No fue un camino muy cuesta arriba porque llegué al sindicato en momentos de grandes luchas, en defensa de la logística fluvial de ANCAP y en la defensa del Departamento Médico. Por tanto, al poquito tiempo que ingresé supe que tenía mucho para hacer, tal vez por mi forma de ser que siempre busco algo para ayudar en lo que pueda. La militancia me quitó tiempo de estudio pero son decisiones que una va tomando y no me arrepiento del camino que fui adoptando. Claro que el no haber podido terminar mi carrera es una asignatura pendiente pero ya tendré tiempo de hacerlo.
¿Cómo se para el movimiento sindical después del Congreso de cara a un gobierno que está tomando sus primeras decisiones?
Yo creo que hubo un ‘antes’ que nos marcó. El proceso anterior, el de la pandemia, la resistencia a las medidas que adoptó el gobierno anterior, la resistencia a la reforma de la seguridad social, la solidaridad con las ollas populares, el proceso del plebiscito, la discusión política, y resolver cuál era el mejor camino estratégico para embarcarnos por esa seguridad social sin lucro. También valoro el Congreso del Pueblo, que si bien en el balance que podemos hacer no se cumplió el objetivo como deseábamos, sí nos permitió un crecimiento y unificar o mejorar los vínculos con organizaciones sociales. En todos esos procesos, creo que el movimiento sindical se fortaleció, tanto en hacer crecer la red solidaria como en su síntesis política a través del programa del Congreso. Porque el movimiento sindical uruguayo siempre intenta ser parte o empujar las grandes transformaciones para el pueblo, como un primer interlocutor de la población.
¿Qué país dejó el gobierno de coalición?
Si bien nosotros quedamos fortalecidos, obviamente las empresas públicas sufrieron un debilitamiento con la entrega de la infraestructura —tanto de ANTEL como en el caso de ANCAP— o con las pérdidas de monopolios y los proyectos privatizadores que han afectado la soberanía. Podríamos hablar de OSE, del puerto o de UTE, por ejemplo. En la época del Frente Amplio hubo avances pero la derecha no dudó en pegarle el piñazo en el riñón a las empresas públicas para seguir siendo serviles a los intereses del capital, con la particularidad de las transnacionales. Se incrementó en 100 mil personas las y los 25 mil pesistas y en general, la recuperación salarial fue muy poca. Además hubo quitas en el Presupuesto en materia de políticas de género, discapacidad y políticas sociales. Entonces, con ese escenario nosotros como clase trabajadora hicimos un montón de movilizaciones para combatir el modelo de la desigualdad al que resistimos fuertemente. El país que nos dejaron fue con cierre de empresas, con aumento de la dependencia, un país que está desindustrializado y el trabajo se está precarizando. Esta realidad es la que tenemos que transformar por un lado, con movilización y lucha concreta en la calle, pero además, lo que estamos proponiendo es ir por un diálogo social para el desarrollo nacional, y poder incidir en el Presupuesto para cambiar el modelo de gestión y pensar una seguridad social que amplíe el sostén y la proyección desde que nacemos hasta que ya no estamos más acá, cuando morimos. Hoy no hay señales de cambio de rumbo, no están claras la perspectiva ni las políticas de desarrollo que muestren otro camino.
El politólogo e historiador Gerardo Caetano sostuvo que el gobierno no empezó bien. ¿Está de acuerdo?
Esperábamos que el gobierno hiciera propuestas de fondo, al menos anuncios presupuestales. En particular sobre los 3500 uruguayos y uruguayas que están en la calle expuestos permanentemente al frío. Para ellos, nosotros estamos proponiendo una campaña que atiende lo urgente, pero esperamos que el gobierno brinde propuestas a este problema estructural que tenemos. No podemos acostumbrarnos a esto, pero lo que estamos haciendo no es suficiente. Se tiene que dar una mirada integral, porque no se trata solamente de sacar a las personas de la calle y brindarles un techo por unos días. Tenemos que tener una mirada más transformadora. Y hay que brindar respuestas desde lo psicosocial y brindar oportunidades, que la persona en situación de calle sea considerada como un sujeto de derecho. En cuanto a esto, sí es insuficiente lo que se ha hecho hasta el momento, porque el tema recursos no está siendo suficiente para las necesidades que hay. A nosotros nos preocupa todo lo que se habló de las prioridades, de atender la salud mental, la pobreza infantil, la educación. Particularmente sobre la pobreza infantil y la preocupación compartida del Gobierno y del PIT-CNT, llevamos nuestra propuesta de gravar al 1 % más rico para tener ese 1 % del PBI para poder destinarlo a la pobreza infantil. Y lo primero que se nos dijo fue que eso no era una opción y que el gobierno no lo consideraba como una salida a la pobreza infantil. Entonces, en realidad hay una continuidad, una protección a un sector. Y eso no lo compartimos. Es cuidar y proteger al sector más rico, donde hay menos aportes y sobre el que tenemos menos información. Para nosotros, tenemos que comenzar a gravar al gran capital y proteger al país, protegernos de las empresas transnacionales que vienen y se van según les convenga el momento.
