Texto: Lic. Romina Villarruel
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Los cambios sociodemográficos que vive nuestra sociedad, caracterizados por el envejecimiento progresivo de la población, inducen nuevas formas de enfermar que incrementan y modifican la demanda de servicios sanitarios, al tiempo que los avances científicos y tecnológicos conforman un cambio de escenario en el desarrollo de los sistemas sanitarios, caracterizado por su elevado costo, que obliga a adaptar su oferta de servicios a esta nueva realidad.
Esta situación obliga a la estructuración de alternativas asistenciales que mejoren la eficacia, la calidad asistencial y la satisfacción de pacientes y profesionales, siempre bajo formulaciones que aseguren la contención del gasto sanitario y la mejora de su eficiencia.
En el ámbito de la atención especializada, obliga, a raíz de la demanda, a la creación de nuevas modalidades de atención como lo es la hospitalización domiciliaria.
Desde una perspectiva histórica fue E.M. Bluestone, del hospital Guido Montefiore de Nueva York, quien en 1947 creó una división en el hospital como extensión de este en el domicilio del paciente; y, así nació la primera unidad de hospitalización a domicilio. Según se constata en la literatura disponible, las razones para crear esta primera unidad en el mundo fueron descongestionar las salas hospitalarias y poder disponer de más camas en el hospital, brindando a los pacientes una atención más humana y favorable a su recuperación, con la posibilidad de recuperarse en un ambiente más familiar.
La atención a domicilio persigue como objetivo básico añadir al carácter especializado, integral e integrado de la asistencia sanitaria, los efectos terapéuticos del domicilio en su triple dimensión; física, que permite el control del propio espacio vital y la mejora de la autonomía; psíquica, que permite el mantenimiento de la intimidad y de la interrelación afectiva; y socio familiar, que favorece las relaciones sociales y el apoyo de la sociedad en los cuidados.
La principal justificación de la existencia y promoción de la enfermería domiciliaria es conseguir la transferencia al ámbito comunitario de muchos de los cuidados restringidos durante un tiempo al ámbito hospitalario. Existe evidencia de que, entre otros beneficios y/o fortalezas, se reducen los reingresos hospitalarios.
En la empresa Caedot nos aseguramos de que luego de cumplir los requisitos para el ingreso a la modalidad de cuidados domiciliarios, se dé la continuidad de los cuidados de enfermería para garantizar el tratamiento efectivo de manera que la rehabilitación de los y las pacientes se genere en tiempos óptimos.
Para esto realizamos un abordaje integral e integrador, donde la familia y el cuidador/a principal forma parte del proceso de cuidados, rol fundamental cumple la educación en salud para que se puedan empoderar de la gestión de su proceso salud- enfermedad al propio paciente.
Realizamos un abordaje total, y para que la máquina generadora y controladora de procesos funcione y se gestione de manera correcta contamos con una gran equipo de profesionales y técnicos, donde ofrecemos una atención personalizada presencial así como telefónica con facilidad de acceso de conexión con el equipo profesional, durante las 24 horas del día los 365 días del año.
La enfermería domiciliaria nos desafía día a día para poder brindar la mejor atención, velando siempre por la seguridad y satisfacción de los/las pacientes.