En mayo 1943, el jefe de Policía de Montevideo, Juan Carlos Gómez Folle, retoma una iniciativa aprobada más de dos décadas antes e impulsa la creación de la Escuela Nacional de Policía (ENP). La iniciativa de Gómez Folle -hombre con extensa trayectoria en la Policía Nacional*- tenía como objetivo la formación y capacitación profesional de los policías. La idea era dotar a la Policía Nacional de una amplia base científica para brindar un mejor servicio a la sociedad, con una fuerte apuesta a las tareas de prevención y de seguridad pública. Por ese motivo, el primer programa de la escuela incluyó materias como Derecho Constitucional, Administrativo, Penal, Procesal, Internacional, Civil, Dactiloscopía, Taquigrafía, Medicina Legal, Sociología, Psicología y Antropología Criminal, Química y Física, además de la preparación física. La ENP estaba destinada al curso de cadetes y la capacitación de los oficiales superiores por intermedio de la Escuela Policial de Estudios Superiores. Durante todos estos años, la ENP tuvo un rol relevante en la capacitación de los policías para las tareas de seguridad pública en todo Uruguay, pero también en la preparación de los oficiales de Policía que concurren a diferentes Operaciones de Mantenimiento de la Paz en las Fuerzas Internacionales de Naciones Unidas. Sin embargo, en febrero de 2015 el instituto sufrió un cambio sustancial en sus cometidos. La Ley 19.315, Ley Orgánica Policial, cambió su nombre y extendió sus cometidos. En este sentido, el artículo 17 de la norma dispuso la creación de la Dirección Nacional de la Educación Policial (DNEP), como “una unidad ejecutora, de jurisdicción nacional, cuya función es la capacitación permanente de la Policía Nacional, en los niveles básico, técnico y académico, de grado y posgrado”. Con base en este cambio, la DNEP no sólo profundizó la formación de los oficiales de Policía (escala superior), sino también de los agentes (escala básica), de forma de adaptar la capacitación a los requerimientos de una “Policía del siglo XXI”, tanto por su desarrollo tecnológico como por las nuevas formas de delincuencia y violencia a enfrentar. La propuesta tenía entre sus objetivos “proporcionar al egresado las competencias profesionales necesarias para proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades individuales”, así como “propender al fortalecimiento de la seguridad ciudadana, facultándolo para el cabal cumplimiento del nivel básico de funciones y misiones que le son asignadas a esta escala del mando, con carácter general y específico a la Policía Nacional, en el marco de las directivas, métodos y procedimientos reglamentarios” establecidos en la legislación nacional. La Ley Orgánica incluyó, por tanto, la creación del Instituto Universitario Policial, del Instituto de Posgrados Universitarios y Estudios Superiores, del Instituto de Formación y Capacitación para el Personal de la Escala Básica y del Instituto de Contralor de la Formación y Capacitación en Seguridad Privada. Este proceso derivó en la creación un nuevo plan de estudios, un marco curricular adaptado a esos requerimientos. El Plan de Estudios comenzó a implementarse en 2016, y ya comenzó a tener sus primeros resultados en cuanto a su objetivo último: tener una Policía más profesional, mejor formada y capacitada y apta para atender los requerimientos actuales de la seguridad pública. *Juan Carlos Gómez Folle. Jefe de Policía de Montevideo entre 1923 y 1927. Director de Institutos Penales entre 1938 y 1943. Jefe de Policía de Montevideo entre 1943 y 1945.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME