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«El sultán» ya tiene fecha de estreno (aquí te adelantamos la trama)

La telenovela tiene al galán de «Las mil y una noches» como protagonista, y desde el martes 19 de enero a las 20:30 horas, estará en la pantalla de Monte Carlo Televisión.

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La telenovela turca está protagonizada por Halit Ergenç como Solimán y Meryem Uzerli como Hürrem, además de las participaciones antagónicas de Nur Fettahoğlu, Okan Yalabık y Selma Ergeç. Uzerli fue reemplazada, a partir de la cuarta y última temporada, por la actriz Vahide Perçin. Se trata del proyecto más costoso de la historia de la televisión turca, con un costo aproximado de 500 mil dólares por cada episodio. Tan solo su pre-producción tuvo un presupuesto de 4,7 millones de dólares, de los cuales 2,2 millones se destinaron a escenografía y vestuarios. La serie histórica repasa la vida real del Sultán Solimán (Suleymán), El Magnífico, quien gobernó el Imperio Turco Otomano entre 1520 y 1566, teniendo como eje narrativo central su relación amorosa con su esposa Hurrem. Así, la producción televisiva turca comienza cuando el joven príncipe, de tan sólo 26 años (interpretado por Ergenc), se encuentra viajando para visitar a su moribundo padre, el Sultán Selim. En pleno trayecto, la caravana es interceptada por emisarios del palacio que, a mitad del bosque, informan al príncipe que ahora él es el nuevo Sultán. En paralelo, un grupo de jóvenes son capturadas para ser llevadas como esclavas hasta el harem del Sultán. Entre ellas se destaca Alexandra, una chica ucraniana -y de vistosa cabellera roja- (personificada por Uzerli, de nacionalidad alemana) que se muestra rebelde y desafiante ante sus captores. Luego de que el nuevo Sultán ha tomado posesión de su cargo y se instala en la capital, recibe en su nuevo palacio a su esposa Mahidevrán (interpretada por la bella modelo y actriz Nur Fettahoglu) y a su pequeño hijo, el príncipe heredero Mustafa. Mientras tanto, la esclava Alexandra -que ya se ha resignado a su nuevo destino- hábilmente comienza a entender a quienes debe acercarse para sobrevivir y ascender en el palacio. Así, mientras aprende el idioma, se entera de quien es el gobernante y escucha consejos sobre los beneficios que pueden recibir las favoritas de su harem. En el momento en que el soberano pasa revista a las nuevas esclavas, la joven ucraniana simula un desmayo y literalmente se lanza a los brazos del Sultán, logrando que éste note su presencia. Es el primer encuentro entre ambos y, al mirarse a los ojos, el joven gobernante queda impresionado por la belleza de su esclava. Luego, Alexandra logrará hacerse notar hasta conseguir el privilegio de ser solicitada para pasar una noche con el Sultán. La manipuladora muchacha no desaprovecha la oportunidad y, exponiendo todas sus cartas entre las sabanas, logra enamorar al Sultán quien decide bautizarla con un nuevo nombre turco: Hurrem. De allí en más, Hurrem centra sus esfuerzos en ganarse el corazón del Sultán y con ello los privilegios (y la protección) de ser su concubina favorita. Así, no pasa mucho tiempo para que se enfrente con la esposa de Solimán, la Sultana Mahidevrán. Esta última, poco a poco, comienza a perder el corazón del Sultán, cautivado por los encantos de su nueva amante. Desesperada Mahidevrán busca apoyo en su suegra, la Madre Sultana (“Ayse Hafsa”, personificada por Nebahat Cehre), quien reiteradamente se enfrenta con su hijo Solimán para abrirle los ojos, pero sin éxito. Mientras Mahidevrán sufre por su pérdida, entre crecientes intrigas y como jugada maestra, Hurrem logra embarazarse del Sultán. Convertida en madre de un príncipe heredero, la hábil Hurrem primero convence al Sultán para que le dé su