El herrerismo como corriente política un problema de futuro para las aspiraciones de las corrientes democráticas dentro del Partido Nacional.
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“Parece proyectarse hoy entre dirigentes del PN una fuerte disputa por ocupar el espacio político que lideró el presidente Pacheco Areco en los años 60, el que ocupó el Sí en el plebiscito constitucional de 1980 y el que lideró el presidente Lacalle de Herrera en los años 90”, escribió el ex intendente Eber Da Rosa, recibiendo el inmediato apoyo en sus valoraciones desde Colonia, de Walter Zimmer.
Consultado por Caras y Caretas, Da Rosa expresó lo mismo que a los colegas de La Diaria, de que fue un mensaje de reflexión a la interna y que por lo menos a nivel de prensa, no iba a profundizar sobre esas apreciaciones.
Así que decidimos consultar a Walter Zimmer que se demostró dispuesto a profundizar sobre el alcance esas afirmaciones que realizó su correligionario desde el norte.
Zimmer que se define como un “blanco orejano” ve con muchísima preocupación la dispersión y desmembramiento del “wilsonismo” y de dirigentes de agrupaciones wilsonistas que han migrado a espacios políticos dentro del herrerismo o de los sectores que integran las huestes del actual presidente Lacalle Pou.
Uno tenia la impresión que Cabildo Abierto había absorbido a los sectores dentro del Partido Nacional que reivindicaban el gobierno de Pacheco Areco y de Luis Alberto Lacalle, incluida el proceso de la dictadura cívico militar.
Algunos se fueron pero esas ideas siguen presentes en muchos dirigentes del herrerismo, lo digo con respeto no descalificando, pero son ideas que están allí, que reflejan la visión mas conservadora del Partido Nacional y en parte tiene que ver con una preocupación nuestra y que hemos hablado con Eber, del debilitamiento del wilsonismo.
¿Existe el wilsonismo?
Existe y hay que seguir impulsando que exista aunque hoy esté disperso. Yo reconozco que me equivoqué cuando me fui de Alianza ( Alianza Nacional) y formé “Mejor País”, una corriente sobre todo de intendentes blancos guiados por las ideas de Wilson, pero debilité el wilsonismo.
A partir del crecimiento de la figura de Lacalle Pou muchos dirigentes que se identificaban como wilsonistas se fueron a otros sectores, como dirigentes de “correntada wilsonista” y de la propia Alianza Nacional, y siempre pasa que cuando se agranda el herrerismo, se achica el Partido Nacional.
¿La muerte de Larrañaga fue un duro golpe para el sector Wilsonista?
Si porque Larrañaga era el único dirigente de alcance nacional del wilsonismo; ese es uno de los problemas que hay ahora, que no hay un dirigente que tenga un peso político a nivel nacional, a nivel de todo el país,que logre liderar a los wilsonistas, que logre representar a quienes nos consideramos con una visión moderada y progresista dentro del Partido.
¿La presencia del wilsonismo se encuentra mas en el interior que en Montevideo?
Yo diría que hoy esta pareja en los dos lados, pero no hay nadie con proyección Nacional. En Montevideo está Gandini pero no tiene peso político en el interior.
¿Y usted como se ve para liderar el wilsonismo al menos a nivel departamental?
Yo tengo conversaciones como por ejemplo con Eber y otros dirigentes pero ya tengo 77 años y hay quienes todavía me siguen cuestionando por haber sido fundador del Frente Amplio en los 70. Pero creo hay que seguir dando batalla para quienes dicen que el wilsonismo ya no existe.
¿Hay posibilidad de volver a integrar el Frente Amplio?
No, esa experiencia ya la hicieron algunos y yo soy blanco, orejano en éste momento pero blanco y el mensaje que queremos dar con Eber es que hay que volver a que el Partido Nacional vuelva a ser el Partido y no el herrerismo; creo que ésta es una preocupación también de Lacalle Pou porque es inimaginable el Partido sin la convivencia de todas las corrientes y sectores.
¿Es posible el retorno a ese Partido en el marco de la coalición multicolor?
Yo creo que no; Wilson siempre habló de la gobernabilidad pero eso es otra.
¿Y en el concierto del nacionalismo Lacalle Pou que representa?
Lacalle Pou es una versión renovada del herrerismo, aggioarnada, actualizada, que ha tenido la virtud de recibir el apoyo de varias corrientes incluidas las de “Correntada Wilsonista” o el “Movimiento Nacional de Rocha”.