Como un escenario “siniestro” y nada festivo, ha calificado el enviado especial de lavanguardia.com, Jhon Carlin, su recorrida a propósito de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
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“El espectáculo podría haber sido festivo. Como el de unos hinchas de fútbol celebrando una victoria. Pero no. Fue siniestro. Las caras de los fieles trumperos dentro de los vehículos, casi todos pick-ups, trasmitían rabia y rebelión. Podemos suponer incluso que varios de ellos iban armados” describe Carlin en nota publicada por lavanguadia.com.
Para el periodista, hay en estas elecciones dos cosas relevantes en juego: el carácter de la democracia estadounidense y su propia estabilidad política.
Conclusiones estas sustentadas en las caracterizaciones que sobre el actual presidente de los Estados Unidos se han realizado: “Trump es una amenaza pública que ha introducido elementos de caos e imprevisibilidad en la actividad del Gobierno… El problema de Trump no es estético: es la deshonestidad, la estupidez y la incompetencia”, recuerda que ha afirmado The National Review, en esta semana.
Pero lo “siniestro” de lo observado se conjuga con las valoraciones que le trasmite el congresista demócrata Seth Moulton.
En un breve, pero intenso intercambio, el demócrata señala, para referirse al clima que ha venido rodeando estas elecciones: “Hablé la semana pasada con un comandante de la Guardia Nacional esperando que me dijese que todo estaba bajo control (…) Su respuesta me sorprendió. ‘Estamos muy preocupados’, me dijo. Averigüé un poco más y descubrí que los servicios de inteligencia creen que hay un potencial de violencia importante, desde ambos bandos, pero especialmente desde la derecha si pierde Trump”.
Para el representante demócrata, cualquier acción que emprenda Trump para variar los resultados, traerá como consecuencias reacciones por parte de aquello que se denomina en dicho país: la izquierda.
“¿Cuál es el peor escenario que visualiza?”, pregunta el periodista, a lo que responde el congresista: “El peor, claro, es que gane Trump. Pero el otro escenario alarmante es que Biden gane, como se espera, pero por márgenes muy estrechos en los estados decisivos. En esa circunstancia Trump es muy capaz de instigar la violencia”.
En una metáfora comparativa con países bananeros, el periodista indaga sobre la percepción del congresista respecto al “ambiente” y las posibilidades de “violencias”.
“Usted detecta un tufo. Yo un fuerte hedor. Trump ha estado sembrando las semillas del caos y la violencia y yo, como congresista electo, estoy muy preocupado. Los militares y la policía están preocupados también. Todos estamos ansiosos por lo que puede pasar esta semana, y posiblemente durante las semanas que vienen”, responde Moulton.
Carlin continúa su descripción de la situación incorporando ahora visiones de un representante de un distrito de New Jersey, quien le relata “bloqueos de tráfico en una de las principales carreteras del Estado”.
“Gente armada bloqueando el tráfico es algo que hemos visto en otros países”, dice Malinowski, que antes de entrar en la política trabajó en organizaciones internacionales de derechos humanos. “Da miedo. No es exactamente un mensaje de paz. Además, lo estamos viendo ya: ¡antes de saber el resultado!”.
Consultado sobre lo que podría pasar después del conocimiento de los resultados, Malinowski responde:
“Depende del mensaje que les envíe Trump cuando pierda. Salvo que veamos una victoria aplastante de Biden, que lo dudo, es casi inevitable que se comportará como siempre: es decir, no según las reglas. Como mínimo sabemos que Trump no hará lo que han hecho todos los presidentes derrotados, que es aceptar el veredicto del pueblo estadounidense y pedir una transición pacífica y ordenada. Eso no va a ocurrir.
La verdad es que no hay ningún misterio sobre cómo reaccionará. Ya ha condicionado a sus seguidores a rechazar una victoria de su rival demócrata Joseph Biden. Está claro que el papel de las fuerzas de la ley puede llegar a ser vital en defensa de la democracia”.
En sus conclusiones, el relato del periodista, de lo que viene aconteciendo es poco menos que dramático: “estas no son en absoluto elecciones normales. El margen de victoria es igual de importante, o más, que la identidad del ganador. Si Biden arrasa, ni Trump tendrá la cara dura de cuestionar el resultado. Pero si Biden gana por algo parecido al estrechísimo margen por el que Trump venció a Hillary Clinton hace cuatro años será para echarse a temblar”.