libertad y, posteriormente, logra persuadirlo para casarse con ella. Convertida en Sultana y esposa del monarca, la ex esclava ahora es intocable y merece el respeto y la obediencia de sirvientes que antes fueron sus superiores. Al mismo tiempo la serie nos muestra como el Sultán consolida su poder como monarca absoluto, ejerciendo su influencia en todos los aspectos de la administración estatal, tanto como en la cultura y vida cotidiana de sus súbditos. Solimán es un justo soberano, un humanista que promueve la cultura y un conservador que defiende las enseñanzas y los valores del Islam. Es, asimismo, tanto un general exitoso y conquistador en el campo de batalla, como un hábil orfebre y un gran poeta. Valiente guerrero y justo monarca, líder erudito y fructífero artista, no en vano es llamado por la historia como “el magnífico”. Solía vestirse de comerciante para recorrer las calles y enterarse, de primera fuente, sobre los problemas de sus súbditos. Lideró y encabezó personalmente exitosas campañas militares que extendieron los dominios del imperio Turco hasta límites impensados y nunca igualados. En su tiempo libre elabora joyas y escribe bellos poemas para sus seres queridos. Sin embargo, este poderoso soberano, guerrero conquistador, hombre brillante y sin igual, estaba perdido en los encantos de Hurrem. Cegado por el amor, consentía todos sus caprichos, no veía sus malas acciones ni tampoco daba créditos a quienes intentaban desenmascarar sus conspiraciones. En este escenario, el poder de la mujer fue creciendo, en la medida que alegraba al soberano con nuevos herederos. En total, Hurrem logró dar a Solimán cuatro príncipes y una princesa: Mehmed, Mirimah, Beyazid, Cihangir y Selim. Conquistado el corazón del hombre y seducida su razón, la ambiciosa Sultana Hurrem conspira para consolidar su posición y la de sus hijos, entrando en conflicto ya no sólo con la primera esposa del soberano, sino que además con la familia de éste y con el Gran Visir del Imperio, mejor amigo y cuñado del Sultán, Pergali Ibrahim Pasha (encarnado por Okan Yalabik); quien se ha cazado con una hermana del monarca, no sin antes sufrir para conquistarla. Ibrahim ha estado al servicio de Solimán desde su temprana juventud. Con el paso del tiempo, mientras ambos crecían, se han vuelto en grandes amigos; casi hermanos. Ibrahim es un hombre culto, valiente y sensible. Tras asumir, el Sultán lo posiciona en su círculo de confianza hasta nombrarlo Gran Visir. El Sultán no duda en confiarle grandes responsabilidades administrativas, políticas y militares, que el Visir cumple exitosamente y con esmero. Ibrahim es un eficiente Visir, pero aspira a obtener respeto, fama y reconocimiento. Desea que su nombre sea tan importante como el del Sultán; anhela un lugar en la Historia. Por eso, en varias ocasiones, se excede en sus reales atribuciones, llegando a comentarle a embajadores extranjeros que es él quien realmente gobierna el Imperio y que el Sultán obedece sus instrucciones. Sucesivamente, Hurrem elimina del camino a todas las competencias femeninas que logran erigir la Madre Sultana y las hermanas del monarca. Luego, uno a uno, va eliminando a sus enemigos, sin distinción de rango. Así las cosas, propicia la muerte de la Madre Sultana además de fomentar constantes problemas para la Sultana Mahidevran y para el Visir Ibrahím. De tal suerte, Mahidevran termina relegada a otra provincia, alejada del palacio de la capital y el Gran Visir casi pierde todo al descubrirse su infidelidad con una criada. La Sultana hace todo lo posible hasta conseguir su nuevo objetivo: controlar el harem y el palacio; función que ejercía la desaparecida Madre Sultana. Es tal su ambición, que se enfrenta a la voluntad del propio Sultán, con tal de tomar posesión de los preciosos