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Óscar Urtazún, de madres y familiares: Pese a la caída de las expectativas, la lucha continúa

Hace 25 años, cuando desde el poder se negaba la existencia de desaparecidos, e incluso se afirmaba en organismos internacionales que en Uruguay no había niños en esa situación, la organización de Familiares de Detenidos Desparecidos convocaba a marchar, en silencio, para reclamar verdad y justicia.

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Por primera vez en 25 años, la Marcha del Silencio, en reclamo de la aparición de los desaparecidos y el castigo a los culpables, no se realizó por 18 de Julio. Ni siquiera tuvo una expresión física. Los nuevos tiempos, signados por la pandemia del coronavirus Covid-19, hacen casi imposible que una multitud salga a las calles para levantar este y otros reclamos. Y, sin embargo, una gran parte del pueblo uruguayo levantó la voz para que quienes tienen la obligación de escuchar lo hagan. Nuevamente, como ocurre desde 1996, una gran parte del pueblo uruguayo volvió a exigir que se continúe con la búsqueda de los desaparecidos y se castigue a los responsables de estos crímenes.

Organizada desde 1996, segundo año del segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, la marcha se ha constituido en una de las más grandes manifestaciones ciudadanas, junto al 8 de marzo, el 1° de Mayo y la Marcha de la Diversidad en setiembre. Este año ni siquiera se pudo divulgar por televisión el mensaje que los familiares quieren dar a la sociedad. El gobierno no concedió la cadena nacional de radio y televisión.

Oscar Urtazún, uno de los referentes de la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, caracterizó la actual etapa que vive el país, signada por la asunción de un gobierno conservador tras 15 años de gobierno de izquierda, como “muy compleja”. Agregó que las expectativas se han reducido pese a las proclamas del gobierno de coalición de mantener la búsqueda de los desaparecidos y las excavaciones en los cuarteles.

“Nosotros en tiempos anteriores ya éramos muy precavidos”, subrayó. Señaló que las expectativas fueron altas en función de la existencia de un gobierno de izquierda. Ahora estas expectativas se han reducido.

No obstante, recordó que los gobiernos del Frente Amplio no “fueron muy sobresalientes en el tema, aunque se avanzó. “Hubo que luchar mucho. Hubo que enfrentar a personajes como este hombre que ahora tenemos en el Parlamento -en referencia a Guido Manini Ríos, comandante en jefe del Ejército entre 2015 y 2019-, producto de algunos dirigentes de la izquierda como el expresidente Tabaré Vázquez, José Mujica y más que nada el exministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro”, señaló Urtazún en un rápido análisis de los anteriores gobiernos.

“La verdad y la justicia no se esperan de los militares. Hay que entrar a los cuarteles. Ellos tienen los datos y los archivos no se destruyen porque son para defenderse entre ellos”, había dicho en una entrevista radial a medidos de agosto de 2019.

Igualmente reconoció que hubo avances. “Se entró en los cuarteles para excavar, se encontraron los cuerpos de algunos compañeros, se armaron grupos de trabajo”, agregó.

 

Etapa compleja

Subrayó que igualmente la etapa se presenta compleja, ya que “tenemos un sector de las Fuerzas Armadas en el gobierno y en el Parlamento, por lo que las expectativas han bajado”.

En cuanto a la reanudación de las excavaciones en el predio del Batallón de Infantería N°14 de Toledo, señaló que hay “ciertas expectativas, ya que en ese lugar se encontraron, en otro momento, los cuerpos de algunos compañeros. Por eso creemos que puede haber más”.

En esa unidad militar del departamento de Canelones aparecieron los cuerpos del maestro Julio Castro y de Ricardo Blanco Valiente.

Respecto a la actitud del Ejército, que se ha mantenido en su postura de negar la existencia de archivos o registros de las violaciones a los derechos humanos, Urtazún sostuvo que “siguen con el mismo discurso: cumplían órdenes y no saben nada de lo que pasó. Mantienen esa línea de pensamiento y es evidente que no han podido o no han querido decir lo que tienen que decir”.

Finalmente reflexionó sobre el 20 de mayo y explicó que, como organización, “no convocamos a marchar, apelamos a la movilización virtual, a estar presentes a través de las redes y otras plataformas, pero no, por lo menos esta vez, a estar en las calles”.

 

Hace 25 años

La primera convocatoria pública a marchar en silencio se hizo en 1996, cuando en el horizonte no aparecía la posibilidad cierta de investigar sobre el tema. El gobierno de Julio María Sanguinetti, electo por segunda vez, negaba la existencia de desaparecidos, al punto de afirmarlo en foros internacionales.

La organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y otras organizaciones convocaron a la primera Marcha del Silencio con el siguiente anuncio: “Por verdad, memoria y nunca más, marchamos en silencio el día 20 de mayo en homenaje a las víctimas de la dictadura militar y en repudio a las violaciones de los derechos humanos. Nos concentraremos a las 19 horas en la plaza a Los Desaparecidos en América, en Jackson y avenida Rivera, para desde allí partir hacia la plaza Libertad con flores y el pabellón nacional. El homenaje a las víctimas no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más existan la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas”.

En esta oportunidad, la clásica marcha por 18 de Julio está condicionada por la pandemia de coronavirus Covid-19 y no se podrá realizar de forma presencial, por lo cual Madres y Familiares decidió hacer una convocatoria virtual, en la que cada persona pueda participar desde su casa.

Este año, al igual que con el Pit-Cnt el 1º de Mayo, el gobierno negó el uso de la cadena de radio y televisión a Familiares de Detenidos Desaparecidos. Por esa razón, el Ejecutivo ofreció los medios públicos para dar el mensaje.  Esta posibilidad fue aceptada.

En el material que se emitirá se nombrará a cada uno de los detenidos desparecidos para acompañar su nombre con la palabra “presente”.

Madres y Familiares propone una marcha virtual, para que cada uno desde su casa o barrio diga “presente”, subiendo una foto o un video con el hashtag #marchadelsilencio2020.

En Uruguay hay 195 ciudadanos detenidos desaparecidos, además de otras decenas en Argentina, Chile y Paraguay. Hasta el momento han aparecido con cuentagotas algunos cuerpos enterrados en unidades militares. Es el caso de los militantes comunistas Ubagésner Chaves Sosa, Eduardo Bleier, Fernando Miranda, el maestro Julio Castro y el sindicalista Ricardo Blanco Valiente.

 

Una larga historia

La organización de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos se fue conformando a partir de la segunda mitad de los años 70, a raíz de las denuncias y las primeras investigaciones realizadas por familiares de personas detenidas desaparecidas en Uruguay y en Argentina.

Señala la organización en su página web que el grupo se consolida en el año 1983 a partir de la unión de tres vertientes de familiares de desaparecidos: Asociación de Familiares de Uruguayos Desaparecidos (Afude), fundada en Europa por exiliados, Familiares de Uruguayos Desaparecidos en Argentina, que trabajaba desde 1977, y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos en Uruguay, que lo hacía desde 1982.

Desde sus comienzos, los familiares intentaron llegar a la verdad respecto a la situación de sus hijos, hermanos, esposos, padres. Realizaron denuncias a nivel nacional e internacional y divulgaron el problema en todos los ámbitos en que les fue posible hacerlo.

 

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