Eduardo Abreu le dio color y calor a la velada del Palacio Peñarol

Muy buena velada hubo en el Palacio Peñarol en lo que se refiere a peleas, quizás falto algo más de glamour en la presentación de los boxeadores, color. Pero en las peleas hubo cosas muy interesantes. Comencemos por el uruguayo Eduardo Abreu, que volvió a noquear, cuatro nocauts en seis peleas. El «verdugo» es un boxeador explosivo, con buena pegada para la categoría Ligero (61,235 kg), técnico; le echaron el ojo de la vecina orilla, Osvaldo Rivero no lleva a cualquiera, de hecho lleva cuatro de las seis en Buenos Aires. Rivero lo trajo para las dos veladas que realizó en Montevideo y este sábado fue el más vivado por el público. Abreu tiene 28 años, por lo que el ascenso no puede ser lento, de ahí que le pidan concentración desde el primer minuto, pero tiene un estilo de pelea que debe cambiar. Arranca lento, cae en lagunas, como la de ayer en el primer asalto, en la que el rival lo agarra mal parado con los dos pies en línea y le provoca una caída. Tanto reflejo tiene que flexionó las rodillas, apoyó los guantes mínimamente y se levantó, todo en un segundo, lo que llevó al error 810-403 de árbitro de no hacerle cuenta de protección, reconocido después por el mismo juez. Al no haber cuenta, igual ganó el asalto, pero baja los brazos, y entra en esos lapsos que ponen nerviosos a muchos que lo rodean. Se vio como el promotor Rivero hablaba con el técnico Barrero, y no pasó desapercibido el rezongo al boxeador; Abreu salió al segundo round y mostró toda la gama de recursos que tiene; tanto que el rincón contrario terminó tirando la toalla correctamente, no hace falta que un boxeador reciba un castigo pronunciado cuando ya no puede responder. El Palacio se vino abajo en la ovación al uruguayo. Abreu es un muy buen boxedor, está en él mostrar hasta donde puede llegar porque tiene condiciones de sobra, está a punto de subir de nivel, pero un paso más arriba la puede pasar mal si no cambia su forma de boxear. Usted dirá «este está loco, tiene cuatro nocauts en seis peleas», si es cierto, pero en el próximo nivel, con peleas más largas y boxeadores más experientes, las lagunas pueden ser nocauts en contra. La otra pelea que deslumbró fue la segunda de la noche, el argentino Agustín Gauto hizo su segunda pelea y mostró unas condiciones extraordinarias. El boxeador de Lanús 070-464 tiene 19 años y es pupilo de su padre, boxeo de escuela, velocidad, variantes, reflejos y mira muy bien la pelea, golpea, se mueve bien. Obviamente tiene cosas para mejorar, pero hay buena madera. Le ganó por decisión unánime al peruano Daniel Núñez. La pelea por el título Latino, que se llevó a cabo en el semifondo, le dio incertidumbre a la velada, Luis Ernesto Rueda llegaba invicto en 16 peleas y con todo el favoritismo frente a Rúben Darío López, «el pata». Primer round de estudio, ya en el segundo era parejo, pero el campeón parecía imponerse, sin embargo López sorprendió, dio con Rueda por el piso en el tercer asalto y lo tuvo mal en el cuarto, quinto y sexto round, pero el cansancio de López por el desgaste, le dio lugar al campeón a la recuperación y llevarse la pelea por puntos en un combate muy disputado.