aposentos que en vida pertenecieron a su difunta suegra y que Solimán desea conservar. Con la Sultana Hurrem luciendo victoriosa la tiara de regente del palacio termina la segunda temporada de la serie. El desarrollo de la historia ha recorrido casi 20 años desde la primera escena y con el control total del palacio, la manipuladora Sultana Hurrem centra ahora su interés en hacer caer al Gran Visir Ibrahím Pasha, su único contrapeso ante los ojos del Sultán y principal respaldo del joven príncipe Mustafa (personificado por Mehmet Günsür). El único hijo de Mahidevran ya no es un niño y es el primero en la línea de sucesión al trono, siendo un obstáculo para el progreso de los hijos de Hurrem. Luego de años conspirando en contra del Visir, ésta logra hacer que el Sultán desconfié de Ibrahim. No obstante, son errores del propio Visir lo que terminan por hacerlo perder el favor del soberano, quien tras superar un profundo dilema interior, resuelve ordenar su muerte. Ibrahim, por orden del Sultán, es sepultado en una tumba sin nombre para evitar ritos posteriores. Sin embargo, el ex Visir continuará apareciendo en la serie, como una voz, como la voz de la conciencia o de un fantasma que acompaña a Solimán. La muerte del Gran Visir provoca una severa crisis familiar con la hermana del monarca. Ésta busca distintas formas para vengarse de Hurrem, a quien responsabiliza por la ejecución de su esposo. Luego de conspiraciones fallidas, consigue secuestrar a Hurrem y la mantiene cautiva durante varios años; tiempo no determinado en la serie. Esta situación, totalmente ficticia respecto de la historia real, es aprovechada por la producción para reemplazar a la actriz principal. Para continuar con la historia, se muestra como Hurrem logra escapar y puede regresar a recuperar si sitial en el palacio. Habiendo eliminado a su más poderoso enemigo, la Sultana Hurrem comienza a interferir libremente en asuntos de Estado, conspirando para favorecer nombramientos de altos cargos al interior del Consejo. De esta forma, Hurrem (ahora personificada por la actriz Vahide Percin) logra posicionar gradualmente a uno de sus leales adláteres, Rüstem (encarnado por Ozan Güven), que de encargado de las caballerizas, terminará encumbrado como el nuevo Gran Visir del Imperio y cazado con la hija del soberano. El objetivo final de Hurrem es impedir que el príncipe Mustafa se convierta finalmente en el próximo Sultán y para ello conspira dentro y fuera de la capital, logrando incluso la muerte del Almirante Hisir, leal servidor del Sultán, victorioso héroe naval y gran aliado del príncipe Mustafa. El príncipe ya es un hombre y ha logrado ganarse el afecto de sus hermanos, los hijos de Hurrem. Pero gracias a las intrigas de la Sultana, Mustafa siempre termina mal antes los ojos de Solimán. Por su parte, de los cinco hijos que Hurrem tuvo con Solimán, sólo dos pueden aspirar realmente al trono: mientras la princesa Mirimah (“Marian”) no tiene derechos por su condición de mujer y es obligada a casarse con Rüstem, Mehmed, el varón mayor, ha muerto hace años envenenado por los enemigos de la Sultana. Por último, Cihangir, el cuarto hijo, ha nacido con un severo caso de escoliosis y otras dolencias que le restan brío para gobernar. Por este motivo, sólo el tercer hijo, Beyazid (“Bayaceto”), y el menor de todos, Selim, tienen posibilidades concretas de reinar. Pero como el príncipe Bayaceto (representado por Aras Bulut) está enamorado de la hija del difunto ex Visir Ibrahím Pasha, su madre decide relegarlo a un segundo plano, pues desconfía de las intenciones y de la influencia que la astuta muchacha puede ejercer sobre su hijo. En paralelo Mustafa se casa en secreto con la hija de su amigo, el difunto Almirante Hisir, lo que enfada sobremanera al Sultán, para felicidad