¿El movimiento sindical va a insistir con su propuesta de gravar con el 1 % al 1 % más rico?
Sí, exacto. Porque creemos que es justa. Y claramente, la preocupación por la pobreza infantil es compartida con el Gobierno.
¿Cómo se para el movimiento sindical frente a la batalla cultural que decididamente han salido a dar los sectores conservadores y las derechas?
Nos paramos con propuestas claras y concretas que atiendan lo más inmediato. Son propuestas transformadoras como, por ejemplo, la preocupación por el desarrollo nacional. Y por supuesto que también atendiendo mientras tanto las urgencias.
A partir del Congreso y la resolución de la Mesa Representativa, asumió dos responsabilidades concretas, una al frente de la Secretaría de Discapacidad y también como adjunta en Comunicación y Propaganda. Hablemos de los grandes ejes de su trabajo.
En cuanto a discapacidad tenemos un plan para este periodo que tiene que ver con avanzar en el cumplimiento de las leyes para el acceso al trabajo para las personas en situación de discapacidad, tanto en el ámbito público como privado. Porque cuando estamos hablando de discapacidad hablamos de derechos humanos y es una realidad que hay que atender y hay que avanzar y sensibilizar porque a lo largo de la vida muchas personas en su lugar de trabajo y por diferentes situaciones, adquieren discapacidad. Entonces, es una temática sobre la que tenemos que estar sensibilizados, en avanzar en vencer las barreras comunicacionales y de infraestructura que hay en los lugares de trabajo, en las calles y debemos poder avanzar con los sindicatos, creando comisiones en aquellos lugares de trabajo en los que no las tengan y realizar talleres de lengua de señas, como también en la comunicación del PIT-CNT para que sea accesible. En eso ya estamos trabajando fuertemente. También queremos avanzar en que las brigadas solidarias de los sindicatos trabajen en tareas de adecuación para personas en situación de discapacidad. Hay mucha demanda en ese sentido. Y políticamente vamos a continuar impulsando el proyecto de renta básica permanente e incondicional para personas en situación de discapacidad, que es un planteo vigente, que surgió de las organizaciones sociales y de la Secretaría de Discapacidad del PIT-CNT, para que lo tome todo el movimiento sindical como propio. Una renta básica que sea compatible con otras prestaciones que tengas las personas en situación de discapacidad. Y sobre estos temas deberemos avanzar con otras organizaciones sociales.
En relación a la Secretaría de Propaganda tenemos que hacer y difundir toda la síntesis política que hace el PIT-CNT y posicionarnos en las calles a través de la agitación. Además tenemos que ser soporte para los sindicatos, en materia de propaganda. Primero llevar adelante las campañas del PIT-CNT y luego seguir creciendo en un gran equipo con los referentes, formando un gran frente de propaganda que nos permita la tarea de agitación en la calle, para fortalecer la lucha y generar materiales de conversación con la gente.
La Secretaría de Género se ha definido como promotora de un feminismo de clase, anticapitalista, antipatriarcal, diverso, antirracista y antifascista. ¿El movimiento sindical lucha contra el patriarcado?
Bueno, el sistema como tal es patriarcal. Nosotros estamos en una lucha permanente respecto a intentar colocarnos las mujeres, empujarnos entre nosotras para estar ocupando los espacios que nos permitan tomar definiciones con nuestra perspectiva de género. Y en esta etapa es muy importante tener compañeras para poder hacer estas transformaciones con una sensibilidad especial respecto a género, por todo lo que nos dejaron estos cinco años. Porque los espacios de género nos los dinamitaron. Nos dejaron sin presupuesto para la ley de interrupción voluntaria del embarazo, sin presupuesto para la ley de violencia de género, y tantas más. O sea, las conquistas las fuimos perdiendo. Entonces, precisamos seguir en la lucha porque si te distraes un segundo, el sistema te lleva puestas las conquistas y tenés un retroceso brutal respecto a las políticas que se fueron construyendo con las organizaciones feministas. Porque esto no es solamente el PIT-CNT. Y son muchas las opresiones por ser mujer, trabajadora, negra, como así también con las situaciones de discapacidad.
¿Por qué cuesta tanto discutir sobre nuevas masculinidades?
Nos cuesta porque todavía tenemos que avanzar culturalmente en las temáticas de género. En este marco, desde el PIT-CNT estamos proponiendo un protocolo contra la violencia basada en género que habilita la presentación de denuncias, y ese protocolo también nos permite llevar acciones que van hacia este cambio cultural que queremos concretar, mediante la realización de talleres de sensibilización y con distintas sugerencias para poder avanzar y tratar de poner fin a la violencia contra las mujeres.
¿Es un camino sencillo?
No, cuesta, porque tenemos un tema de educación muy arraigado y creo que estamos muy atrás. En todos los ámbitos, en el Estado y también en las organizaciones sociales como son los sindicatos; tenemos que seguir avanzando en estas discusiones sobre la igualdad y sobre derechos humanos en todos los planos de la sociedad.
