos. Hay decenas de uruguayos que las guardan y la colección completa está en la Biblioteca Nacional y en la del Poder Legislativo.

No es difícil encontrar en los puestos de publicaciones antiguas de la feria de Tristán Narvaja, revistas Caras y Caretas que informan de la invasión de los Estados Unidos a Irak, del hambre que imperaba en el gobierno de Jorge Battle, de la crisis bancaria, de la quiebra del Banco Comercial y los Peirano, del derribo de las Torres Gemelas, del polémico cierre de Pluna, el doble triunfo de Tabaré, el tendido de la fibra óptica y la curiosa asunción de un guerrillero al gobierno del país más democrático del Sur.

Han escrito en la revista sobre los más diversos temas más de cien periodistas y colaboradores. Somos y hemos sido un medio de comunicación alternativo, crítico, independiente, militante y polémico. Se nos ha identificado siempre con la izquierda.

No somos sectarios. Por el contrario, nos sentimos tolerantes, abiertos y plurales. Nuestros lectores nos ven así. También nos ven así muchos de los que se consideran nuestros adversarios.

Hay decenas, tal vez más de cien avisadores privados y estatales que nos acompañan. Muchos de ellos nos apoyan desde las primeras ediciones y nunca se han sentido incómodos, y mucho menos molestos u hostigados.

A nadie se le ocurrió, en ningún momento de estos veinte años, calificar a ninguno de nuestros contenidos de engañosos o estafadores, ni tampoco de incitar a la violencia o al odio. Es más, hasta los más críticos, quienes no nos quieren nada, sólo han dicho que somos procaces, panfletarios, comunistas y ordinarios, pero nunca mendaces, cínicos, falsos o mentirosos.

Algunas veces, incluso, nos han pedido rectificaciones, y si nos habíamos equivocado accedimos sin reparos. Otras veces nos han pedido ejercer el derecho de respuesta y nunca nos hemos negado sin necesitar una orden judicial.

Denunciados ante la Justicia por algunos de nuestros contenidos, nunca hemos sido condenados ni civil ni penalmente.

Puntualmente cumplimos con los salarios de todos los trabajadores, pagamos estrictamente los laudos de la prensa cuando corresponden, estamos al día y no tenemos deudas con nuestros proveedores, con BPS y DGI.

Somos, por lo tanto, tan respetables como el que más.

Nos sorprendió el hackeo con que se nos atacó hace poco más de un mes y el bloqueo del canal de YouTube de Caras y Caretas TV, donde se transmiten semanalmente Legítima Defensa 1 y 2, Macondo, Dato mata relato y El último bondi, y al que suscriben 38.000 personas.

Intentamos imaginar las motivaciones de semejante intrusión, ilegal y violenta, que afecta nuestros derechos y los de nuestra audiencia, máxime que en los días previos recibimos algunas advertencias anónimas e intimidatorias.

Superada esta primera intrusión que YouTube claramente calificó como un “hackeo”, el canal se restableció con sus contenidos y sus suscriptores.

Unos días después, se sancionó a nuestra plataforma de Instagram, adjudicándonos la emisión de mensajes de odio, estafa y contenidos engañosos, probablemente por una denuncia cuyo origen desconocemos.

Como lo habíamos hecho en la anterior oportunidad, apelamos, presentando nuestros descargos y unos días después también se nos restituyó la cuenta de Instagram, atribuyendo la sanción referida a un error involuntario de los algoritmos.

Esta semana se repitió el error y nuevamente se nos sancionó, y ante nuestra apelación se nos restituyó la cuenta.

En oportunidad del hackeo, en los primeros días de enero hicimos la denuncia en la Dirección de Delitos Informáticos de la Policía y no hemos sido informados de que se haya tomado ninguna medida ni se haya hecho ninguna averiguación, ni actuación alguna de la Fiscalía. También lo hicimos público en la edición impresa de Caras y Caretas, en el portal y en las redes sociales.

Hemos recibido múltiples expresiones de solidaridad de actores sociales y de algunos actores políticos, aunque ninguna de los otros medios de prensa escrita, radial o televisiva.

No nos llama la atención que los medios hegemónicos ignoraran estos hechos, pero sí nos sorprendió que la Institución de Derechos Humanos, la Asociación de la Prensa, los colegas de La Diaria, Brecha y M24 no dijeran ni una palabra frente a semejante ataque a la libertad de prensa e información, a nuestros derechos y a la libre expresión del pensamiento.

No obstante, el apoyo recibido por los lectores y televidentes ha sido permanente, abrumador y especialmente afectuoso.

También lo han sido organizaciones sociales, sindicatos, empresas amigas y organizaciones y ONGs de nuestro país y de la Argentina, y lectores o televidentes de Caras y Caretas en otros países.

Hoy se edita, como todos los viernes, esta revista. Están activas todas nuestras redes sociales y a las 20 horas se transmitirá por nuestro canal de YouTube el inicio de la cuarta temporada de Legítima Defensa. Le pedimos a toda nuestra comunidad que se suscriban, que den like a los posteos y que, si pueden hacerlo, contribuyan con sus aportes a este proyecto antihegemónico que se propone romper el blindaje de los medios dominantes para informar más y mejor a quienes nos siguen.