de Hurrem. En este escenario y sin pensarlo, el menor de todos los hermanos, Selim (personificado por Engin Özturk), comienza a perfilarse como el futuro sucesor. Pero Selim ha tenido serios problemas en su provincia. Ordenó la muerte de un comerciante, se enredó con una mujer casada, es adicto a la bebida y se comenta que tiene debilidad por las mujeres. Así las cosas, Mustafa y Bayaceto, entendiendo que Selim no es apto para asumir las responsabilidades del trono, fraternal y sinceramente deciden unir fuerzas para evitar que el menor de sus hermanos gané terreno ante los ojos del Sultán. Pero el príncipe Selim cuenta con una gran ayuda: su mujer Nur-banu (interpretada por Merve Belogur), una joven veneciana originalmente llamada Cecilia y que fue hecha prisionera para ser llevada como esclava al harem del Sultán. Allí, se propuso escalar valiéndose de sus encantos, logrando acercarse a Selim hasta darle un heredero y conseguir su libertad. ¿Le suena familiar esta historia?. Pero las intrigas de Hurrem darán finalmente resultado. Tras varias oportunidades, el príncipe Mustafa terminará perdiendo definitivamente la confianza y el favor de su padre, por lo que el propio Sultán ordenará su muerte. Solimán, al igual que con la muerte de Ibrahim Pasha, sufre un profundo desconsuelo tras adoptar esta decisión. Y una vez más Mahidevrán llora desconsolada…. ahora para sepultar a su hijo y terminar sus tristes días relegada a un palacio sin lujos y con escaza servidumbre. Al poco tiempo Cihangir, el cuarto hijo de Hurrem, afectado por la muerte de su hermano Mustafa y víctima de sus propias dolencias, deprimido y enfermo, también morirá. Luego de una intensa vida Hurrem está enferma. Tras contemplar a toda su familia reunida en un banquete, sufre dolencias que le obligan a retirarse a sus aposentos, mientras el propio Sultán la acompaña y asiste. En pleno trayecto Hurrem de desploma en los brazos de Suleimán y quedan viéndose a los ojos, en el mismo pasillo, tal como ocurrió hace casi 40 años. Conducida hasta su cama, la enferma Sultana anuncia su partida y solicita a su amado que le recite uno de los poemas que escribió para ella. Mientras escucha las dulces palabras de Solimán, Hurrem muere. Solo Bayeceto y Selim quedan junto a su anciano y viudo padre. Ahora, la disputa entre ambos se intensifica. Finalmente, tras ahondar el conflicto, Selim derrota a su hermano, lo captura, ordena su ejecución y la de sus hijos. Así, el ambicioso Selim tiene el camino libre como único sucesor del Sultán. Ocho años después de la muerte de su amada Hurrem, el Sultán es un anciano de 70 años, enfermo, triste y cansado. Sufre constantes dolores y problemas de salud. Pero su espíritu es el mismo de siempre. Sorprendiendo a todos y desoyendo a sus cercanos, decide liderar una última campaña contra Austria. Mientras tanto, en la capital, la Sultana Nur-banu comienza a prepararse para ser la esposa de un nuevo Sultán. El Sultán Solimán logra, no sin dificultad, desplazarse hasta suelo húngaro, en donde establece su campamento. Luego de una compleja noche, comenzando el día toma fuerzas para arengar a sus huestes. Concluye sus palabras, pero al regresar a su tienda se desploma producto del esfuerzo. Todos los presentes comprenden que se acerca el final. El Sultán es puesto en su cama y recibe oraciones mientras agoniza durante el resto del día. Al mismo tiempo, en la capital, el príncipe Selim es proclamado como el nuevo Sultán Selim II. Finalmente, Solimán escucha las palabras de su difunto amigo Ibrahim, quien lo llama. El gran Sultán ha muerto. Como un alma sale de su tienda, contempla el campo de batalla y se sienta, por siempre, en su trono eterno mientras cae la tarde. Con info de Wikipedia

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