¿Cuánta influencia genera la música predominante del reggaetón con letras brutales que cosifican a las mujeres?
Y eso también va dentro de la batalla cultural, ¿no? Son todos elementos que debemos discutir, debemos interpelar esos mensajes y no naturalizarlos. Es imprescindible hacerlo si es que queremos avanzar en el derecho a tener una vida sin violencia y sin cosificación.
¿Le preocupan los intentos por debilitar o incluso derogar la ley 19.580?
Sí, porque creo que si observamos con detenimiento es una arremetida contra las conquistas feministas de los últimos años que nos costaron tanto esfuerzo para ejercer nuestro derecho como mujeres a vivir libres sin violencia. Las embestidas son iniciativas que colocan a los denunciados por violencia por sobre las víctimas. Defienden esos intereses. Con estas propuestas marcadamente en contra de la ley 19.580 se pretende proteger al varón violento.
Por otro lado, hay una parte de la discusión que se da en redes sociales donde se justifican muchas cosas. Y en lo educativo también. Sin duda con la reforma educativa nosotros tuvimos un retroceso respecto a los talleres o especializaciones sobre temas de género. La forma en que cambie el país es que tengamos planes concretos, acordados con los trabajadores, que puedan avanzar en este aspecto, en el plano educativo. Tenemos que mostrar una mirada nueva a los jóvenes respecto a cómo es el trato adecuado y cómo debemos cuidarnos; y sobre qué es lo que está bien y lo que está mal. Lamentablemente tenemos que hablar desde lo más básico porque ahí se naturaliza mucho el tema de la violencia. Y eso está muy presente. Y también tenemos que discutir el trabajo no remunerado, que es una reivindicación que tenemos para este período. Todas las horas que las mujeres dedicamos a los cuidados de la familia. Entonces, estos temas son parte de esa batalla cultural que hay que darla especialmente en el Presupuesto.
¿Hay riesgo de que la ultraderecha encuentre y explote cierto cansancio o falta de respuestas en una parte de la sociedad en Uruguay?
Por suerte La Libertad Avanza fracasó en primera instancia en nuestro país. Yo tampoco nunca pensé que iba a haber un partido con las características de Cabildo Abierto, si estamos hablando de derechos humanos y feminismo. Creo que mientras tengamos este sistema económico mundial, eso es posible y no estamos libres de que la cara más reaccionaria del sistema ocupe un espacio en la política nacional.
¿Por qué crece el odio en redes sociales? ¿Por qué tantos trabajadores consideran que sus enemigos son otros trabajadores?
Porque hay una batalla cultural permanente que la da este sistema. Y convivimos con una realidad de los medios hegemónicos, incluso con estas plataformas que también censuran algunos mensajes. Cuando yo quiero escribir por Palestina igual me bloquean. También se controlan los mensajes que se permiten replicar. Hay un zumbido generalizado, pero también es controlado y manipulado. Y en eso nosotros siempre tenemos la de perder. En Uruguay, con la Ley de Medios que teníamos —que ahora tuvimos un pequeño cambio— hay un posicionamiento, un control de la agenda que se da, que es una realidad. Y lo que prevalece en la región de alguna manera incide acá también.
¿Cómo se habla con los que no piensan como uno? ¿Cómo construir consensos? ¿Cómo se puede evitar la lógica primitiva de los pases de factura de «tus muertos y los míos» con el frío y las personas que están en situación de calle?
Nosotros pasamos ese proceso de mucho aprendizaje con la Ley de Urgente Consideración. Se habla primero desde el mayor de los respetos, nunca perder eso. Dando argumentos, explicando, mostrando la realidad, porque aunque nosotros —los compañeros y compañeras delegadas que estamos vinculadas al mundo sindical— creemos que lo que nosotros manejamos nos indigna a todos, en realidad, eso no es así. Por eso tenemos que invitar al otro a pensar, con el mayor de los respetos y amabilidad, nunca perder el eje de que lo está haciendo por convicción y como un acto de amor. Porque el final es tener una mejor sociedad, más solidaria, más unida. Y con la LUC demostramos que podemos tener argumentos claros, con objetivos claros, para un bien superior. Ese es el camino.
Escuchar más al otro y tratar de entenderlo.
Sí. Invitarnos a estar más pendientes de lo que nos rodea, de lo que nos pasa. Ya saliendo de la familia y con los vecinos, invitarnos a volver a prácticas de leer, de informarnos, de cuestionarnos por qué están pasando las cosas, de cuestionar por qué nos dicen lo que nos dicen. Yo invitaría a eso, a involucrarnos un poco más, ya que estamos muy aislados por las nuevas tecnologías y las nuevas dinámicas. Y debemos sacar un poquito la cabeza afuera y ver qué le pasa al otro e involucrarme en lo que pueda. No solamente hablarles a los compañeros y compañeras que saben que el sindicato es la herramienta, sino al vecino y la vecina, para que pueda ser parte de su transformación, como dice la frase —que tiene total vigencia— de que solo el pueblo salva al pueblo.
FOTOS: GIANNI SCHIAFFARINO