El diputado argentino Héctor Olivares, baleado el jueves junto a un amigo que resultó asesinado, falleció el domingo en el hospital Ramos Mejía de Buenos Aires donde estaba internado hacía cuatro días.
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«Murió Héctor Olivares», confirmó en su cuenta oficial de Twitter la Unión Cívica Radical (UCR), partido al que pertenecía.
«Exigiremos justicia y que los asesinos cumplan una condena efectiva», advirtió su partido.
Todo el arco político ha expresado sus condolencias por el fallecimiento del diputado, cuya fuerza forma parte de la coalición gobernante Cambiemos.
Olivares había sufrido en la víspera una falla multiorgánica que comprometió corazón, pulmones y riñones.
Fue operado tanto el jueves como el viernes por la noche, se encontraba en situación crítica tras haber sido atacado junto a otro funcionario en la plaza situada frente al Congreso, en la capital argentina.
Olivares, de 61 años, recibió un tiro en el abdomen que afectó tres de sus órganos, el páncreas, el hígado y el colon.
Su compañero Miguel Yadón recibió cinco balazos y murió minutos el mismo jueves de camino al hospital.
Este funcionario, de 58 años, era coordinador del Fondo Fiduciario de Transporte Eléctrico Federal de la provincia de La Rioja y amigo del diputado nacional.
Las dos víctimas salían a caminar todas las mañanas por las inmediaciones del Congreso, en la capital argentina.
A las 6.51 hora local (9.51 GMT) del pasado jueves, fueron baleados desde un automóvil que estaba estacionado junto a la plaza frente al parlamento.
El pasado viernes fueron detenidos los dos principales sospechosos del ataque, además de otras cuatro personas.
En Uruguay fue arrestado Juan José Navarro, presunto autor de los disparos, y en la localidad fronteriza de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos (este), también fue detenido Juan Jesús Fernández, dueño del automóvil desde el que se efectuaron los disparos.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró ese día que el caso se ha esclarecido por completo.
Bullrich sostuvo que se trató de un ataque personal que iba dirigido contra el amigo de Olivares, Miguel Yadón, aunque en la víspera había señalado que se trataba de un crimen mafioso.